Biden intenta reestablecer la confianza en el sistema bancario de EE.UU. tras la caída del Silicon Valley Bank
El presidente norteamericano confirmó que todos los depositantes tendrían acceso a su dinero a partir de este lunes
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WASHINGTON.- Apremiados por blindar la economía de Estados Unidos, el presidente Joe Biden, su equipo económico y la Reserva Federal, el banco central norteamericano, tejieron a contrarreloj durante el fin de semana la mayor intervención en el sistema financiero desde la crisis financiera global, una ofensiva extraordinaria que buscó limitar el contagio del colapso de dos bancos durante el fin de semana. En un discurso en la Casa Blanca antes de la apertura de los mercados, Biden buscó inyectar confianza y le aseguró a los norteamericanos que su dinero estaba a salvo.
“Gracias a la acción rápida de mi administración en los últimos días, los estadounidenses pueden confiar en que el sistema bancario está seguro”, dijo. “Sus depósitos estarán ahí cuando los necesitan”, reforzó.
El mensaje de Biden coronó cuatro días frenéticos desde la caída del Silicon Valley Bank, un banco regional de California muy vinculado a la industria tecnológica que sufrió una masiva corrida de depósitos, y fue intervenido por el gobierno federal. El episodio desató una crisis de confianza que de inmediato trajo el amargo recuerdo de la caída de Lehman Brothers, en septiembre de 2008, que hundió al mundo en una crisis y en la Gran Recesión. Otro banco, Signature Bank, también cayó y fue intervenido el domingo, otra decisión para contener el “riesgo sistémico”, según el gobierno norteamericano. Un tercer banco, First Republic, también aparecía en problemas.
Sin tiempo que perder, el gobierno de Biden anunció que protegería a todos los ahorristas que tenían dinero en ambos bancos –quedaba la duda respecto del tercero–, una medida excepcional que su administración se preocupó por diferenciar de los bailouts, los históricos rescates que varios gobiernos orquestaron en 2008 para contener la crisis financiera global. El Tesoro, la Reserva Federal (Fed) y la Corporación Federal de Seguros de Depósitos (FDIC, según sus siglas en inglés), la agencia independiente que garantiza los depósitos bancarios, dijeron el domingo que cubrirán los depósitos de todos los ahorristas, pero “los accionistas y ciertos tenedores de deuda no garantizados no estarán protegidos”.
Biden reforzó ese mensaje en su discurso, al reiterar que los depósitos en el Silicon Valley Bank y Signature Bank estaban a salvo y los clientes tendrán acceso a su dinero a partir de este mismo lunes, y que los contribuyentes no deberían soportar pérdidas. Biden dijo además que le pediría al Congreso y a los reguladores bancarios fortalecer las reglas para los bancos, para “hacer menos probable que este tipo de quiebra bancaria vuelva a ocurrir”.
“Se arriesgaron a sabiendas y cuando el riesgo no redituó, los inversores perdieron su dinero. Así es como funciona el capitalismo”, sentenció el mandatario.
Lecciones de 2008
La rápida reacción de la Casa Blanca para contener la crisis desatada por la caída del Silicon Valley Bank refleja mucha de las lecciones heredadas de la crisis financiera de 2008, cuando los gobiernos federales y los bancos centrales recién se movieron para rescatar a la economía cuando la crisis ya había alcanzado su pináculo, y el “riesgo sistémico” era tal que ya no se hablaba de rescatar bancos o ahorristas, sino a la economía global.
El equipo económico de Biden, la Fed y los reguladores trabajaron durante el fin de semana en las medidas que incluyen garantizar los depósitos en ambos bancos, establecer un nuevo mecanismo para dar a las instituciones financieras acceso a fondos de emergencia y facilitar que los bancos pidan préstamos a la Reserva Federal en casos de emergencia.
“Hoy estamos tomando medidas decisivas para proteger la economía de los Estados Unidos mediante el fortalecimiento de la confianza pública en nuestro sistema bancario”, dijeron el domingo por la noche en un atípico comunicado conjunto la secretaria del Tesoro, Janet Yellen, el presidente de la Fed, Jerome Powell, y el jefe de la FDIC, Martin Gruenberg. “Este paso garantizará que el sistema bancario de los Estados Unidos continúe desempeñando sus funciones vitales de proteger los depósitos y brindar acceso al crédito a los hogares y las empresas de una manera que promueva un crecimiento económico sólido y sostenible”, indicaron.
Desconfianza
Con todo, y a pesar de la veloz intervención y las palabras de confianza de Biden y de su equipo económico, las dudas acerca de la profundidad y la magnitud real de la crisis parecían estirarse, y el contagio a otros bancos regionales comenzaba a verse en las duras caídas de sus acciones.
La Casa Blanca espera que los anuncios ayuden a insular la caída del Silicon Valley Bank, y eviten un descarrilamiento de la recuperación de la economía, principal pilar con el que Biden planea ir en busca de su reelección. Pese a que las acciones de varios bancos regionales sufrieron este lunes duras pérdidas, los principales índices accionarios de Wall Street operaban con leves ganancias. Uno de los motivos: ante el nuevo sacudón, el banco de inversión Goldman Sachs –al que muchos ven como un potencial comprador del SVB– dijo que la Reserva Federal puede llegar a poner en pausa las subas de la tasa de interés que ha aplicado en los últimos meses para controlar la inflación, un giro para custodiar la economía.
Lloyd Blankfein, quien estaba al frente de Goldman Sachs durante la crisis de 2008, se mostró confiado en que el alcance de la crisis sería esta vez limitado.
“Algunos bancos pueden tener problemas como SVB, pero solo unos pocos. Las acciones del gobierno eliminaron las razones de las corridas bancarias. Los bancos más grandes tienen una regulación y pruebas de estrés mucho más estrictas”, dijo Blankfein en Twitter.
El Sillicon Valley Bank es un banco regional basado en Santa Clara, California, con estrechos lazos con la industria tecnológica, y la fuente de financiamiento más reconocida para start-ups. Para las nuevas empresas tecnológicas, la caída del banco podría provocar despidos masivos o el colapso de cientos de nuevas compañías. “Si el gobierno no interviene, creo que toda una generación de empresas emergentes desaparecerá del planeta”, afirmó a la agencia Reuters Garry Tan, presidente y director ejecutivo de la incubadora de empresas emergentes Y Combinator, apenas se desató la crisis.
La nueva crisis bancaria comenzaba a dejar una marca en el horizonte de la economía pese a la urgencia que mostraba la Casa Blanca, justo después de que el país comenzaba a arraigar la recuperación de la crisis de la pandemia del coronavirus, a pesar del azote que provocó la peor inflación de los últimos 40 años.
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