Viaje al mundo de la fantasía y el terror en el Antiguo Egipto
El jueves sube a escena La momia, obra inglesa que plantea el juego como eje de acción; con Romina Gaetani, Alberto Fernández de Rosa y dirección de Alejandro Lavallén
La variedad de universos que visita La momia, que este jueves se estrena en el Metropolitan Citi, parece hacer de esta obra un espectáculo para que todos disfruten. Clásico de las narrativas de terror y basada en la novela La joya de las siete estrellas, de Bram Stoker, la historia elegida por el director Alejandro Lavallén propone contar el suspenso a través de la comedia desopilante y refrescar este personaje del Antiguo Egipto con un humor propio del cine norteamericano en blanco y negro. "Queremos llevar al espectador a ver una película en el teatro y a disfrutar de una comedia que tiene el ritmo de una road movie", explica el actor Mariano Torre, quien integra un gran elenco junto con Romina Gaetani, Fabián Mazzei, Adrián Navarro, Daniel Campomenosi y Alberto Fernández de Rosa.
"Una maldición que salió a la luz hace 5000 años. Un científico que estudia el elixir de la vida y tiene un accidente cuando está a punto de descubrirlo y su hija que empieza a estar poseída por una antigua reina. Una travesía hacia Egipto desde el Londres de los años 30", delinea Gaetani los ejes de una historia en la que el espectador reconocerá fácilmente personajes arquetípicos del universo de la momia y las variantes construidas en torno a él. El aventurero, el científico, el malvado, la heroína, el galán y el investigador son imprescindibles que forman parte de la obra del inglés Jack Milner que fue un éxito en Londres y con la cual Lavallén (con una nutrida experiencia como coreógrafo) debuta como director general de una obra de texto.
Al contar desde el humor una historia de suspenso y terror, La Momia se vale de una forma teatral muy británica que supo brillar en la Argentina con obras como Los 39 escalones y Extraños en un tren, ambas con dirección de Manuel González Gil. "El humor inglés construye toda una parafernalia, pero después tiene pequeños detalles que la quiebran y son esas rupturas las que causan mucha gracia, como crear un personaje oscuro y temible que se asusta cuando aparece una rata -reflexiona Lavallén-. Este formato ofrece características muy típicas del terror, como música o situaciones, y las descontractura al combinarlas con momentos graciosos cuando se supone que estamos todos asustados".
A Mariano Torre le atrae especialmente conjugar terror y comedia. "Los dos géneros podrían estar en polos opuestos: cada uno tiene su un-dos-tres para que lo suyo funcione: en el humor el gag tiene un tiempo de desarrollo y en el terror también se trabaja en ese in crescendo para que uno termine en el susto", asegura. De ese mix se trata un poco el trabajo hecho con La momia.
Mazzei, que prefirió Buenos Aires a Mar del Plata, es quizá quien se sintió más a gusto con el filtro de humor que redefine al suspenso. La momia, en ese sentido, se parece a Los 39 escalones, obra de la cual él formó parte. "El tono es igual y yo lo tengo muy aceitado. Tiene ese mismo humor, la presencia de cosas disparatadas que acá también suceden y ese terror muy teatral que te lleva al disparate. Retoma un poco las actuaciones de Boris Karloff o esos actores de películas de terror que le añadían mucha carga dramática: si la historia te asustaba, con ellos te asustabas siete veces más. Y si bien eran y son brillantes, eso también resultaba gracioso", aporta Mazzei.
Para lograr ese terror delirante (terror, al fin) y para hacer posible la aventura que propone esta comedia, de Londres al interior de una pirámide egipcia, es necesario hacer magia. Y eso hace La momia, literal y metafóricamente. "La escenografía es espectacular y se transforma: tiene multimedia, luces especiales, proyecciones, efectos... Un archivador se transforma en una cama, una mesa gira y se convierte en múltiples objetos. Hay situaciones tan distintas en la obra que era muy difícil contarlas desde un espacio que no tuviera variantes. Nuestro desafío fue que la escenografía pudiera transformarse en una mansión, en Egipto, en el Nilo, en una estación de trenes o en un sarcófago", asegura Lavallén y aclara que la producción es de Diego Feldman.
La música, a cargo de Gabriel Goldman, es un actor más: 45 minutos de música incidental fueron compuestos para esta obra, que dura aproximadamente una hora y 20 minutos. Y a eso hay que sumarle magia y ventriloquía, pensados para aportar al misterio y adquiridos con seriedad mediante las clases del Mago Merpin y asesoría de la multipremiada maga Dolly Kent. Y mientras los actores se ilusionan con que el público disfrute de tanto recurso y puesta en escena, lo que agradecen es que ellos se regocijan desde el primer ensayo. "Cada vez que me pruebo la peluquita o me toca hacer de la chica de los años 30 de película de terror, es como encontrar en el baúl de la abuela los rastis, el juego de té y el disfraz de la Mujer Maravilla. Y enterarme de que puedo jugar con todos", se entusiasma Gaetani. El disfrute parece ser realmente verdadero cuando Torre, que interpreta a varios personajes, hace una comparación casi idéntica: "Como actor, me invitaron a jugar a la casa del amigo que tiene todos los juguetes. Tener la oportunidad de ser el Indiana Jones, el ama de llaves enana o el cochero, abre un universo de mucha exploración. Esta obra es perfecta para utilizar todos estos recursos escenográficos, artísticos y tecnológicos y yo soy feliz de ser parte de esto".
El terror desde el humor, el escenario transformista y las sorpresas que ofrece La momia tienen el fin último de entretener a lo grande, como explica el reconocido Fernández de Rosa: "Esta obra para nada busca bucear en la realidad. La función social del teatro en este espectáculo es completamente distinta: divertir. Y no es fácil lograrlo en medio de una realidad mundial tan conflictiva, de cambios profundos en las comunicaciones y las tecnologías y sobre la que ninguno tiene muchas explicaciones, más bien ansiedades e insatisfacciones. Lo que ofrecemos es una parada en el viaje cotidiano para adentrarse en otro mundo: el de la fantasía".
La momia
Dirigida por Alejandro Lavallén
Funciones, jueves, viernes y sábados, a las 21; domingos, a las 20.30.
Metropolitan Citi, Corrientes 1343.
Entradas, desde 450 pesos
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