“We Are The World”: egos, miedos escénicos y secretos de la icónica grabación que recaudó millones
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En 1985, algunos de los referentes más importantes de la música a nivel mundial decidieron unirse por una buena causa: combatir el hambre en África. Así, bajo el nombre USA for Africa (Estados Unidos para ayudar a África), un grupo de artistas estadounidenses -entre los que se encontraban Michael Jackson, Bob Dylan, Lionel Richie, Tina Turner y Diana Ross- grabaron una canción que lograría convertirse en un verdadero símbolo de la época. La confluencia de buenas voluntades fue un éxito y logró reunir unos 147 millones de dólares, sin embargo, la grabación quedó marcada por una serie de secretos, anécdotas y conflictos que vieron la luz varias décadas después del lanzamiento de la canción.
USA for Africa fue un supergrupo que unió fuerzas para una única canción y estuvo integrado por Lionel Richie, Stevie Wonder, Paul Simon, Kenny Rogers, Tina Turner, Billy Joel, Michael Jackson, Diana Ross, Bruce Springsteen, Cyndi Lauper, Bob Dylan, Ray Charles y otros peso pesado de la época. Además de los renombrados solistas, el grupo estuvo integrado por una decena de prestigiosos coristas y músicos.
El éxito de la grabación, de la que hoy se cumplen 36 años, fue arrollador. Con la donación de Columbia Records, que afrontó los gastos de producción y distribución, “We Are The World” vendió ochocientas mil copias en una primera edición en tan solo unos pocos días. Después de ese primer lanzamiento el 7 de marzo de 1985, el supergrupo lanzó una segunda edición al mes siguiente y más de cinco mil emisoras de radio hicieron sonar la canción al mismo tiempo. Para el 13 de abril, “We Are The World” escaló al primer lugar de lo más vendido, una privilegiada posición en la que se mantuvo un mes entero. Además, en 1985, fue premiada en los Grammy Awards como mejor canción del año y como Álbum del año.
Ken Kragen, el gran ideólogo detrás de “We Are The World”
Todo comenzó con un llamado telefónico. A fines de 1984, el músico y activista Harry Belafonte se contactó con el manager y productor Ken Kragen para organizar un concierto para recaudar fondos para combatir el hambre en África. Pero Kragen redobló la apuesta: ¿por qué no grabar una sola canción que reúna a los mayores exponentes de la música estadounidense de la época? Sin saberlo, Kragen estaba a punto de poner en marcha un proyecto humanitario por el que recibiría la Medalla de la Paz de las Naciones Unidas.
En solo 28 días, el manager lo ideó todo. Ahora, treinta y seis años más tarde, recuerda la intensidad de aquellas semanas de trabajo y organización. Por un lado, para poner a funcionar la organización que distribuyera el dinero, y, por el otro, para reunir a los músicos y resolver las cuestiones técnicas y artísticas de la producción musical.
“Nunca pretendimos tener 45 artistas allí. Eso en sí mismo fue un gran desafío”, contó el ideólogo de USA for Africa a Mirror en los últimos días. En diálogo con el medio británico, Kragen recordó que la idea de un supergrupo estadounidense se le ocurrió cuando Bob Geldof reunió a los mejores talentos británicos para grabar “Do They Know It’s Christmas?” después de quedar angustiado por imágenes de personas hambrientas en Etiopía y Sudán. Con ese espíritu, Ken encargó la letra a Lionel Richie y Michael Jackson y la música a Quincy Jones.
Tras definir la idea, Kragen se propuso conseguir dos artistas por día. “Mi idea era llegar a 15 o 18 artistas”, relató el manager, que sabía que, si algunos nombres se sumaban a la lista, otros vendrían detrás. Por eso, el productor consideró que si se sumaba Bruce Springsteen, el trabajo estaría resuelto. “Hay ciertos artistas que son imanes. Lionel Richie tiene una gran frase, dice, ‘eres a quien abrazas’. Todo el mundo quería abrazar a Bruce Springsteen. Todos querían estar al lado de Bruce Springsteen. Bruce era el jefe. Y ciertamente, con los rockeros, si Bruce está ahí, ellos quieren estar ahí“.
El rol de Bruce Springsteen en la grabación de “We Are The World”
Aunque todo parecía fluir al principio, un día antes de la grabación surgieron algunos obstáculos y conflictos inesperados. Veinticuatro horas antes de ingresar a los A & Studios en Los Ángeles, un grupo de rock de renombre internacional amenazó con retirarse del proyecto por miedo a que pudiera “arruinar su credibilidad”. Tal como el propio Kragen había previsto, fue Springsteen quien logró retener al ala más “rockera” de la lista de artistas. “Bruce le dijo a la banda: ‘No vine aquí para irme. Vine aquí para salvar vidas, vine aquí para alimentar a la gente. Yo voy a estar ahí'. Si Bruce se hubiera quedado y los otros rockeros se hubieran ido, el rol de ellos hubiera sido pésimo. Al día siguiente, todos estaban allí“, repasó el manager.
La noche de la grabación, recuerda el manager, todos llegaron en limusinas. Springsteen, en cambio, llegó en su auto y estacionó a algunas cuadras de distancia de A & Studios. “Había una gran multitud de gente afuera y yo estaba parado en la parte delantera de los estudios dando la bienvenida a los artistas”, contó Ken. “De repente, entre la multitud, este tipo se abre paso hacia el frente. Lleva chaqueta de cuero, guantes cortados y es Bruce. Y me dice: ‘Tengo un gran lugar para estacionar allí junto a La Brea’. Para mí, esa fue su frase de presentación. Todos los demás vinieron en limusina, Bruce, en cambio, condujo él mismo y estacionó al otro lado de la calle, caminó entre la multitud y ni siquiera se dieron cuenta de que era Bruce quien pasaba“.
Los desafíos de trabajar junto a Prince, Bob Dylan y Michael Jackson
Esa noche, el único que faltó fue Prince. La razón de su ausencia era sencilla: su timidez. Además, el cantautor y guitarrista siempre grababa solo. “Iba al estudio, hacía su propia ingeniería y grababa cada instrumento y cantaba y nadie más estaba allí”, contó Kragen. “De un momento a otro, no podía empezar a grabar rodeado de tanta gente”, relató el manager, que entendió las razones del músico oriundo de Seattle. Sin embargo, Kragen lamentó la ausencia: “Fue una pena que no se presentara“.
Pero Prince no era el único que tenía sus reparos. Bob Dylan, que se presentó esa noche a grabar, debió lidiar con su gran pánico escénico. De hecho, las imágenes de Dylan trascendieron por los incómodos gestos con los que se lo veía moverse en el estudio. Para Kragen, su performance no fue la esperada, y Dylan no logró sentirse cómodo en el lugar. “Soy un gran admirador suyo, y cuando tuvo que grabar su parte de la canción, simplemente no sonaba como Bob”, manifestó el manager.
La grabación no fue el único problema que experimentó USA for Africa. La foto de la portada del sencillo, en la que puede verse al grupo completo, fue otro de los grandes desafíos de Kragen. Cuando todo estaba dispuesto para tomar la imagen, Michael Jackson había desaparecido. “Fui a buscarlo por todo el estudio hasta que lo encontré en el baño, acurrucado en un rincón. Se había sentido muy intimidado porque nunca había grabado con todas estas superestrellas”, relató el ideólogo de USA for Africa. “Le dije: ‘Michael, tienes que salir. Tú escribiste todo“. De es forma, Kragen consiguió que el autor de la canción aparezca en la icónico foto del supergrupo.
El cierre de un proyecto ambicioso
La grabación en sí duró toda la noche y terminaron a las ocho de la mañana. Hoy, Kragen recuerda terminar esa jornada con mucha satisfacción. “En el estudio quedamos Diana Ross, Quincy, Tom Bahler y yo, quien fue el arreglista vocal de la canción“, rememoró Kragen. “Estábamos sentados en el piso del estudio, abrazándonos y llorando. Pero sabía que este no era el final. Esto era solo el principio”, sumó, sobre el gran éxito en el que se convirtió el trabajo de todo el grupo.
Con todo el dinero recaudado, Ken y un grupo de 26 artistas volaron a Sudán en mayo con un gran avión cargado de suministros. “Siempre lo consideraré el logro más notable de mi vida, no solo de mi carrera”, manifestó Krager. “Pude ayudar. Pude contribuir a un continente que necesitaba nuestro apoyo. Y, hasta el día de hoy, eso siempre me enorgullecerá“.
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