Verónica Mars

Media Verónica

El policial negro de una detective adolescente que no genera vergüenza ajena.

La idea de un detective quinceañero es aborrecible: todo el mundo detesta a los adolescentes sabelotodos. Dicho esto, hay que reconocer que el trabajo de los creadores de Verónica Mars es doblemente meritorio: lograron una serie policial consistente y una detective juvenil con la que es difícil no simpatizar. Verónica Mars, estudiante de Neptune, un pueblo chico donde abundan los millonarios, destila veneno en cada frase y ejerce un imperturbable desdén. Su actitud arisca viene de una vida difícil: su madre desapareció; su padre perdió el puesto de sheriff por enfrentar al hombre más rico del pueblo por un crimen dudoso; y ella misma fue drogada y violada.

En este contexto de telenovela superlacrimógena, en vez de esperar que un golpe de suerte cambie su destino, en vez de salir de pobre casándose con el hijo rico del villano, en vez de llorar y dar pena, Verónica muestra los dientes. En el colegio, sólo habla con los nerds para enojar más a los chicos ricos; en la calle, es la única empleada de la agencia de detectives de su padre y está decidida a descubrir qué pasó con el crimen que marginó a su padre y qué le ocurrió a su madre.

Como Buffy, ésta es una serie sobre cierto ideal femenino muy contemporáneo, el de la chica con actitud, la variante del posfeminismo para las adolescentes cool. De ahí surge la diferencia, lo que hace a Verónica mucho más tolerable que las antiguas detectives-niñas: esta serie se corre de la inocencia del policial de enigma, y opta por una versión del género negro, injertada en el mundo de fantasía de series como Beverly Hills 90210. Es, quizás, el primer exponente de algo que se podrá llamar hard boiled teen. ¿Es Verónica Mars su Philip Marlowe? Algo así.

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