Ventajas y riesgos de una pared universal

The Wall: construye tu vida

Conducción: Marley/ productor técnico: Alejandro Núñez/ producción: Roxana Briski, Federico Hoffmann, Gabriela Canale/ dirección: Fernando Emiliozzi/ canal: Telefé/ horario: domingos, a las 20.30/ Nuestra opinión: bueno

Lo anticipó Marley desde estas páginas el domingo pasado, antes del estreno. The Wall: "En todo el mundo es uno de los juegos más exitosos de los últimos tiempos". Le faltó decir que en todas partes se ve igual, funciona igual y se rige por las mismas reglas, que obligan a la producción, a los participantes y a Marley a instalarse en San Pablo para hacer el The Wall argentino. "Se monta toda la escenografía en un país y allí se graba para varias regiones", explicaba el conductor a la nacion. ¿El público que se sienta en penumbras y observa el show alrededor de la pantalla y el enorme escenario también es paulista? Si fuese así entenderá poco de la historia de vida de los competidores (en el primer envío, un muchacho y su "padre del corazón", unidos por un emotivo vínculo) y del tenor de las preguntas.

Por tratarse de un cuestionario "de conocimiento general sobre nosotros", como dice Marley, el espectador argentino está en condiciones de seguir al dedillo el derrotero de los participantes, expuestos en un momento a ganar mucho dinero y a perderlo igual de rápido poco después. Pero el diseño es tan rígido y el procedimiento tan mecánico que el sufrimiento y la excitación del participante frente a una pantalla luminosa con pelotas que se mueven como un pinball buscando casilleros con puntajes altos y bajos difícilmente se trasladan a quienes siguen el programa desde el hogar.

Ese efecto contagio, esencial en todo ciclo televisivo de entretenimientos, no surge del dispositivo expuesto en el programa, sino de la propia historia de vida de los protagonistas, reforzada como es costumbre con recargadas dosis de sentimentalismo verbal, visual y musical. Es un recurso que puede funcionar al principio, pero se gasta demasiado rápido.

Le queda a The Wall confiar en su vistoso diseño escenográfico en forma de arco y pletórico de luces LED, que impacta de verdad a la vista cuando el mecanismo se activa, y en las ganas que tenemos de que personas anónimas capaces de compartir vínculos afectivos muy nobles obtengan en buena ley la mayor recompensa posible. En ese recorrido el juego enfrenta más de una vez el riesgo de perderse de vista. Con el oficio y la simpatía que se le reconocen desde hace mucho, Marley hace todo muy sencillo y relaja la natural tensión de los participantes. No es poca cosa.

• 11,7

puntos de rating

En su debut, ganó con comodidad su franja. Superó a Lo mejor de la familia (7,2 por El Trece)

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