Zayn se despega de One Direction y se pone más serio
Zayn Malik, el One Direction renegado que dejó la boy band antes de su separación, no volvió a los estadios después de su paso por el teen pop. El tiempo que su ansiedad lo alejó de las giras lo aprovechó para gestar Icarus Falls, un disco doble de 27 canciones lanzado a mediados de diciembre. Luego de Mind of Mine (2016), su debut solista a puro R&B, el británico de ascendencia pakistaní regresa con una hora y media de música, una proeza que le permite acumular singles rankeables y atravesar géneros diversos, en un esfuerzo por convencer de que es un "artista serio". La primera parte del disco doble es una sucesión de declaraciones de amor salvador y de sexo épico en la que Zayn es un galán enamorado en letras que ya escuchamos. Mientras que las bases simples no se diferencian mucho del R&B más comercial y popero, el falsetto inolvidable y la cadencia bollywoodense son lo inolvidable de las primeras diez canciones desde la inaugural "Let Me". El virtuosismo vocal se alterna con el susurro, que recuerda que parte de su talento como intérprete radica en su erotismo y la capacidad de construir intimidad con sus fans, una habilidad arrastrada de la época boybander, que se evidencia en la balada "Tonight". Acompañado de guitarras livianas y una melodía pegajosa, en "There You Are" Zayn se hace cargo de su destino en el pop de estadios. El eco en su voz promete que ese estribillo repetitivo será cantado por multitudes, y a la vez introduce la soledad que intenta narrar desde el principio a través del enamoramiento desesperado.
El primer disco en formato físico cierra con "Icarus Interlude". "Llamame Icaro/ Supongo que volé demasiado cerca del sol/ El mito me llama leyenda, debe ser por eso/ En mi Yves Saint Laurent/ Las abejas vienen por la miel que yo proveo (...) Estoy en el lugar indicado en el momento correcto", canta para introducir la etapa más oscura y autorreflexiva antes de cerrar con un balbuceo que se asemeja a un rezo y en el que repite "les mentí a los mentirosos".
El descenso a los infiernos es el punto más alto del disco y un recorrido por diversos géneros que arranca con "Good Guy", un sampleo de "Bang, Bang", de Nancy Sinatra, en el que Zayn titula irónicamente y muestra el lado B del amor romántico.
La interioridad y el clima confesional se disipan hacia el final con la irrupción de dos colaboradores: Nicky Minaj no termina de acomodarse al mid tempo de su compañero en el EDM pop "No Candle No Light", y la participación de Timbaland en la balada R&B "Too Much" resulta algo forzada. La extensión de Icarus Falls sirve para narrar el desborde, pero por momentos se vuelve "mucho abarca, poco aprieta".
Sin embargo, no hay dudas de que este disco marca el vuelco de Zayn hacia un camino más verdadero al comenzar a trabajar con sus turbulencias personales, su ascendencia y, sobre todo, su vocación de hit radial.