Veinte años después, las mismas preguntas
El 8 de febrero próximo se cumplirán 20 años del comienzo del rodaje de la Evita de Alan Parker y Madonna en Uribelarrea, partido de Cañuelas. Mientras se aguardaba la llegada de los protagonistas, el peronismo era un hervidero. Grupos como el Comando de Organización de Alberto Brito Lima se prepararon para boicotear el rodaje; la diputada riojana del PJ Marta Rivadera propuso declarar "personas no gratas" a Parker y a todo el elenco del film, y desde el Frepaso, Nilda Garré dijo: "Si Parker quiere hacer un show no debería haber tomado un personaje de la vida real. Y si quiere hacer un relato biográfico tendría que documentarse debidamente. Me parece una falta de respeto que hiere la susceptibilidad del pueblo argentino". El país era gobernado por otro peronista, Carlos Menem, quien decidió que le convenía mucho más recibir a Parker y a Madonna, y habilitarles la Casa Rosada y su emblemático balcón para la filmación que apoyar a sus propios compañeros.
En 2010, cuando muchos daban por hecha la llegada inminente de Kathryn Bigelow (ganadora del Oscar por Vivir al límite), Johnny Depp, Tom Hanks y Will Smith a la Argentina para el rodaje de una película sobre la Triple Frontera, autoridades de la zona pusieron el grito en el cielo. Decían que la imagen de Hollywood sobre el lugar se reducía a un aguantadero de criminales y terroristas, y estaban dispuestos a boicotear ese rodaje. El proyecto se congeló, pero reapareció en los últimos días, con Depp cerca de aceptar uno de los roles protagónicos. ¿Que harán las autoridades si se anuncia el rodaje? ¿Se sumarán a la creencia de que la libertad artística debe tutelarse en nombre de circunstanciales necesidades políticas?