Biden enfrenta una prueba de fuego con la conferencia de prensa “de mayor presión de la historia moderna”
Mientras crecen los pedidos para que baje su candidatura, el mandatario tendrá su primer encuentro directo del año con periodistas en esa modalidad
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WASHINGTON.- Cada palabra que pronuncia, cada paso que da, el presidente Joe Biden ahora tiene los ojos de un mundo preocupado sobre él, ante la posibilidad de otra actuación vacilante como la su difícil debate de junio contra Donald Trump, que disparó incesantes llamados desde las filas demócratas para que abandone la carrera presidencial.
Biden, que parece jugarse su supervivencia política en cada aparición pública, se enfrentará este jueves a una prueba de fuego para su candidatura presidencial cuando dé una rueda de prensa en solitario, un ejercicio al que el mandatario estadounidense no es muy aficionado. “La conferencia de prensa presidencial de mayor presión en la historia moderna”, como calificó CNN.
Biden se enfrentará a los periodistas en el centro de conferencias que acoge esta semana una cumbre de la OTAN en Washington, la primera vez que se enfrenta solo a la prensa desde noviembre. Este año brindó conferencias, pero con líderes mundiales -puntualmente, de Ucrania, Kenia y Japón-.
Será “una conferencia de prensa de niños grandes”, prometió la Casa Blanca, sin más detalles. Esta curiosa expresión pretende distinguir el encuentro de las breves y bien organizadas sesiones de preguntas y respuestas a las que suele entregarse el presidente estadounidense en compañía de los líderes extranjeros que recibe. En ellas, un total de cuatro periodistas, designados de antemano, formulan cuestionamientos.
Biden, de 81 años, responderá a un número no especificado de preguntas de los periodistas, en un evento que se espera que dure tanto como el de noviembre, que duró 21 minutos.
De cara a la confrencia prevista primero para las 17.30 y luego postergada para las 18.30 (19.30 en la Argentina), la Casa Blanca estaba preparando al presidente para el encuentro con periodistas, haciéndole con las preguntas que se espera que realicen, dijo una fuente bien informada.
Biden tendrá que ser rápido de reflejos, expresarse con claridad, con voz segura, sin notas ni teleprompter. En resumen, todo lo que se le complicó el 27 de junio durante el debate con su rival republicano Donald Trump, al que se enfrentará -por ahora- en las elecciones presidenciales del 5 de noviembre.
En las dos semanas transcurridas desde entonces, Biden tuvo otra actuación decepcionante en una entrevista de ABC News, lo que reforzó las preocupaciones de algunos demócratas sobre su capacidad para vencer a su rival republicano en las urnas. Pero el presidente también ha participado en una amplia gama de eventos públicos sin ningún desliz, incluidas paradas de campaña en Carolina del Norte, Nueva York, Nueva Jersey, Pensilvania, Wisconsin y Virginia.
Un contundente y bien orquestado discurso en la cumbre de la OTAN el martes cerró con Biden colocando cuidadosamente la Medalla Presidencial de la Libertad alrededor del cuello del secretario general Jens Stoltenberg, para alivio de sus colegas demócratas y del personal de la Casa Blanca.
The United States has built a global coalition of more than 50 countries that are standing with Ukraine.
— President Biden (@POTUS) July 11, 2024
We’ve provided significant economic and humanitarian assistance.
And together, we’ve supplied Ukraine with the weapons it needs to defend itself. pic.twitter.com/XOjn8iLoc3
Bajo la lupa
Larry Sabato, director del Centro de Política de la Universidad de Virginia, dijo que Biden se encuentra en un territorio “muy inusual” para un presidente estadounidense, en el que cada paso que da y palabra que pronuncia es cuidadosamente examinada.
“Si se trata de un pequeño error, arrastrar las palabras o algo así, creo que la gente simplemente lo dejaría pasar. Pero si hay algo parecido a lo que vimos en el debate, el Partido Demócrata se vería sumido en la confusión”, dijo Sabato.
“Habrá muchos ojos puestos en cada movimiento que haga Biden”, dijo un estratega demócrata con estrechos vínculos con la Casa Blanca. “Habrá un escrutinio más detenido: todo lo que dice y hace”.
Incluso si Biden nunca repite su mala performance del debate, igual enfrenta el riesgo de que el impulso para reemplazarlo siga creciendo entre sus partidarios, como sucedió en los últimos días.
El miércoles, Peter Welch, de Vermont, se convirtió en el primer senador demócrata en pedirle directamente que “se retire de la carrera” por la Casa Blanca “por el bien del país”. Varios representantes electos de la Cámara de Representantes han ido en la misma línea. A ellos se unió el actor George Clooney, ferviente demócrata y poderoso recaudador de fondos.
Además, grandes nombres del partido, como la expresidenta de la Cámara de Representantes Nancy Pelosi, instan al presidente estadounidense a “tomar una decisión”. La insinuación es que la que ya ha tomado, es decir, seguir en la carrera, no es necesariamente la correcta.
Los senadores demócratas programaron un almuerzo el jueves con tres de los asesores más cercanos de Biden.
Los próximos pasos
Algunos demócratas sugirieron que exponer a Biden a la opinión pública con mayor frecuencia ayudaría a aliviar las preocupaciones.
En el transcurso de sus tres años y medio en el cargo, Biden ha celebrado menos conferencias de prensa y entrevistas combinadas que sus antecesores desde Ronald Reagan en la década de 1980 en el mismo momento de su presidencia, según mostraron datos de la académica presidencial Martha Joynt Kumar.
Ha realizado una media de 10,5 conferencias de prensa al año, frente a las 22 de Trump y las 35,5 de George H.W. Bush, según un análisis, abre nueva pestaña de la Universidad de California en Santa Bárbara. Reagan tenía menos, con 5,8 por año.
Biden respondió más preguntas que Bill Clinton o Barack Obama, pero menos que George H.W. Bush y George W. Bush, y muchas menos que Trump.
Después de la conferencia de prensa del jueves, la próxima gran entrevista de Biden será con el presentador de NBC Lester Holt el lunes.
Los principales asesores de Biden están pensando en objetivos de apariciones diarias en tres fases: un gran discurso sobre derechos civiles en Austin, Texas, el lunes, y luego la convención demócrata en Chicago, donde Biden será nominado formalmente a mediados de agosto, y de ahí el empujón final hasta el día de las elecciones el 5 de noviembre, dijo una fuente con conocimiento directo.
Su discurso en Texas en la biblioteca presidencial del presidente Lyndon B. Johnson en la década de 1960 puede establecer paralelismos con Johnson, quien se retiró de la carrera demócrata en 1968 por su manejo de la guerra de Vietnam.
Al presidente en ejercicio todavía le queda un largo camino por recorrer antes de las elecciones. Uno de los hitos será el segundo debate contra Trump programado para el 10 de septiembre.
Agencias AFP y Reuters
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