Valeria Lynch: "No concibo la vida sin amor"
Acaso la pócima perfecta de un fanático es que su artista le habrá las puertas de su casa, que le permita ingresar en ese mundo reservado. Tal cosa acontecerá para los seguidores de Valeria Lynch . La multifacética estrella capitalizó el confinamiento pandémico que atraviesa el presente para brindar un concierto virtual desde el living de su histórica residencia de San Isidro, lo cual es todo un acontecimiento dado que se trata de un espacio absolutamente vedado que conserva para su estricta privacidad: "Nunca hice una nota acá, jamás. Desde ya, más allá de todo lo que voy a ofrecer a nivel musical, significa abrir las puertas no solo de mi casa, sino de mi corazón. Es un plus que valoro mucho", reconoce la diva de la balada a LA NACIÓN. Te espero en casa, así se llamará el inusual acontecimiento que se llevará a cabo en vivo, vía streaming, el sábado 1° de agosto, a las 21, por la plataforma de Tickethoy: "Me pareció que era un título sugestivo. Hay gente que, en las redes sociales, me pide que les muestre donde vivo, así que vamos a cumplir con ese deseo. El título creó una gran expectativa, eso está buenísimo", se ilusiona quien es una de las artistas más versátiles que ha dado la canción popular argentina, ya sea por las búsquedas en sus trabajos como cantante, como así también por sus protagónicos de musicales poderosos. "La virtualidad es una nueva modalidad a la que tendremos que adaptarnos artistas y público. Por otra parte, los músicos y cantantes seremos los últimos en ser habilitados para presentar un show como se hacía antes, así que hacer algo masivo y popular será muy difícil hasta el año próximo, supongo", reflexiona Lynch.
-Lo convivial es esencial para ambas partes del acontecimiento artístico. El encuentro virtual, ¿es un paliativo al respecto?
-Es una nueva forma, nos tendremos que acostumbrar todos. Sin embargo, este show será virtual a medias. Desde ya, no será presencial, pero hay dos formas de hacer el streaming: una es grabar el show, colgarlo en una plataforma, y emitirlo. La otra posibilidad es hacerlo en vivo. Nosotros lo vamos a hacer en vivo, así que la gente podrá comentar y nosotros responder. Le da un sabor especial y diferente. Estamos preparando dos horas de show.
La artista, cuyo material Rompecabezas está nominado al Premio Gardel en el rubro Mejor Álbum Artista de Rock, aprovechará el nuevo concierto para transitar esos temas que le dieron renovada identidad a su carrera en los últimos tiempos, pero no se privará de cantar aquellas baladas que resuenan en el inconsciente colectivo: "Estarán los éxitos de siempre, los temas de los nuevos discos, y tendremos sorpresas dentro de lo que el protocolo permita. Tengo mucha ansiedad y expectativa, estoy muy entusiasmada e imaginando lo que pasará con la gente".
-La virtualidad, más allá de la limitación del cuerpo presente, permite acceder a un público que, por diversas razones, no puede llegar a un concierto tradicional.
-Tiene muchas ventajas. La gente saca una sola entrada y lo puede ver toda la familia en su casa. Por otra parte, los fans siempre se pelean por las primeras filas, ahora todos van a estar en fila uno. Y la otra posibilidad es que nos pueden ver en todo el mundo. Está comprando mucha gente del resto de América latina y de Europa. La nueva modalidad es accesible para los que no tienen la oportunidad de verme en vivo. Hay gente que me dice: "Hace quince años que vivo en España y no te puedo ver". Esta es la oportunidad.
Valeria estará acompañada por su pareja Mariano Martínez, quien es un músico de extensa trayectoria e integrante de Attaque 77, agrupación referencial del punk rock en la Argentina: "Mariano es el hombre orquesta: un gran músico, un guitarrista de aquellos y un excelente cantante. Cuando se sienta en la batería, la rompe. Me encanta como interpreta. Está aggiornando los arreglos para que tengan su impronta. Que esté como invitado, es un plus que la gente agradecerá. Además, cantaremos juntos, como hacemos en los shows.
-¿Cómo transitas este momento tan particular generado por la pandemia del Covid-19?
-Estoy resistiendo, como todo el mundo. Tengo días buenos y otros más o menos. Pero la música me llena el alma, me da las ganas para seguir haciendo cosas. Esta situación es surrealista, de ciencia ficción, no se puede creer. Lo que le pasa a la humanidad es de locos, parece una película de Stephen King.
Maternidades
-En la promoción del show se lee: "Una sorpresa que te llegará al corazón".
-Si lo cuento no es sorpresa.
-¿Tiene que ver con alguien que vive con vos?
-Sí. La estoy convenciendo. Vamos a cantar juntas con Tais.
La cantante se refiere a la hija de Cau Bornes, su ex pareja, quien convive con ella más allá que su padre se haya separado de Valeria. Tais es hija del músico y de la gran cantante folklórica Tamara Castro, que murió en diciembre de 2006 en un accidente automovilístico. "Seguramente cantaremos el "Hallelujah" de Leonard Cohen. Tais es fantástica, más allá que sea mi hija y yo esté babosa por ella, es muy talentosa, es una intérprete muy profunda. La escucho cantar desde los cinco años, estudió en mis escuelas y ahora está en la UADE cursando Artes Escénicas. Antes tenía vergüenza de cantar conmigo, pero creció, evolucionó y tiene una voz hermosa, me da mucho orgullo.
-Es, realmente, muy bella la historia entre ustedes.
-Es una muy linda historia.
-Es conmovedor que digas "mi hija".
-Es mi hija. Tais tuvo a su mamá biológica que fue una gran artista. Pero la vida llevó a que nos eligiéramos mutuamente, construimos un vínculo muy potente. Se incorporó a la familia y mis dos hijos biológicos, Federico y Santiago, la aceptaron enseguida. Todo el mundo la adora. Una vez, en las redes, escribí: "Hoy cumple años mi hija del corazón". Y alguien me observó: "No es tu hija del corazón, es tu hija". Y es así, es mi hija, Dios me la puso en el camino. Estoy muy feliz con ella.
-Cuando te separaste de su padre, ella eligió continuar viviendo con vos.
-Tiene una muy buena relación con su papá y a mí me gusta que sea de esa manera. Pero acá no hay nada incierto, tiene a su familia armada, la realidad es que es su lugar. Yo le di la opción de elegir y eligió quedarse conmigo. Mi corazón y mi alma están henchidos.
Cada día más
Hace de la vitalidad, un sello. Incansable. Dinámica y en busca de nuevas posibilidades. Con el deseo intacto, con los sueños a flor de piel. Idéntica a aquella chica que debutó en 1969 en La Botica del Ángel de Eduardo Bergara Leumann o, un año después, en el musical Hair producido por Alejandro Romay. Conserva la carcajada generosa y esa forma de hablar que contagia entusiasmo al interlocutor, aún a través de una videoconferencia, tal la herramienta posible para llevar a cabo esta charla: "Creo que estar conectada con gente joven es, en cierta medida, el secreto. Eso te da una juventud espiritual, que también se trasunta en la imagen. Soy como me ven. A veces mis hijos me dicen: "Mamá, no puede ser que tengas 68".
-¿68?
-Tengo 68, pero no se lo digas a nadie porque no se nota. Me siento re joven, tengo un espíritu de 20 años, aunque sé que no los tengo. Soy tan inquieta que eso me mantiene bien, aunque el tiempo pasa porque es inevitable que así sea. Lo interesante es que me siento muy joven de espíritu. En mis escuelas, estoy permanentemente junto a las nuevas generaciones. También cuando hice, en televisión, los concursos donde fui jurado. De alguna forma, en ese compartir te mimetizas con ellos. Me gusta estar cerca de los nuevos valores.
-Si pensamos en cuestiones generacionales, a tu novio le llevás 18 años.
-La que tenía algún problema, al comienzo de la relación, era yo. Él me decía que no piense en eso, que no tenía nada que ver, que no se elige a una persona por la cédula, por la edad cronológica. Me hizo ver un montón de puntos que estaban a favor. Así que acá estamos.
-¿Conviven?
-No. En realidad, estamos conviviendo porque nos agarró la cuarentena, pero él añora mucho Córdoba, que es su lugar. Mariano vive en Tanti, así que estamos en convivencia obligada. No es algo que nos propusimos.
-Siempre has sido una mujer muy sensual…
-¿En serio?
-Sabés que es así. A los 68, ¿que rol juega el sexo en esta etapa de tu vida?
-Bueno… Un porcentaje muy importante. En toda su acepción, creo que el amor es fundamental en la vida. Es un motorcito que todos los días hace funcionar el engranaje de lo cotidiano. Pero también hay que ver la cuota que uno le pone de sensualidad y de sexualidad. Creo que no importa la edad.
-Evidentemente…
-Creo que soy más sensual ahora que a los 20 años, seguramente sucede eso. Vivo intensamente cada momento de mi vida, y lo vivo como si fuera el último. Vivo el presente porque no se sabe qué puede pasar, por eso lo disfruto al máximo y le pongo mucha onda a la pareja.
-¿El paso del tiempo implica más seguridades, confirmación de identidad?
-No sé si es tan así. Es prueba y error. A veces, no se sabe muy bien qué se quiere. Otras veces, lo que querés no es lo que te está pasando, pero lo vivís igual. Me ha sucedido varias veces y espero que esta vez no me pase. Si me decís que, ahora, estoy en un plano más seguro, te digo que sí. Y eso te lo da la experiencia, los años y quién te rodea. La seguridad de sentirte querida, protegida, de sentirte bien, te lo da la persona que tenés al lado.
-Las rupturas anteriores no te han apartado de la posibilidad de enamorarte nuevamente. Hay algo resiliente que se despliega en vos.
-Sin duda. Miro para adelante, nunca para atrás. Lo de atrás me sirve de experiencia. En algunos casos puedo incorporar esas experiencias, otras veces no. Lo que pasó fue y no vuelve, pero lo tengo en el recuerdo para no repetirlo. También he pasado buenos momentos: el padre de mis hijos, el nacimiento de mis hijos, la llegada de Tais. El amor se reinventa constantemente. No concibo la vida sin amor. Y no tiene que ver con tener una pareja y estar pegoteados, sino con los sentimientos y con lo que uno piensa del amor. Para mí el amor es fundamental, porque después de eso funciono en todo lo demás.
-Hablabas de la experiencia capitalizada del pasado. En ese sentido, si te cruzaras con cualquiera de tus ex parejas, ¿los saludas o no?
-Hay un ex que no saludo, pero no te voy a decir quién es.
-No es necesario, se conoce tu historia.
-Me encantaría cantarle, con muchas ganas: "Que ganas de no verte nunca más".
El punto final de su pareja con el actor Miguel Habud no fue en buenos términos y transitó el ámbito judicial.
Vale Valeria
No fueron pocos los espacios en los que pudo desarrollar su faceta televisiva. Soñando con Valeria o Más te Vale la mostraron como animadora. En los últimos años, su participación en el medio estuvo vinculada a su rol como jurado en "Cantando por un sueño", "Soñando por cantar" o Tu cara me suena. Sin embargo, la próxima edición de Cantando por un sueño, que será conducido por Ángel de Brito y Laurita Fernández desde el lunes 27 por eltrece, no la contará en el plantel de evaluadores. "No me llamaron", dice sin vueltas.
-Dados tus conocimientos musicales y tu gran performance en el rol de jurado, ¿a qué atribuís que no te hayan convocado?
-No sé, no tengo idea. De todos modos, a mí me gustaba el Soñando por cantar, donde fui jurado tanto tiempo.
-¿Por qué preferís ese formato por sobre el Cantando?
-No era con famosos sino con gente de verdad, no digo que estos participantes no lo sean, pero aquel programa se hacía con gente desconocida y eso me parece maravilloso. Lo de ahora está bueno, sé de varios soñadores que son excelentes, pero, más allá de eso, es un poco más de lo mismo. No lo digo porque no me llamaron, sino porque creo que no será de la calidad del Soñando por cantar, que fue un programa maravilloso.
-Aquel formato apelaba a la emotividad. ¿Ese fue el gran secreto?
-Y descubría artistas desconocidos con gran talento. Este país ve nacer gente con muchas condiciones que no siempre tiene la posibilidad de mostrarse, lo que hizo aquel programa fue sacarlos a la luz. Se dice que Dios atiende en Buenos Aires, por eso el Soñando por cantar hizo que se diera visibilidad a los artistas de las provincias. Muchos iniciaron una carrera.
-¿No hay talento en "Cantando por un sueño"?
-Si bien hay talento, siento que van a apelar al chisme, a las cosas armaditas. No sé quiénes estarán en el jurado.
-Pepe Cibrián Campoy, Moria Casán, Nacha Guevara y Karina la Princesita.
-Pepe me encanta, Moria le pondrá su impronta, y Nacha es bárbara. Los cuatro están capacitados, quizás la más joven es La Princesita, pero se canta todo así que va a estar bien. El jurado está bueno y, además, me parece que van a armar un poquito de lío, es lo que se va a buscar.
-Elogiás a Karina, pero se dijo que, cuando, en 2013, te tocó compartir el escenario del Teatro Colón con ella y otras cantantes en el espectáculo Las elegidas, no te sentiste muy cómoda con su participación, que habrías objetado su talento y trayectoria.
-Eso, realmente, no pasó. Ella tenía una gira programada y dijo que no podía estar porque tenía esos compromisos asumidos previamente. Sin embargo, estuvo con nosotros, la gente la aplaudió. Canta muy bien. No sé de dónde salen esos chismes y rumores, de mi parte no salen.
De aquel espectáculo también formaba parte Patricia Sosa, íntima amiga de Lynch. Sin embargo, durante un tiempo, la relación sufrió asperezas y distanciamientos que ninguna pudo explicar con claridad.
-Patricia Sosa cuenta que limaron diferencias cuando, en una oportunidad, ella se acercó a la puerta de tu camarín, se abrazaron y lloraron.
-Es verdad, después se pasó eso.
-¿No se hablan más? ¿Se distanciaron nuevamente?
-No, todo bien. A Patri la conozco desde que empezó con una banda de rock. La iba a ver y me encantaba. Luego ella siguió con La Torre y yo arranqué mi carrera solista. Es mi vecina, la quiero mucho. Tuvimos un encontronazo tonto y ridículo, pero ya pasó, ya fue. Estamos muy bien, la admiro. Es una gran persona y una gran artista.
Broadway en castellano
Valeria Lynch no se conforma con el espacio de comodidad. Circula entre el universo de la canción, el teatro musical o la participación televisiva. Puede grabar baladas y, al año siguiente, cambiar de rumbo y regresar al rock, género con el que comenzó su carrera. La búsqueda define su tránsito: "Siempre digo que soy una artista de riesgo. No me quedo en un lugar, aunque sigo cantando "Mentira", porque no reniego de eso, porque me hizo popular y me gusta. Pero soy muy inquieta, me interesa hurgar por diversos caminos, buscar. Para mí, eso significa crecer, decirme que puedo".
-¿Te seguís formando?
-Mucha gente se asombra porque, a esta altura de mi carrera, sigo tomando clases de canto. Soy de las que creen que los artistas no conocemos nuestros propios límites. Buscar por diferentes caminos te da la posibilidad de hacer algo nuevo para darle a la gente. Si el resultado no se da como uno esperaba, es otra cosa, pero la satisfacción de esa búsqueda es muy grande. Ver que uno siempre puede dar un paso más, que no hay un techo, es fabuloso. Soy de los artistas que apuestan a todo y más.
-Para transitar ese camino diverso, hay que ser muy seguro como artista, no estar condicionado por el público ni ser temeroso a perder seguidores.
-Sigo cantando las baladas de siempre, porque me encanta hacerlo, solo que siempre estoy buscando aggiornarme, crecer y estar en movimiento constante. Mis fans, esos de tracción a sangre que no fallan, están felices. Desde ya, debe haber gente a la que no le gustan los cambios y se aleja, pero, sobre todo, lo que me ha sucedido es que, con el rock, acaparé a un público muy joven. La mayoría de los seguidores en Instagram son chicos de 25 a 45. Eso es buenísimo, es una forma de renovarse. Pero también sigue fiel aquel público más grande al que le gustan las baladas.
-El rock es sello de tus orígenes.
-De ahí vengo, cuando era una música prohibida hasta que aconteció la guerra de Malvinas y se permitió su difusión.
En esa búsqueda por diversos lenguajes, no se privó de protagonizar títulos referenciales del teatro musical como aquella formidable versión de El beso de la mujer araña en el Lola Membrives, Víctor Victoria en El Nacional o Sunset Boulevard en el Maipo. O de ofrecer de manera sinfónica ese repertorio que se templa en el desamor y el engaño en el mismísimo escenario del Teatro Colón: "Lo del Colón fue increíble. Hice dos funciones con los siete pisos llenos. Miraba para arriba y decía: ´¿Qué hago acá?´. Es un vértigo, es diferente. Ya había hecho, en los ´90, el Carnegie Hall, pero no podía llegar al Colón".
-¿Por qué?
-El Colón era bastante elitista. Me parece bárbaro que abra las puertas a los artistas populares. Porque, además, nada es más popular que la ópera italiana, así que está buenísimo que nos abra la puerta a los cantantes masivos. Aquello fue único, tremendo, un hito en mi carrera. Ojalá se repita.
-El éxito popular y masivo marcó toda tu carrera. ¿Considerás que determinadas élites no te lo perdonaron y establecieron un prejuicio sobre tus caminos estéticos?
-Muchas veces sucedió algo de eso. Decían: "¿Valeria Lynch va a bailar en El beso de la mujer araña?". Y después tuvieron que retractarse, sobre todo algún sector de la prensa. También me sucedió con Sunset Boulevard: "¿Valeria Lynch va a hacer ese personaje?". Y me maté para hacerlo bien. Constantemente hay que demostrar que uno puede hacer determinadas cosas, pero yo sigo para adelante. En los ´80, había productores de discográficas que decían: "Valeria Lynch nunca va a vender un disco". El hecho de ser mujer también tiene que ver con eso, hoy la mujer está en otro lugar, pero, en aquella época, no era así. Se decía que los cantantes que vendían discos eran los hombres y yo demostré que la realidad era otra. Me siento un poco precursora de todo este movimiento que ahora representa a la mujer, a esa mujer que está a la par del hombre, a la mujer que es ama de casa y que, también, puede salir a cumplir otros roles en la sociedad. Resisto, sigo adelante contra viento y marea.
-Debido al cese de actividades, por causa de la pandemia, muchas escuelas de arte han cerrado. ¿Qué sucedió con la tuya?
-Es muy difícil la situación. Son 14 sedes en todo el país. Si bien son franquicias, no me desconecto de ellas, sino todo lo contrario. Tengo la suerte de tener profesores que son un lujo y directivos que son fantásticos y que llevan adelante cada espacio a pesar de lo que nos está pasando con la pandemia. Siempre tuvimos muchos alumnos y la idea es poder brindarles la continuidad del aprendizaje de forma on line. De todos modos, los alumnos han mermado. Los que siguen, y se adaptan a los nuevos métodos, son los que realmente tienen la vocación.
-Siempre se te percibe muy cercana a las audiencias. ¿Cómo definirías el vínculo con tu público?
-Soy empática con la gente por naturaleza, soy así, no me lo propongo. La gente me siente parte de su familia, por eso abro las puertas de mi casa para ofrecerles un nuevo show.
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