Antes de llegar para presentarse en el marco de Creamfields, habla Karl Hyde
“Adoro Buenos Aires”, enfatiza al otro lado del teléfono, desde la capital inglesa, Karl Hyde, quien junto con el productor y tecladista Rick Smith fundó Underworld, laboratorio electrónico que regresa a esta orilla del Río de la Plata como acto estelar de la inminente edición de la Creamfields porteña (este sábado, en Costanera Sur). “El público tiene una energía tan fuerte que es imposible olvidarla”. No obstante, esta leyenda de las pistas de baile, fundada en 1980 en la localidad de Romford (ubicada al norte del Gran Londres), que completa Darren Price, se reencuentra con la audiencia local en una época en la que sus creadores se concentran en sus respectivos emprendimientos unipersonales. “Es muy interesante lo que sucede porque me pasé la mayor parte de este año girando con mi proyecto solista, haciendo otro tipo de música”, dilucida el veterano vocalista y guitarrista de 56 años. “Mientras que Rick estuvo concentrado también en los suyo. Así que cuando nos reunimos en el marco de un show de Underworld recordamos lo bueno que fue haber estado juntos durante 33 años. El hecho de separarse, y de ir por diferentes caminos, reactiva nuestra energía cada vez que nos reencontramos. Pero no sé qué vamos a presentar en esta ocasión”.
Al tiempo que Rick realizó la banda de sonido de Trance, la nueva película de Danny Boyle, vos presentaste este año Edgeland, álbum que no para de recibir elogios tanto del público como de la prensa. ¿Por qué nació recién tu deseo de debutar como solista? Cuando Brian Eno me convocó para participar en Pure Scenius, un proyecto de improvisación en vivo que presentamos en 2009 en el Opera House de Sidney, lo disfruté tanto que, amén de repetir esa maravillosa experiencia de reunirme con músicos talentosos y de gran calidez humana, me interesó el concepto de improvisar que sostiene Brian. A lo que se sumó mi fascinación por ese conjunto de personas que vive en la periferia de Londres.
Luego de haber sido durante tantos años vocalista de Underworld, ¿te fue difícil asumir el liderazgo de tu propio proyecto? En esta aventura que estoy llevando adelante, por primera vez me tuve que hacer cargo de ser líder de un grupo humano, de reunir a los músicos, de decirles lo que deben hacer, y, al mismo tiempo, de tratarlos a todos por igual, pues mi última experiencia colectiva fue Underworld. De manera que en mi banda todos somos muy amigos. Hasta el momento, es una experiencia positiva. Me sentí muy bien asumiendo esa responsabilidad, haciéndome cargo de ese reto intelectual. Y creo que la devolución del público es muy buena en los shows en vivo.
¿Cómo fue la respuesta de los fans frente a tu nuevo laboratorio sonoro? ¿Creés que entendieron las diferencias entre uno y otro? Los fans de Underworld entendieron el concepto de mi álbum porque saben desde qué lugar lo hice. Lo que cambia es el contexto porque sigo cantando igual. Creo que la diferencia entre ambos radica en que Rick y yo, a diferencia de mi propuesta solista, concebimos un proyecto claramente orientado hacia el dance. O para sintetizarlo mejor: Edgeland es como si Underworld hiciera música indie.
Rick y vos colaboraron con Danny Boyle en el acto de cierre de los Juegos Olímpicos de Londres. Considerando que se trata de uno de los eventos más importantes de la sociedad contemporánea, ¿sentís que fue lo mejor que les pasó desde que la agrupación existe? La verdad es que lo de los Juegos Olímpicos fue más un proyecto de Rick que mío. Como él quería hacerlo, yo lo ayudé más en la parte compositiva: melodías, climas. ¿Sabés? Ése fue mi aporte, el de ayuda y contribuir durante el tiempo que estuvimos metidos en el estudio para confeccionar la música del espectáculo. No obstante, en lo personal, lo mejor que me pasó en mi carrera fue la realización del documental que surgió a partir de la grabación de mi disco, pues muestra una cara desconocida de nuestra sociedad, a gente a las afueras de Londres viviendo en condiciones extremadamente difíciles.
Mientras el ganador del Oscar en 2008 por Slumdog Millonaire sigue adelante con los preparativos de la continuación de una de las películas de culto de los noventa, que en esta oportunidad estará inspirada en la cinta cubana Memorias del subdesarrollo (1968), del realizador Tomás Gutiérrez Alea, Underworld disfrutó del gran espaldarazo que le brindó el éxito de Trainspotting, por la inclusión de dos singles suyos en el film. Además de Dark & Long (Dark Train), la banda de sonido también contiene Born Slippy NUXX, elegido como tema central del largometraje de 1996. Dueña de una memorable introducción, el shock que causó ese corte promocional provocó asimismo una envión en la popularidad de la electrónica. "Son esas canciones que aparecen raramente en la vida de un artista, pero una vez que suceden trascienden el tiempo y los géneros", asegura Hyde. "Recuerdo que era un momento infeliz para mí, pues era alcohólico, por lo que la letra se convirtió en una expresión de mi deseo por encontrar la felicidad. A lo que Rick le puso esos teclados que la transformaron en una bomba atómica. Lo interesante de cuando la gente la escucha y baila con esa energía es que lo hace a partir de un deseo de cambio".
¿Cuál es tu opinión de la actual escena de la música electrónica? ¿Qué es lo que más te interesó de lo que escuchaste o viste? Vengo escuchando electrónica desde los setenta, gracias a grupos alemanes de esa época del calibre de Kraftwerk y Tangerine Dream, que fueron protagonistas de algunos de los shows más míticos de la vanguardia musical, y una de las cosas que más me gustó de esta escena es la manera en que evolucionó, más que en géneros o escenas, a través de todos los sonidos que fue capaz de manufacturar. Esa búsqueda de horizontes sirvió de aliciente creativo tanto para la electrónica como para la música dance. A diferencia de otros estilos, que se basan siempre en los mismos motivos. Por eso estoy tan feliz de ser parte de ella.
A lo largo de su trayectoria, a Underworld lo encuadraron en el techno, el progressive y hasta en el trip hop. ¿Cómo ves el tema de los estilos en la electrónica, especialmente en una época en la que los artistas parecieran estar cada vez más de acuerdo con volver a la raíces que con apostar por el crossover? Las categorías no sólo en la electrónica, sino en la música popular contemporánea, siempre intentaron o terminaron por definir a un momento o a un artista. Y no necesariamente es un invento de la banda o del solista. Te podría decir cómo llamaría a nuestro sonido, y ni siquiera lo metería en el dance. Pero de nada sirve porque el periodismo o la industria al final se salen con la suya.
Por Yumber Vera Rojas
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