Vincent Gallo: la mirada del elegido de Coppola
Antes de presentar en el Malba su obra como realizador, el actor de Tetro habló con LA NACION sobre los cambios en su intensa vida de artista múltiple
"Jamás había hecho esto antes", confiesa Vincent Gallo con un gesto de pudor que está a años luz de su fama como artista tan múltiple (actor, director, productor, montajista, músico) como dispuesto a explorar caminos que muchos consideran extremos, corriendo todos los riesgos posibles o imaginables.
No será lo único que desmentirá Gallo durante la relajada charla que mantiene con LA NACION en la suite con privilegiada vista al río que ocupa en el hotel Faena. De remera multicolor a rayas y jeans, descalzo y a cara lavada -como lo exige el personaje que lo trajo a Buenos Aires para filmar junto a Francis Ford Coppola-, Gallo confiesa que si algo lo distingue es el aislamiento.
"Me encanta este hotel, tiene un gimnasio hermoso, buena comida, un parque hermoso, la vista es fantástica. Paso aquí todo el tiempo fuera del que le dedico a la película. Es muy raro que se me vea en una fiesta o en un club. Es imposible que vaya al cine, no lo he hecho en años... Mi vida transcurre alrededor de libros, fotos, objetos, referencias, hobbies. He estado un año entero en una ciudad sin conocerla", admite.
Pero ahora se muestra tan entusiasmado como cuando parte en su auto para andar por las rutas norteamericanas en la preparación del compromiso que, por iniciativa de Costa Films, lo pondrá por primera vez frente al público argentino. Mañana, en el auditorio del Malba (Av. Figueroa Alcorta 3415), se exhibirán por primera vez en la Argentina las versiones en fílmico de sus dos trabajos como director: Buffalo 66 (1998), a las 16, y The Brown Bunny (2003), a las 18.30. Y a partir de las 20, con entrada libre y gratuita, Gallo compartirá una charla con el público y presentará material inédito.
"Es la primera vez que acepto una cosa así -reconoce el actor de 47 años con una rara locuacidad, como si quisiera hacerse entender y querer al mismo tiempo en cada respuesta-. Y eso que me lo habían pedido varias veces. Cuando hago películas siento que hay gente que parece disfrutar diciendo cosas feas o malas de mí. Y los festivales disfrutan eso, porque así también consiguen publicidad. Por eso siempre me llaman para que muestre mis películas o que sea jurado, pero nunca lo consideré hasta ahora. Esto es distinto. A tal punto que no he visto Buffalo 66 desde 1998 y The Brown Bunny desde 2004." Gallo dejó atrás la controversia abierta cuando esta última película desató, por sus escenas de sexo explícito, una polémica feroz al exhibirse ("antes de que estuviese terminada", indica) en el Festival de Cannes 2003, aunque todavía se molesta cuando dice que hay gente que lo ataca por razones personales más que a partir de cuestiones artísticas.
También, según propia confesión, abandonó definitivamente un pasado con más de un punto oscuro. "He hecho por dinero cosas degradantes para una persona, cosas fuera de la ley, actos peligrosos para la salud, tóxicos y sexuales. A estas alturas de mi vida elegí sobrevivir lejos de todo eso, sin poner en juego el respeto que me debo a mí mismo. Elegí hacer mi vida. Y mi obsesión por el proceso creativo no se debe a una cuestión egocéntrica, sino a la idea de que quiero recuperar algo que creo que se ha perdido en este mundo de hoy. Y estoy dispuesto a sacrificarme para lograrlo. Tal vez no gane dinero, respeto o amor por eso. Tal vez me toque vivir sin amigos o sin novia. Pero en este momento quiero desarrollarme como la persona que soy y no como la persona que en más de un sentido aprendí a ser."
Un encuentro decisivo
En la consolidación de ese camino, que muestra a Gallo, según propia confesión, más sensible y menos sujeto al miedo y a la duda, tuvo mucho que ver su encuentro con Coppola, que lo eligió como protagonista de Tetro , la película que actualmente se rueda en nuestra ciudad: "Nunca lo había visto antes. Sólo soñaba con estrechar sus manos. Sobre todo a estas alturas de mi vida, teniendo yo tanta mala reputación en este negocio. En 30 años de trabajo como actor nunca tuve un director de casting peleando por un papel para mí, nunca tuve un productor aceptándome sin resistencia en una película, nunca estuve en la lista de alguna compañía productora, tal vez porque siento que el cine no es una carrera para mí, ni siquiera un modo de vida".
Pero Coppola insistió -ver aparte- en que Gallo fuera el protagonista de Tetro . Y el actor no hace más que elogiarlo: "Francis siempre ha sido un tipo mucho más abierto que yo. Más flexible a los cambios, más maduro. Yo soy un poco más ingenuo, más inocente, siempre pensando las cosas a partir de la ecuación «yo contra el mundo». Siempre encaré las cosas por las mías, sin pensar demasiado en las consecuencias".
El personaje que Gallo interpreta es un ítalo-norteamericano que viene a la Argentina, de donde su familia es originaria, para reencontrarse con su hermano menor. "Es una historia muy compleja, con rivalidades y muchos dilemas", sintetiza el actor. Antes de iniciar el rodaje, Coppola dijo que se convenció de que era "el tipo ideal para la película" al descubrir que era "sumamente inteligente y divertido, y subrayo lo último porque Vincent tiene un agudo sentido del humor". Mañana tendremos la oportunidad de comprobarlo cuando deje por un rato su refugio de Puerto Madero para encontrarse con sus seguidores argentinos -que no son pocos- en el Malba.
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