Biden cierra un año mejor de lo esperado y ahora su gran dilema es si buscará la reelección en Estados Unidos
Los expertos creen que la avanzada edad del presidente puede ser un impedimento para postularse a una segunda vuelta, pero, por otro lado, no tiene un heredero natural dentro del Partido Demócrata
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WASHINGTON.– Joe Biden consiguió este año algo que ninguno de sus predecesores recientes había podido lograr: salió fortalecido de su primera elección desde que está en la Casa Blanca. Algunos de los presidentes más notorios de las últimas décadas, como Ronald Reagan, Bill Clinton o Barack Obama sufrieron derrotas durísimas al inicio de sus presidencias en sus primeras elecciones de medio término. Aun así, después lograron conseguir su reelección. A Biden le fue mucho mejor que a ellos, pero todavía debe tomar una decisión sobre el último gran dilema de su carrera política: si irá en busca o no de otros cuatro años en el Salón Oval.
Ese dilema aparece inexorablemente atado a su edad. Con 80 años recién cumplidos, Biden ya es el primer presidente octogenario de la historia y, de buscar y obtener un segundo mandato, dejaría la Casa Blanca a los 86 años. Si Biden fuera más joven, su decisión probablemente estaría fuera de toda discusión. Pero la pregunta –que obsesiona a Washington incluso desde antes de que Biden asumiera, hace casi dos años– pende sobre el tablero político de Estados Unidos, y su respuesta desatará un efecto dominó con repercusiones para el resto del mundo.
Biden ha dicho que tiene la “intención” de buscar la reelección, pero dejó en claro luego de las elecciones legislativas de este año que, en última instancia, se trata de una “decisión familiar”. El último retiro de los Biden en Nantucket, para el Día de Acción de Gracias, no arrojó novedades sobre una eventual nueva campaña presidencial, la cuarta de su vida. Ante la pregunta de los periodistas durante un paseo de compras, Biden dijo que no pensaban tocar el tema. “No vamos a tener ninguna discusión. Estamos celebrando”, dijo al pasar el mandatario. La Navidad y el receso de fin de año brindan a los Biden un nuevo espacio para dirimir esa “decisión familiar”.
Empezó la campaña
Para Biden y los demócratas, el tiempo apremia. Luego de las elecciones legislativas, Biden anticipó que revelará su decisión a principios del año próximo. Donald Trump ya lanzó su campaña presidencial, y se espera que varios republicanos más se anoten en la carrera, entre ellos, el gobernador de Florida, Ron DeSantis, la nueva estrella de los republicanos. Cuando llegue el próximo verano boreal, el elenco de candidatos seguramente ya estará definido. Biden cuenta con la ventaja de ser presidente, una posición que le permite esquivar el desgaste de una primaria. Pero si decide dar un paso al costado, el Partido Demócrata deberá ir en busca de un nuevo abanderado, una tarea que demanda recursos y logística y, sobre todo, tiempo.
Biden y su equipo se sienten reivindicados por el resultado que consiguieron en las elecciones legislativas. El senador demócrata Chris Coons, un aliado de Delaware, dijo recientemente que es difícil no reconocer que “todavía hay un papel, todavía hay un camino, todavía hay cosas importantes que hacer’”. Newt Gingrich, uno de los más feroces críticos republicanos, reconoció que Biden y su equipo habían tenido “una de las mejores primeras elecciones de medio término de la historia”, y le advirtió al Partido Republicano que dejara de subestimarlo.
“Recuerden, los presidentes Dwight Eisenhower y Ronald Reagan prefirieron ser subestimados. Ambos querían que la gente los considerara agradables, pero no peligrosos. Descubrieron que ser subestimados era un activo importante. Mientras la gente se reía de ellos, ellos estaban ocupados logrando sus objetivos y poniendo en práctica sus programas”, señaló.
La inflación, la kriptonita de la popularidad de Biden y el principal flagelo doméstico que le tocó a su gobierno, ha comenzado a ceder y en noviembre bajó al 7,1% anual luego de marcar un pico a mediados de este año. Biden ha obtenido varios logros legislativas, y su conferencia de prensa junto al presidente de Ucrania, Volodimir Zelensky, en la Casa Blanca, reforzó una alianza global impensada a principios de este año, antes de la invasión ordenada por Vladimir Putin, ahora debilitado por la brutal resistencia ucraniana, apuntalada por armamento norteamericano.
What President Zelenskyy and the people of Ukraine have achieved matters for the entire world. Together, the United States and Ukraine will keep the flame of liberty burning bright.
— President Biden (@POTUS) December 22, 2022
That light – again – will prevail over darkness. pic.twitter.com/sxktF6bmV7
A esas ventajas aparentes de Biden se suma un déficit de los demócratas: Biden no tiene un heredero o heredera natural. La vicepresidenta Kamala Harris ha decepcionado con su desempeño en la administración, y su respaldo es inferior al de Biden. Y otros potenciales aspirantes, como el secretario de Transporte, Pete Buttigieg, o los gobernadores Gavin Newsom, de California, J.B. Pritzker, de Illinois, o Gretchen Whitmer, de Michigan, aún deben probar en la arena nacional que pueden ensamblar una coalición ganadora tal como lo hizo Biden, un centrista pragmático. Todos aguardan la decisión del presidente para decidir sobre su futuro.
La otra cara de la moneda es que los norteamericanos parecen cansados de la gerontocracia. Nancy Pelosi, otra octogenaria líder política con 82 años, pareció leer ese sentimiento al anunciar, luego de las últimas elecciones, que dejará la cúpula demócrata en la Cámara de Representantes. Seguirá siendo congresista, pero abandonará el liderazgo. El 67% de los norteamericanos no quiere que Biden se presente en 2024, según una encuesta a boca de urna de CNN en los últimos comicios. Una encuesta reciente de CNBC elevó esa cifra al 70%, incluido un 57% de los demócratas. Y una eventual candidatura presidencial de una figura fresca, como Ron DeSantis, un escenario que, hoy, parece más que factible, marcaría un contraste generacional nítido para la próxima elección.
Más allá de los aciertos y fallas de Biden, y de las especulaciones y las proyecciones políticas, en Estados Unidos hay quienes creen que la decisión de Biden dependerá de variables mucho más personales, como su salud, y, en última instancia, el apoyo de su familia.
Larry Sabato, experto en la política presidencial norteamericana de la Universidad de Virginia, cree que Biden tomará su decisión –si no es que la ha tomado ya– de acuerdo a su salud y las preferencias de su esposa, Jill Biden.
“Biden ha tenido bastantes éxitos legislativos y los demócratas superaron con creces las expectativas en las elecciones de mitad de período. Todos los rivales potenciales más conocidos han indicado que no desafiarán a Biden en 2024″, indicó Sabato. “Así que volvemos a la salud. Si eso se sostiene, entonces Biden se postulará”.
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