Val Kilmer: el Santo viene marchando
El actor rechazó repetir el papel de Batman para protagonizar en el cine el personaje que había hecho famoso, en la TV, su colega Roger Moore.
LOS ANGELES (The New York Times Special Features) .- Val Kilmer no es ningún santo. Pregúnteselo a cualquier director.
"El ser humano más conflictivo con el que jamás he trabajado," asevera Joel Schumacher, que lo dirigió en "Batman por siempre".
"Hay dos cosas que nunca volvería a hacer en mi vida", dice John Frankenheimer, el director de "La isla del Dr. Moreau". "Nunca escalaré el Monte Everest ni tampoco volveré a trabajar con Val Kilmer. Ni por todo el dinero del mundo."
Sin embargo, mientras el ex Batman y futuro Santo se acomoda en una silla del Mondrial Hotel de Los Angeles, no se lo ve preocupado, todo lo contrario.
En realidad, tampoco tiene motivos para estarlo. El último año apareció en tres películas con el mejor grupo de protagonistas con el que un actor haya alguna vez trabajado: Robert De Niro, Marlon Brando y Michael Douglas.
Y el 4 de abril se lanza con el papel protagónico en "The Saint". Quizá su personaje - el agente super secreto llamado Simon Templar - se destaque por sus máscaras, disfraces y las más diversas identidades que hasta él mismo se pregunta "¿Quién soy?".
Pero, ¿quién es en realidad Val Kilmer? Dicen que Frankenheimer terminó "Moreau" gritando: "¡Corte! ¡Ahora, quítenme a ese cretino de mi vista!" En el rodaje de "The Doors" (1991), en el que interpretó al legendario Jim Morrison, dicen que Kilmer exigía que todo el mundo lo llamara "Jim".
Pero aquí está Phillip Noyce, su director en "The Saint".
"La mayoría de las cosas que se dicen son injustas", asevera Noyce. "El verdadero Val Kilmer es un corderito. Además, jamás he visto un actor tan dedicado como él."
¿Quién tiene la razón? Mejor no se lo pregunten a Kilmer.
"Dejo que mi trabajo hablé por mí", dice.
Y su trabajo sí que habla bien de él. La mayoría de los críticos consideraron la participación de Kilmer en "Moreau" como lo único bueno de la película, y, pese a sus enfrentamientos con Schumacher, su actuación en "Batman por siempre" fue, en general, preciada como el mejor Batman de todos los tiempos.
Pero ahora la capa y la capucha se dejan a un lado para dar lugar al halo metafórico de El Santo. Kilmer insiste en que él no rechazó "Batman y Robin", simplemente, prefirió "The Saint".
"La verdad es que quería hacer ambas", revela el actor. "Hubiese hecho las dos, pero fue un gran shock para mí cuando me enteré que las dos se filmaban al mismo tiempo."
Sin embargo, la elección no fue difícil.
"Me gusta mucho más el personaje de "The Saint", dice Kilmer. "En realidad, con el traje de Batman no hay mucho para actuar excepto con las fosas nasales."
"The Saint", basada en las novelas de Leslie Charteris de la década del treinta, llega de Rusia a Londres, porque El Santo conoce una química (Elizabeth Shue) que trata de escapar de un par de rusos siniestros que intentan quitarle su revolucionaria fórmula para la fusión del frío.
Hablando de química, Shue y Kilmer encienden la pantalla, y el actor asegura que no fue un accidente.
"En realidad, creo que es una película romántica", dice Kilmer. "Paramount me dijo: Es un thriller, un film de acción, pero yo creo que es una historia de amor. Sinceramente, disfruto de algunos pequeños momentos de intimidad, los que considero tan importantes como la acción."
Tan ardientes eran las escenas románticas del film que se corrió el rumor de que la pareja de ficción tenía un affair, en esos momentos Kilmer estaba pasando por un complicado divorcio con Joanne Whalley-Kilmer.
"Val y Elizabeth pusieron mucho empeño hasta convencerse del sentimiento de afecto entre el uno y el otro", afirma Noyce. "Hasta el propio equipo llegó a pensar que tenían una aventura amorosa. Era sólo parte de la actuación."
El estilo intenso de Kilmer se remonta a su niñez en Chatsworth, California. Aunque vivía frente a una estrella de cine - el cowboy cantante Roy Rogers - dice que su verdadera inspiración fue su hermano menor, Wesley.
"Era un excelente imitador y actor ", recuerda Kilmer. "Mis padres tenían este rancho en Arizona donde íbamos todos los fines de semana. Y como estaban atrapados porque no había adonde ir a la noche, se veían obligados a mirar nuestras representaciones."
"En ese entonces, todo lo hacía mi hermano, tenía una memoria fotográfica impresionante, como mi hijo -asevera-. Mi hermano y yo hacíamos el Show de Ed Sullivan al pie de la letra."
Wesley Kilmer falleció a los 16 años, ahogado en la piscina de la familia después de un ataque de epilepsia, unos pocos días antes de que el joven Val de 17 años se marchara a Nueva York para ingresar en el departamento de teatro de Juilliard como el estudiante más joven que jamás hayan admitido.
"Hubiese sido el gran director de la familia. Era tan bueno," expresa Kilmer con añoranza. "Toda la tragedia te hace revisar tu propia vida y replantearte las cosas que querés, porque ¿quién sabe cuánto tiempo más te queda?" Después de la universidad, el Kilmer de 24 años fue inmediatamente elegido para trabajar en la película "Top Secret" (1984). A continuación, le siguió "Top Gun" (1986), "Willow" (1988), "The Doors", "Corazón de trueno" (1992) y, más recientemente, "Heat" (1996), "The Ghost and the Darkness" y "Moreau": "Me gusta trabajar ahora con actores de la talla de Brando, Douglas y De Niro", dice Kilmar. Trabajé con los tres el año pasado. No me fue para nada mal."
"Me gustaría hacer una comedia," confiesa. "Quiero mostrarle a la gente que Val Kilmer tiene sentido del humor."
A veces, son las personas que lo rodean los que en realidad necesitan sentido del humor.
"Si tuviese que emitir una queja sobre Val", dice Noyce, "es su obsesión por los detalles."
En una breve escena de "The Saint" él tenía que usar un suéter provisto por la diseñadora de vestuario Marlene Stewart.
Sin embargo, el suéter no le sentaba al meticuloso Kilmer, que pidió ver otro. Y otro. Finalmente, después de haber visto más de 100 suéters, seleccionó el original.
"No soy obsesivo," dice Kilmer. "No puedo evitar interesarme profundamente por las cosas."
Una de las cosas que no le interesa a Kilmer son los sociales de Hollywood. El vive en Santa Fe, Nuevo México, lejos del circuito de Los Angeles.
"No funciono socialmente como otros," dice Kilmer. "Lo que me gusta hacer es leer libros, andar a caballo y pasar muchísimo tiempo en contacto con la naturaleza."
Otro de sus placeres es la paternidad. Su hija de 5 años Mercedes y su hijo de 18 meses Jack van y vienen entre la casa de Kilmer en Nuevo México y la casa de su ex mujer en Los Angeles.
"La paternidad me ha hecho confrontar mi moralidad y mis limitaciones," asegura Kilmer. "También ha aumentado mi capacidad de amar. Anhelás amar y ser feliz. Y he encontrado ese tipo de amor en mis hijos."
"Hay algo que extrañaré de Batman", dice. "Me pondría la capa en casa para, cuando vengan los amigos de mi hija, poder envolverlos con ella. Es fascinante porque los ojos de un chico se fijan en toda la imagen, se vuelven locos."
Sin quedarse atrapado en su propia imagen, el próximo proyecto de Kilmer será un papel aun más sagrado que El Santo, la voz de Moisés en DreamWorks, la versión animada de "Los Diez Mandamientos".
"He pasado de santo a Moisés", afirma Kilmer. "¿Cuánto más puede mejorar una imagen?" Cindy Pearlman
(Traducción de Andrea Arko)
Simón Templar, un hombre de cuatro caras
En la televisión, el rostro más recordado de este personaje es el de Roger Moore, pero, en realidad, otros tres actores ya lo habían interpretado.
Simón Templar, el Santo, vivió su momento de apogeo a fines de la década de 1960, cuando sus aventuras comenzaron a recorrer el mundo a través de la televisión en una muy recordada serie que tuvo como protagonista a Roger Moore, quien se consagró como estrella internacional a partir de ese papel.
Moore fue el más famoso y popular Simon Templar de la historia, y el que mejor retrató a este elegante y flemático detective privado, una suerte de Robin Hood moderno que toma causas perdidas y defiende la justicia a toda costa.
Pero la historia de El Santo en la pantalla es bastante más longeva y tiene antecedentes menos conocidos que se remontan a los años 30 y 40, décadas en la que comenzó a realizarse una serie de films (cada uno duraba alrededor de 70 minutos)inspirados en este personaje que creó el novelista Leslie Charteris.
Hubo tres Simon Templaren cuatro años. El primero fue Louis Hayward, que protagonizó "The Saint in New York" (1938), una película dirigida por Ben Holmes que por algún tiempo se entendió erróneamente como el debut como director de Alfred Hitchcock en Estados Unidos.
Un año después, tomó la posta George Sanders ("The Saint in London"), iniciando una serie de trabajos que incluyeron, en los años subsiguientes, títulos como "The Saint`s girl Friday", "The Saint Takes Over" y "The Saint Strikes Back", todas entre 1939 y 1941, y dejó el papel para hacerse cargo de otro héroe de características parecidas, llamado The Falcon (El halcón).
En 1941 apareció un tercer actor procedente del teatro, el también inglés Hugh Sinclair, para encarnar por única vez a Templar en "The Saint`s Vacation".
Desde ese momento se abrió un largo paréntesis interrumpido fugazmente en 1954, cuando Hayward retomó el papel en "The Saint`s Girl Friday", hasta la definitiva consagración del personaje en la TV durante la década de 1960.
El más exitoso de todos
La más exitosa serie con las aventuras de Simon Templar, realizada íntegramente en Inglaterra y protagonizada por Roger Moore, se exhibió por primera vez en Estados Unidos el 21 de mayo de 1967 y por última vez el 12 de noviembre de 1969.
Allí, Moore recorre el mundo en aventuras que, inclusive, lo lleva en un capítulo a Buenos Aires. Junto a él aparece de tanto en tanto un simpático y calvo policía (el inspector Claude Teal, personificado por Ivor Dean), que encarna el ambiguo punto de vista que siempre adoptó esa institución frente a Templar:siempre reconoció su lucha en favor de la justicia, pero cuestionó los métodos extralegales que usaba para llegar a sus objetivos.
La historia de El Santo se reanudó en 1978, cuando Ian Ogilvy intentó un fallido regreso, que se limitó a un telefilm ("El regreso del Santo") y a una serie de películas realizadas para televisión entre 1989 y 1990, con otro ignoto actor británico, Simon Dutton.
Ninguno de estos últimos intentos pasó a la historia ni logró eclipsar el recuerdo que Roger Moore produjo como el mejor Simon Templar de la historia, inclusive entre nosotros. A tal punto, que cada reposición de los viejos capítulos de la serie despierta interés entre los seguidores del género.
La serie, que durante muchas temporadas fue emitida por Canal 13, forma parte de la futura programación del canal de cable Uniseries, especializado en el género, que la repondrá a lo largo de este año.
Ahora que el Santo se suma a los muchos personajes surgidos de series televisivas que llegan al cine, le toca al carilindo Val Kilmer sostener el prestigio y la memoria de un personaje singular.
Muchos esperan que con la espectacularidad que puede aportar la pantalla grande no se deje de lado un detalle que no faltó en ninguno de los Simon Templar de la historia: esa mítica tarjeta personal con la figura diseñada en esquemáticas líneas y la infaltable aureola sobre la cabeza del más santo de nuestros héroes.
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