Woo y Cruise, un dúo dinámico
Acción: la nueva entrega de la saga llega a las salas de la mano del notable director de origen chino y del actor y productor.
Cuando en 1996 la primera "Misión Imposible" se estrenó en Estados Unidos fue recibida con una mezcla de desdén e indiferencia. Tom Cruise, el protagonista pero sobre todo el productor, había apostado demasiadas fichas al éxito de la película, el vehículo ideal, a sus ojos, para imponerlo como estrella indiscutible en el mapa de una Hollywood que no terminaba de confiar en sus dotes de actor ni en su carisma.
Ante el parcial fracaso, el actor debe de haberse preguntado si había elegido bien. Brian de Palma, director de aquella versión, es un profesional de primer nivel, pero también un cineasta que suele aplicar un método bien conocido por todos: no duda en aceptar encargos para poder financiar así los proyectos personales que en realidad le interesa filmar.
Cruise, en todo caso, no planeaba darse por vencido. Decidió que cada una de las entregas de la saga quedara en manos de un director diferente. Así, mientras filmaba en Gran Bretaña el último opus de Stanley Kubrick ("Ojos bien cerrados") eligió. Y eligió a John Woo.
No se equivocaba al confiar en su intuición. El director de Hong Kong, pero radicado en Hollywood desde principios de los noventa, es el cineasta de acción más original en actividad. Woo aceptó el ofrecimiento con una condición: una historia de amor debía estar en el núcleo del argumento.
"Misión Imposible 2" -que mañana se estrena en la Argentina- dista de ser una película perfecta, pero el productor y actor halló en Woo a uno de esos prestidigitadores visuales que no dudan en aplicar su estilo fílmico al guión que le pongan en sus manos.
Una película de espías
La exigencia de Woo (que una historia de amor estuviera en el centro del film) fue cumplida a rajatabla. Algunos de los mejores guionistas de la Meca del cine participaron en la elaboración del guión (Wesley Strick, William Goldman, Michael Tolkin, entre otros), pero fue Robert Towne el encargado de darle la forma final. Según el propio Woo, la historia original fue completamente modificada para adaptarla a su estilo. Towne fue el encargado de dotar a Ethan Hunt, el personaje encarnado por Cruise, de sustancia dramática, y de lograr que la nueva Misión aspirara legítimamente al rango de película de espías "romántica y de corte clásico". La doble cara del mal y del bien también está presente. Thandie Newton ("Cautivos del amor"), como Nyah Nordoff-Hall, es la mujer de la que Ethan se enamora y a la que intenta utilizar como carnada para que obtenga un secreto valioso.
El argumento tal vez es, teniendo en cuenta las cualidades del director, lo que menos importa. La crítica norteamericana, sin embargo, resaltó inmediatamente las evidentes similitudes que existen entre "Misión Imposible 2" y "Notorious", el clásico que Alfred Hitchcock filmó en 1946 con Cary Grant e Ingrid Bergman. Aunque susceptible de ser considerada un homenaje al maestro británico, no fueron pocas las veces en que la palabra "plagio" surgió en las críticas.
El tema no preocupó en demasía a Woo. Seguramente él es quien mejor sabe en qué radica la originalidad de sus films. No en los vericuetos argumentales, sino en el estilo. Las malas lenguas afirman que en este aspecto el director sufrió más de la cuenta. Una de las premisas de la producción era que "Misión Imposible 2" obtuviera una calificación que no dejara fuera a toda una franja de público, el adolescente. Woo aceptó ese imperativo y, por lo tanto, priorizó la acción tradicional en desmedro de las célebres escenas ultraviolentas que forjaron su reputación. Un gran cineasta, sin embargo, nunca puede con su genio. Los grandes retrasos en la salida de la película, prevista inicialmente para fines del año último, tienen relación con las marchas y contramarchas del guión, pero también con otro inconveniente. La versión original debió ser remozada más de una vez para que cumpliera con aquel requisito.
Muchas escenas que son "Woo en estado puro", se afirma en Hollywood, quedaron fuera de la versión final y convirtieron "Misión Imposible 2" en un film mucho menos personal de lo que en realidad podría haber sido.
Cámaras y acción
Las escenas de acción -que el propio director diseñaba, por fuera del guión, en sus storyboards- tienen menos dosis de violencia, pero conservan sus conocidas cualidades coreográficas. Fueron filmadas a diferentes velocidades para captar, en sus propias palabras, el tempo ideal. También fueron utilizadas distintas cámaras para hallar siempre un ángulo sorprendente a escenas que de otra manera serían planas y convencionales.
El mismo Woo cuenta un ejemplo: cuando Cruise debe saltar para golpear en el pecho a Dougray Scott (en la piel de su enemigo, Sean Ambrose), el director hizo uso de cinco cámaras. Una steadycam en contrapicado para registrar cómo Cruise se elevaba; una segunda para tomarlo desde arriba y lograr que sea viera bien su rostro; otra sobre Scott, para que se viera cómo era golpeado, y otras dos suplementarias: una para acompañar a Cruise mientras se eleva y desciende y otra que toma un primer plano del pecho al ser impactado.
Es en ese complejo tratamiento fílmico donde Woo deja su marca indeleble. Por eso, a pesar de tratarse de un encargo, a pesar de los imprevistos del corte final puede darse el lujo de considerar suya una película de la que muchos no dudarían en renegar. Tal vez por eso vuelva a dejar otra vez en el celuloide su símbolo preferido: al final de "Misión Imposible 2" puede verse, como tantas veces, una paloma blanca en el momento cumbre. Lo mismo ocurría en "Hard Boiled" o "Contracara". El director asegura que alude a la pureza del alma y del corazón de sus personajes. Podría verse también como la metáfora de un cineasta que, inmerso en el anónimo mundo de los intereses creados y las grandes superproducciones, logra mantenerse, en la medida de lo posible, fiel a sí mismo.
Pasión por el riesgo
"Misión Imposible 2" será recordada, entre otras razones, porque Tom Cruise tomó una decisión extrema: filmar la mayoría de escenas de riesgo él mismo, sin dobles. A tal punto que llegó a poner nervioso al habitualmente impasible Woo.
En declaraciones a la revista Premiere, el cineasta reconoció que los riesgos a los que se sometía voluntariamente su estrella lograron hacerle temblar el pulso. En especial una de las primeras escenas del film, en la que su personaje, Ethan Hunt, asciende una cadena rocosa en Utah. La escena tenía lugar a 600 metros de altura y Cruise debía saltar sobre el vacío con un modesto cable de seguridad como única protección. Como si fuera poco, la secuencia tuvo que ser repetida siete veces. Algo similar ocurrió en las escenas en que Ethan Hunt dispara desde una motocicleta a máxima velocidad o en las peleas de puños, de las que Cruise participó con, se afirma, juvenil entusiasmo.
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