Acompañado por Elon Musk, Trump volvió al lugar donde sufrió el intento de asesinato
Lideró un acto de campaña en Butler, Pensilvania, donde en julio pasado fue herido por un balazo en una oreja; calificó al tirador de “monstruo atroz”
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BUTLER, Pensilvania.– El expresidente Donald Trump regresó este sábado a la localidad de Butler, en el crucial estado de Pensilvania, donde condujo un mitin de campaña para las elecciones de noviembre en Estados Unidos en el mismo lugar donde sufrió un atentado de bala en julio pasado.
Trump comenzó su discurso con la frase “como iba diciendo”, como si retomara el hilo tras el balazo que recibió hace tres meses en la oreja en mitad de su mitin, cuando un francotirador disparó varias veces en su dirección desde un edificio cercano.
“Un agradecimiento muy grande a Pensilvania. Amamos Pensilvania. Y como iba diciendo…”, dijo el exmandatario y candidato republicano, que competirá contra la demócrata Kamala Harris por la presidencia en los comicios del 5 de noviembre próximo.
“Esta noche, vuelvo a Butler tras la tragedia y el dolor para entregar un mensaje simple a la gente de Pensilvania y al pueblo de Estados Unidos: nuestro movimiento para hacer Estados Unidos grande de nuevo está más fuerte, más orgulloso, más unido, más decidido y más cerca de la victoria que nunca”, agregó Trump, que contó en el acto con la compañía del magnate Elon Musk, dueño de X, Tesla y SpaceX.
Esta vez la seguridad en Butler fue mucho más estricta, con escuadrones de francotiradores posicionados en varios edificios circundantes y un dron de vigilancia desplegado en lo alto. Trump hablaba detrás de un vidrio blindado. “Están sucediendo muchas cosas inquietantes”, dijo Heather Hughes, de 43 años, que viajó desde New Castle, en Pensilvania, para asistir al mitin.
“El tiempo se detuvo mientras este monstruo atroz desataba maldad pura desde su posición de francotirador, no muy lejos, pero de la mano de la Providencia y de la gracia de Dios, ese villano no logró su cometido”, señaló Trump a una multitud, esta vez detrás de un cristal a prueba de balas.
Trump dijo que el predio donde se habían congregado sus simpatizantes era “ahora un monumento al valor de nuestros primeros que intervinieron, a la resistencia de nuestros conciudadanos y al sacrificio de un padre amoroso y devoto. Un hombre realmente grande”.
La referencia era a Corey Comperatore, de 50 años, quien recibió un disparo mortal durante el intento de asesinato de julio. Otros dos seguidores resultaron heridos.
El equipo de campaña de Trump había colocado en las gradas una chaqueta y un casco de bombero con el nombre de Comperatore, y la multitud coreó su nombre.
El expresidente describió previamente el viaje de este fin de semana a Butler, a una hora en auto al norte de Pittsburgh, en lo que podría ser el estado indeciso más importante de las elecciones, como un asunto pendiente. Trump tenía una clara ventaja en las encuestas después de aplastar a Biden en un debate televisivo a finales de junio, y entró a la convención republicana en Milwaukee como un mártir político.
Las imágenes del expresidente republicano con el rostro ensangrentado, agitando el puño y gritando mientras era arrastrado por agentes del Servicio Secreto se volvieron rápidamente virales y marcaron la campaña.
Iconografía del atentado
Numerosos simpatizantes de Trump vestían este sábado remeras adornadas con iconografía del intento de asesinato, y algunos lucían tapones para las orejas que recordaban el vendaje que lució el magnate después del tiroteo.
“Dijo que volvería para terminar su discurso, y para mí eso requiere valor”, dijo Robert Dupain, un trabajador de construcción que también estuvo en el mitin de julio.
Apenas una semana después del fallido intento de asesinato contra Trump, la carrera presidencial dio un vuelco cuando Biden se retiró y fue reemplazado en la candidatura demócrata por la vicepresidenta Kamala Harris, quien rápidamente recuperó terreno para el bando demócrata en las encuestas.
Trump trató en los últimos días de revivir el incidente, al anunciar su regreso al lugar donde “recibió una bala por la democracia”.
La atención en Butler se centró este sábado en el Servicio Secreto, que en julio fue ridiculizado por no haber sido capaz de brindar la seguridad adecuada a unos cientos de metros de donde el tirador de Butler logró disparar ocho veces contra Trump antes de morir a balazos.
Después del incidente de Butler, todo el arco político norteamericano instó a bajar la temperatura política. Sin embargo, Trump volvió a su retórica incendiaria y a sus habituales ataques personales, y en plena recta final de campaña sigue negado a comprometerse a aceptar el resultado final de los comicios.
Por su parte, Harris estuvo este sábado en Carolina del Norte y se reunió con socorristas y damnificados por el potente huracán Helene, que mató a por lo menos a 220 personas a su paso por el sudeste de Estados Unidos.
“La respuesta de emergencia es un ejemplo de lo mejor que podemos hacer cuando reunimos recursos a nivel federal, estatal y local y aprovechamos el tipo de colaboración que produce resultados”, dijo la candidata a los funcionarios en una sesión informativa.
Trump ha criticado la respuesta federal al desastre, alegando sin pruebas que la administración Biden-Harris redirigió hacia los migrantes fondos de asistencia a las víctimas de Helene.
Agencias AP, AFP y Reuters
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