Valeria Lynch: “Con Mariano estamos siempre juntos haciendo lo que más nos gusta”
Le gusta sorprender. El año pasado primero se ganó todos los premios por su labor en el musical Sunset Boulevard y luego salió a presentar por todo el país Extraña dama del rock, su disco homenaje al rock nacional. Y hace un mes Valeria Lynch revolucionó todas las redes sociales cuando decidió cambiar por un día su apellido y así se convirtió en trending tropic. "Fue brutal, todos se lo creyeron, eso me llamó mucho la atención. Yo estoy loca, pero no para tanto", reconoce con humor la cantante. "¿Cómo voy a hacer algo así en serio y para toda la vida? Esto fue una estrategia de una agencia de comunicación y como estaban compitiendo por un premio importante me propusieron hacer esta jugada de prensa, y yo me prendí para apoyarlos. Lo más ridículo es lo que algunos medios conjeturaron: llegaron a decir que había tenido que abandonar el Lynch porque mi ex era ¡el dueño de mi apellido!".
Ahora, separación de su marido Cau Bornes y rumores de romance con el músico Mariano Martínez (líder de Ataque 77) mediantes, vuelve a llamar la atención con la reversión rockera de lo más granado de su repertorio, en el trabajo que acaba de editar Sony Music Rompecabezas-Terapia de rock, que este sábado a las 21 presentará íntegramente en La Trastienda.
-En tu disco anterior (Extraña dama del rock) interpretaste una selección de temas del rock nacional y sumaste sólo un par de tu repertorio romántico, reversionados según el género. En este (Rompecabezas-Terapia de rock) hacés lo contrario: optás por cantar en formato rock tus temas y agregás sólo uno de otro autor. ¿Por qué?
-Fue una idea de los productores, de Álvaro Villagra y Mariano Martínez. Quisieron darle una vuelta de tuerca al segundo disco que, como vos decís, continúa en la senda del rock. En realidad nosotros no le decimos rock, pensamos que la música es toda una y entonces lo que hicimos fue aggiornar y refrescar mis temas. Era hora de hacerlo. Yo tenía mis dudas; por ejemplo, cuando Mariano, que es el arreglador de casi todos los temas, me propuso reversionar "La vida pasa", le dije: "¿te parece? ¡va a quedar rarísimo!" Pero en cuanto me envió los arreglos descubrí que quedaba bárbaro. Ahí está el talento y la picardía del que hace los arreglos para dar vuelta las canciones más conocidas. Al principio pensé que a los fans podían no llegar a gustarles estas versiones, porque mis fans son fundamentalistas; pero hoy están encantados y yo también, es una forma de arriesgarse, de aggionarse y de estar siempre vigente; pero no sólo vigente porque la gente me otorga esa condición sino porque yo soy una artista de riesgos. Yo siempre me tiro a la pileta, después miro si hay agua o no. Siempre apuesto a algo más, a algo diferente, a algo que me haga crecer como artista.
-De todos modos, el rock no te es ajeno. Vos empezaste haciendo rock, ¿no?
-Exacto. Sí, este estilo y este género tienen que ver con mi esencia. Yo empecé cuando el rock era marginal y estaba prohibido, cuando teníamos que cantar en los sótanos. Yo empecé haciendo (el musical) Hair, en una época súper convulsionada y revolucionaria. Pero el rock, gracias a Dios, tuvo una vida muy próspera y salió a la luz en el ´82 porque prohibieron la música en inglés por lo de Malvinas. Por eso tuvo el auge que tuvo, aunque seguramente lo hubiera tenido igual, porque creo que tarde o temprano la buena música siempre encuentra su lugar en la sociedad.
-¿Cómo fue la elección de los temas?
-Fue muy difícil. Nos juntamos los tres, Álvaro, Mariano y yo, e hicimos una lista como de 100 canciones entre las más populares, las que no lo son tanto y las que no hacía desde hace mucho. Y algunas que los fans siempre me piden. "Amante mágico" era una de las que no cantaba hacía muchísimo. Con arreglos de rock parece un tema nuevo. Grabamos un montón de canciones, algunas las guardamos porque te adelanto que estamos como para hacer un volumen dos. Gracias a Dios tengo muchas canciones conocidas que el público va eligiendo a través de las épocas, no es que soy una cantante de un solo hit y por ese único éxito trabajé toda mi vida, no señor. Entonces fue muy difícil la elección de los temas; cada uno quería incluir temas diferentes. Mariano me insistió, por ejemplo, para que pusiera "Fuera de mi vida"; entonces lo arreglamos y lo grabamos, pero finalmente tuvimos que sacrificarlo al igual que a otras canciones, para que el disco resultara compacto. A todos esos los guardamos para un volumen dos.
-¿Qué es lo que te impulsa en la madurez a volcarte al rock, un género más afín a la gente joven?
-No es tan así, yo no veo mucha renovación en el rock, no veo mucha gente joven desarrollándolo. Los grandes artistas de rock son los que siguen vigentes. Me refiero a Divididos, Ataque 77, que tiene 33 años de vida, León Gieco, David Lebón, GIT, que acaba de volver, el Indio Solari. Todos perduraron a través del tiempo y siguen siendo quienes fueron. Ni hablar de Charly García. Es ridículo no darse cuenta que Charly es para todo el mundo. Yo creo que hay artistas que pasamos esa barrera y que no le gustamos sólo a un determinado público. Yo tengo un público bien dispar: tengo chicos bien chicos, mucha más gente joven de la que te imaginarías, tengo gente bien grande y de mi generación; en fin, tengo de todo. Y entre ellos gente rockera, gente que no lo es, gente que prefiere más mis clásicos y gente que se anima al cambio y me acompaña siempre en todo lo que le propongo. El rock es la música que me vio crecer como artista, con la cual yo transité toda mi adolescencia y crecí, así que siempre guardé un pedazo de rock en mi corazón. Y no es que ahora me surgió la idea de hacer rock, hace rato que yo quería hacer algo que estuviera emparentado con el género porque nunca dejé de ser una rockera de alma.
-¿Tuviste desde el vamos el consentimiento de Sony Music o te costó convencerlos?
-Cuando en 2017 les dije a los de Sony que quería hacer el CD Extraña dama del rock me miraron como si estuviera loca, no lo podían creer, pero les rompí tanto que finalmente dijeron: "Bueno, a ver..." Y después, cuando vieron el resultado final, se quedaron con la boca abierta. Por eso todo fue más fácil con Rompecabezas-Terapia de rock. Y lo agradezco, porque entiendo que cuando tenés una carrera de baladas clásicas y exitosa como la mía, es difícil que te permitan cambiar y probar otras cosas. En realidad no voy a cambiar, simplemente se trata de una manera de crecer y de ir por algo más. Porque nunca voy a dejar de cantar baladas. Yo me tenía fe con la Sony. Sabía que en todo caso debía vencer algunas resistencias lógicas y nada más, que yo lo podía hacer bien y tenía cómo demostrárselos. Pappo siempre me decía: "Vos sos la mejor cantante de rock argentina, pero no lo digo públicamente porque los rockeros me matan". Y yo estaba feliz con que él me dijera eso. Para mí el rock no es una música ajena, es algo que palpé mucho, en una época en la que sólo nos permitían cantarlo en sótanos. Y por eso me pasé a hacer un género más internacional, porque yo quería vivir de mi vocación. Cuando lo conozco a Héctor Cavallero (su manager y luego primer marido y padre de sus hijos) yo venía de hacer tres óperas rock (Hair, The Rocky Horror Show y Jesucristo Superstar) y él me dice: "Dejate de hacer rock, hagamos pop y baladas, una música más internacional, que te va a ir bien". Y mal no me fue, obvio. No me arrepiento del cambio, pero soy una rockera del alma y siempre guardé un poco de rock en mi corazón. Y ahora estoy en una etapa en que me puedo dar un gusto, y el gusto es justamente éste, volver a cantar rock. Eso no quiere decir que ahora soy una cantante de rock y reniego de todo lo demás. Yo no reniego de mis baladas maravillosas que me han dado vida tantos años.
-¿Hoy el término que más te definiría es el de crossover?
-Totalmente. Yo no me considero sólo una cantante de baladas o de rock, como algunos podrían suponer hoy tras la edición de este disco. Yo creo que crucé todas las fronteras. En todo caso soy todo eso a la vez, sigo siendo baladista y romántica, canto rock y también canto tango y sin ser una tanguera de ley fui y aún soy la mayor vendedora de discos de tango del país. Cuando grabé Valeria canta el tango (1986) no era habitual que una mujer grabara tangos, no estaba bien visto en el medio, que era machista y en el rock pasaba lo mismo. Aún en la actualidad las mujeres del rock tienen que esforzarse mucho para ocupar un lugar. Ahora hay como una apertura, que me parece fantástica y sensacional, pero de todos modos la mujer siempre estuvo relegada. Patricia (Sosa) siempre me contaba todo lo que tuvo que luchar para abrirse paso.
-¿Tenés alguna cantante favorita dentro del rock nacional?
-Sí, Claudia Puyó, para mí es la mejor y Fabi Cantilo también me gusta mucho.
-A propósito de Fabiana Cantilo, ella participa en el tema "Yo sin él". Y el disco también incluye otros duetos con invitados de lujo: Rubén Rada (en "Energía para querer y poder"), Ale Sergi (en "Me das cada día más) y Beto Cuevas (en "Y tú no estás"). ¿Por qué elegiste a cada uno de ellos?
-A Fabi la encontré en abril, cuando varias cantantes participamos en la apertura de ShowMatch. Yo la adoro, es una mina divina, con ella he compartido muchos escenarios, muchas reuniones. Además me parece que es una cantante que se reinventa permanentemente. Ahí le dije si no tenía ganas de cantar conmigo y ella, que es pura dinamita, me respondió: "Sí, ya, cuándo, vamos". Todo sin haber buscando el tema que se adaptara a su estilo de cantante y ahí me encontré con "Yo sin él", un temazo de las hermanas cubanas Las Diego, que un día me acercaron y luego se convirtió en un golazo en toda Latinoamérica. Y no me equivoqué, Fabi le puso su impronta, su estilo tan personal y el dueto quedó bárbaro. En general, estoy muy contenta con todos los dúos, y no es que al cantar conmigo tuvieron que adaptarse a mí; no, todo lo contrario, cada uno le puso su sello a la canción y le dio algo diferente, la aggiornó. Y esto me provocó para que yo cantara distinto. Un ejemplo de esto fue lo que me pasó con Beto Cuevas. A él lo admiro desde siempre y como está ahora en México haciendo el musical Jesucristo Superstar no nos pudimos encontrar para grabar juntos. Me daba mucha bronca porque a mí no me gusta grabar un dueto a la distancia. No es lo mismo, codo a codo se crean otros climas, en fin, es mucho mejor. Pero la única manera era hacerlo así. ¿Y qué pasó? Yo ya había grabado mi parte y luego él grabó la suya y cuando escuché lo que cada uno había grabado sentí que él cantaba el tema de una manera y yo de otra, y que eso no era orgánico. Así que aunque los productores me quisieron matar yo pedí volver a grabar mi parte, para acoplarme a la suya. ¡Y después me dieron la razón! Es que está bueno eso de juntarse con los pares, es otra la experiencia a la hora de grabar, se comparten ideas y todo fluye de otra manera.
-Recién te referías a Pappo y a un elogio que no se atrevía a hacerlo público. Es evidente que en un momento existió una amplia grieta en el ámbito de la música nacional: con los rockeros por un lado y los melódicos o románticos por otro. ¿Vos la sufriste?
-La verdad es que a mí no me importaba mucho porque yo trabajo para la gente, no para los músicos. Siempre he tenido muy buena onda con mis colegas y como muchos de ellos me conocen desde los ´70, cuando empecé, no existió mucho esa grieta; a lo mejor sí con los más jóvenes, por eso de "ay, esa mina que canta rock y qué se yo". Pero son cosas que pasan en todos lados y en la música también. Pero por suerte ahora hay una apertura de cabezas y ya no existe demasiado esa grieta. Esa discriminación o rechazo no existe en los Estados Unidos ni en Inglaterra, allí los artistas de diferentes géneros se fusionan sin ningún problema, cada uno con su estilo y su personalidad. Si no, no se podría haber producido aquella comunidad de voces en "We are the world", ¿te acordás? En el resto del mundo no hay tanto prejuicio. Creo que la Argentina es más prejuiciosa, musicalmente hablando.
-¿Se podría decir que estos duetos colaboran para cerrarla definitivamente?
-Ojalá. Yo no siento esa grieta pero sé que existe y mucho. Entre los artistas y los géneros. Ojalá que estos dúos sirvan para eso, porque creo que un buen músico está capacitado para hacer cualquier estilo. Después la gente elige y uno como artista también. Como yo soy muy inquieta siempre voy a estar sorprendiendo; de hecho ya estoy pensando en un nuevo disco, que no tiene que ver con el rock.
-¿El recital del sábado, en La Trastienda, será la presentación oficial del disco o una forma de ir calentando los motores con vistas a una presentación más masiva el año próximo?
-Como hace un año que lo vengo grabando, lo fui presentando de a poco, mechando algunos de los temas en cada show, pero ahora, el sábado, haré por primera vez el disco completo, haré Rompecabezas de punta a punta y además haré algunos otros temas de rock que supe grabar o cantar alguna vez en mi vida, como "Mariposa de la noche" y "Noche de brujas". Será un recital bien rockero. Luego, en el verano volveré a los shows mixtos, con mitad de clásicos y mitad de rock.
-Además de participar cantando a dúo el tema "Para decir adiós", aquel clásico de Roberto Figueroa que popularizó José Feliciano, ¿cuánto le aportó Mariano Martinez a tu nueva propuesta musical?
-¿Podés creer que justo este tema no lo elegí yo? Lo eligió él. Yo le había pedido volver a cantar un tema juntos, al principio él se opuso y luego me dijo: "Bueno, hay un tema que me encanta, que vos alguna vez interpretaste junto a José Feliciano, que es 'Para decir adiós'". Yo me sorprendí, nunca pensé que iba a elegir ese tema, él, que es tan rockero. De todos modos, no me imaginaba este tema versionado al rock. El me dijo que iba a hacer un demo y que después yo decidía y lo que me pareció fantástico fue que luego se le ocurriera cantar a él la parte de la balada y dejarme a mí la más rockeada. Ahí compré definitivamente la idea y a la gente le fascina. Volviendo a tu pregunta original, te respondo que mucho, él le aportó mucho a esta propuesta musical, porque el alma de este disco es él, sin dudas. Él hizo la propuesta, los arreglos, todo lo que suena es de su autoría, él dirige a la banda, en fin, él aportó muchísimo.
-Además, juntos compusieron los dos temas nuevos. En "Sólo esta vez" y "Está todo mal" vos escribiste las letras y Mariano compuso las músicas. ¿Se ha formado una pareja musical?
-Ojalá. A mí me encantaría porque él es un musicazo, un guitarrista de la hostia, un muy buen cantante; es más, lo estoy hinchando para que grabe un disco como solista. Él no se la cree mucho como cantante, pero realmente canta muy bien. A la hora de componer es muy creativo, propone músicas atípicas, no viene con eso de estribillo, puente, estribillo, final. Él se va por diferentes ramas y como a mí también me gusta mucho componer lo que hicimos fue un trabajo muy en conjunto: él me pasaba la música y yo de repente le decía: "acá subí de tono, acá bajá", y así se fue armando la balada ("Sólo esta vez") que es preciosa, y el otro tema ("Está todo mal"), que es más power, también nos gusta mucho.
-¿Y qué hay de cierto sobre la versión que los involucra sentimentalmente?
-No voy a hablar de eso. No, no voy a hablar.
-Tus fans lo dan por hecho, Valeria...
-Y, bueno, qué digan lo que quieran...
-Tampoco lo negás.
-Tampoco te lo estoy afirmando... Es un tipo bárbaro, con él está todo fenómeno, todo bien, más que bien. Muy bien.
-¿Es lo único que vas a decir de Mariano?
-Bueno, estamos siempre juntos... haciendo lo que más nos gusta...
-¿Y que cada uno saque sus propias conclusiones?
-Claro. Digamos que no tengo nada que confirmar, estamos muy bien y punto.
-Pensaba hacer otra pregunta sobre Mariano, ¿te la hago igual o no?
-Sí, hacela , hacela...
-En "Corazón de hielo" cantás: "Cualquiera que sea un poco atrevido e insista que quiere un romance conmigo, cualquiera que me tome en sus brazos y me cante al oído; cualquiera, cualquiera que me diga que me quiere, que por mi amor se muere, cualquiera que sea diferente a ti, completamente corazón de hielo". ¿Así se podría resumir la relación entre ustedes?
-No, porque yo no elegiría a cualquiera. [Risas]. Esa canción la escribió hace mucho Horacio Lanzi y es el único tema del disco que no arregló Mariano sino mi hijo Federico.
-En el primer corte de difusión, el cover en versión rockera del clásico de José Feliciano "Para decir adiós", cantás insistentemente "para decir adiós sólo tengo que decirlo". ¿Así de simple y expeditiva fue tu separación de tu marido Cau Bornes?
-Ay no, estábamos mal hacía muchos años. Las separaciones nunca son de un día para el otro, siempre hay intentos de arreglos, elaboraciones varias y finalmente la aceptación de que algo ya no funciona. Ahí te preguntás: ¿qué hacemos? Lo nuestro fue de común acuerdo, yo tiré la onda y Cau la aceptó. Hacía mucho que no veníamos bien, pero yo no soy muy de contar, ni me interesa que la prensa se entere de estas cuestiones personales, a mí no me copa mucho eso. Nunca fui de esconderme, pero tampoco de contar todo lo que pasó en la pareja durante estos años ni por qué. No nos llevábamos bien y decidimos de común acuerdo decir ya está.
-¿Y cómo quedó la relación? ¿Se fue finalmente de tu casa?
-Sí, claro, ¡por favor! (Risas) Parecía que no se iba a ir nunca, ¿no? Sí, se fue y ahora está todo bien. Hay etapas en una separación, siempre pasa eso. El tema pasaba por a dónde se iba a ir, porque estaba claro que él que se tenía que ir era él porque convivíamos en mi casa.
-Y su hija, Tais Bornes, ¿sigue viviendo con vos?
-Sí. ¿Por qué no? ¡Es mi hija! Además fue su elección. Ella ya tiene 18 años, es adulta, está conmigo porque yo soy la mamá. La realidad es que ella tuvo una mamá biológica (la cantante folclórica Tamara Castro, primera mujer de Cau Bornes), que lamentablemente falleció cuando ella tenía cinco años y está conmigo desde entonces. Imaginate, para mí es mi hija y no hago ninguna diferencia con los otros dos varones, todos se aman y formamos una familia de verdad, impresionante. Mi hija tiene sus hermanos, ahora su sobrino, sus tíos y todos la adoran y ella nos adora a nosotros. Obviamente Cau fue, es y seguirá siendo su padre.
-¿Será tu heredera, se dedicará al canto como vos?
-Sí, ahora se anotó en la UADE, va a estudiar Artes Escénicas, acaba de recibir el resultado del examen y le fue espectacular, así que está feliz. Canta y actúa muy bien y se baila todo. ¡Yo la amo, qué voy a decir!
-De todos modos, la gran noticia a nivel personal es otra, ¿no? ¡Acabás de debutar como abuela!
-Sí, ¡no lo puedo creer! Mi hijo mayor, Federico, me hizo abuela hace muy pocos días, el 28 de noviembre. Mi nieto se llama Benicio. Pero esa no es la única noticia familiar, tengo otra para darte: mi hijo menor, Santiago, me hará nuevamente abuela en cuatro meses. ¡Y esta vez será una nena! Julia. Tanto que me hicieron esperar... ¡y ahora me dan esta doble sorpresa! Estoy tan pero tan feliz...
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-¿Cómo es Benicio?
-¡Es un bebé divino! Es lo más, lo adoro, es tan chiquito que me da temor tenerlo en los brazos. Estoy enloquecida. Me tiene fascinada y a cada rato llamo a los padres para que me envíen una foto nueva. Como ellos viven en Escobar y por eso no los puedo visitar todos los días, necesito que me actualicen permanentemente su crecimiento. En fin, Benicio me tiene loca de contenta.
-¿Sos el tipo de abuela que pensabas que ibas a ser?
-Todavía no lo sé, pero creo que voy a ser peor de lo que pensaba, voy a ser ultrapermisiva. Yo, esas cuestiones de "no lo acuesten con los padres", por lo del colecho, no me van; al contrario, yo le digo a mi nuera: "Acostalo en la cama con ustedes, pobrecito". ¡Pero, por favor, déjenme de hinchar! Exceso de afecto, seguramente es eso lo que yo le voy a dar a mis nietos. Los chicos deben criarse con amor y yo me voy a encargar de eso. Después, que los padres se encarguen de ponerles los límites. Si a mis hijos los crié con exceso de afecto, imaginate ¡cómo los voy a criar a mis nietos!
-¿Le cantás canciones de cuna a Benicio?
-Aún no. Justo hoy estaba pensando en eso. En mi repertorio tengo una sola, la que le compuse a Federico ("Canción para mi trompo"), aquella de "Pintame de amarillo en tus recuerdos, que aunque nunca fui el sol me gusta serlo", y que luego también le canté a Santi y más tarde a la nena. Así que bien se la podría cantar a Benicio. Aunque estaría bueno componerle una exclusiva para él, ¿no? Ya está, lo voy a hacer.
-Ya se termina el 2019, ¿qué deseás para el año próximo, a nivel personal y profesional y como ciudadana?
-¡Que mis nietos crezcan divinos! Y en cuanto a mí... yo apuesto mucho al amor, soy una persona que necesita del amor, para mí el amor es el motor fundamental de mi vida, así que espero estar bien con el amor... Empezar una nueva etapa. ¿Año nuevo, vida nueva? Sí, eso es lo que quiero. Y como ciudadana, espero que finalmente tengamos la Argentina que nos merecemos. No digo que soy apolítica porque no es cierto, pero no pertenezco a ningún partido político; no obstante, espero de todo corazón que el nuevo presidente escuche al pueblo y sus necesidades; y que no tengamos más niños rogando por un plato de comida. Deseo que tengamos un país próspero como debería ser porque tenemos todo para que así sea. Soy de los argentinos que no pierden las esperanzas, que piensan que alguna vez la Argentina va a surgir con todo. Espero llegar a verlo, y si no, al menos que lo puedan disfrutar mis hijos y por supuesto, ahora más que nunca, sí o sí mis nietos. Y que la gente que está en la pobreza pueda salir adelante, que tenga la dignidad de un trabajo, que es tan importante, y que puedan acceder a una buena asistencia en salud. Y que todos los niños puedan crecer en un país libre. Esto es lo que siempre quise y ahora que soy abuela lo anhelo mucho más.
Agradecimiento: Galería Bruggens en Vitrum Hotel.
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