Violetta y su primer show de despedida en Tecnópolis
Martina Stoessel -junto al elenco de la exitosa tira- cantó, bailó y se emocionó frente a miles de fans ayer en el Parque del Bicentenario
Madres corriendo por Tecnópolis para no llegar tarde al show. Muchas nenas y preadolescentes vestidas con remeras de su ídola, vinchas y carteles. Se respira Violetta desde Constituyentes y General Paz. Después de pasar por distintos atractivos que nada tienen que ver con el programa de Disney sino con la ciencia, justo al lado del robot gigante aparece el estadio cubierto del predio. Tras tres exitosas temporadas, dos millones de discos vendidos y más de 200 conciertos alrededor del mundo, Violetta llegó a su final y la despedida promete ser emocionante y llena de sorpresas (Tini cantando desde una suerte de luna, incluida). Por eso, los gritos de los niños que fueron a acompañarla en el primero de los cinco shows que dará en Buenos Aires terminan de ilustrar el fenómeno. Después, la gira Violetta Live sigue en Bahía Blanca, Chaco, Mendoza, Córdoba y Salta. También visitará Uruguay, Chile, Brasil, Colombia, Ecuador y México para luego cerrar en el viejo continente.
Pasadas las 19.15, arranca la cuenta regresiva, se apagan las luces y entre el fervor de las jóvenes fans, los integrantes de la tira (todos, menos Martina Stoessel ) hacen la primera de las coreografías. Con una escenografía inspirada en un avión y señales fluorescentes , el elenco cosmopolita (además de argentinos, hay italianos, brasileros, mexicanos y españoles) prepara el terreno para que "Violetta" aparezca desde el techo sentada en una turbina con un vestido plateado, bien corto y brillante. Fuegos artificiales, humo y un "Hola argentina. No saben lo contenta que estoy de haber vuelto a casa" dan inicio a las casi dos horas de espectáculo.
Tini, esa dulce chica de 18 años que desde hace tres se convirtió en estrella, se para sobre el escenario y sus fans no paran de gritar. Ella baila y camina con tacos de más de 10 centímetros de alto con mucha naturalidad. Después de ochenta y cuatro presentaciones en Europa y tres meses de gira, lo último que parece Stoessel es cansada. Pero no está sola: León (Jorge Blanco), Camilia (Candelaria Molfese), Ludmila (Mercedes Lambre), Broduey (Samuel Nascimento) y Diego (Diego Domínguez) también están con ella. Son un combo efectivo. Los actores, los ocho bailarines y la banda en vivo se potencian. Hay temas de las dos primeras temporadas pero también hay canciones de los últimos álbumes: Gira Mi Canción y Crecimos Juntos.
Entre acto y acto, no hay un solo bache a pesar de la increíble variedad de vestuario. "Violetta", por ejemplo, tiene por lo menos ocho vestidos diferentes: -además del plateado del principio-, dos blancos, uno azul, uno violeta con detalles en rosa, uno negro y rosa chicle, otro dorado, y uno de princesa que usa al final. Todos son cortos y dejan ver sus finas piernas, salvo el que usa para cantar "Libre soy", la canción de la película de Disney, Frozen, una aventura congelada.
Las coreo son cuidadas y no hay pifies. Los "Violettos" dan algunas pistas sobre por qué este producto triunfa tanto en la Argentina como en el mundo. La tecnología es parte de la puesta en escena: hay videos inéditos que se dejan ver en las pantallas, pirotecnia y efectos visuales de fuego. Hacia el final, Tini aparece sentada sobre "una media luna" (una tarima colgante de forma circular que se mueve hasta las primeras filas del público) para hacer una versión de "Te creo" y saludar de más cerca a sus admiradoras que no pueden creer tenerla arriba de sus cabezas.
El show está basado en los personajes del programa y el hilo conductor es el viaje. Pero claro, este viaje es el fin de una etapa. Y eso, a pesar de la euforia, se siente. Quizá sea Martina Stoessel quien mejor lo exprese. "Cuando era chiquita, volvía a mi casa del colegio corriendo para pintarme, cantar y bailar. Siempre soñé con estar en un escenario frente a gente que me quiera tanto. Ustedes hicieron mi sueño realidad. Luchen por sus sueños", dice emocionada antes de cantar "Sos mi mejor momento". Celulares encendidos, carteles y sus fans adornándola a los gritos. Tini promete no llorar pero tiene los ojos humedecidos. A las 20:45, ese parece ser el final. Maru Botana y sus ocho acompañantes pequeñas -entre ellas, su hija Luchi- se levantan para irse.
Pero no. León cuenta cuáles son las comidas mexicanas, pelea con Diego por su antigua rivalidad por Violetta y le pregunta a la gente si quiere un tema más. Se vienen los bises y el momento más bailable de la velada con "Esto no puede terminar " y papel picado. El elenco se divierte en lo que será uno de los últimos shows que hagan en el país. El cierre es de Tini y otro de sus sueños hechos realidad: la canción de Disney con efecto de nieve e imágenes del film en las pantallas gigantes. Las nenas aplauden, gritan, lloran. Defintivamente, la van a extrañar.
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