Una propuesta escénica para escuchar en soledad y con los ojos cerrados
novedad. Para la cuarentena, el colectivo de actrices Monomujer creó audio-monólogos, una experiencia distinta
Antes de que el coronavirus cambiara de manera drástica la vida de las artes escénicas, y que ahora sus artistas comenzaran a buscar formas alternativas de reemplazar las obras en vivo y llegar a las casas de su público habitual, el colectivo de actrices Monomujer ya hacía de la intimidad su bandera. Esta compañía teatral, integrada por ocho mujeres, trabaja desde 2016 con obras pensadas para un solo espectador. Sus piezas breves e intensas funcionan en gabinetes y recorridos que cada persona hace de manera solitaria y en donde se encuentran con relatos, actuaciones y experiencias que priorizan una relación íntima y personal.
Para este contexto de cuarentena y teatros cerrados, lanzaron un audio-monólogo con una serie de indicaciones para que sus espectadores virtuales puedan sumergirse en una nueva versión de sus experiencias íntimas. La propuesta se llama La visita y está disponible en la sección Kit Cultural de Cultura en Casa (buenosaires.gob.ar/culturaencasa), la plataforma que el Ministerio de Cultura de la ciudad lanzó para ofrecer actividades culturales online. Antes de escuchar este monólogo escrito de manera conjunta por este colectivo e interpretado por Olave Mendoza, se realizan una serie de sugerencias para disfrutar mejor de la propuesta. Por ejemplo, encontrar un lugar tranquilo y sin interrupciones para escuchar este audio, bajar las luces o apagarlas, usar auriculares para lograr una mayor intimidad y cerrar los ojos. Luego, una de las actrices dice: "Metete como un personaje en la escena y ¡que la imagen aparezca!". De eso se trata el fin último de estas propuestas auditivas, similares a los audio libros: recrear en la mente los personajes y las situaciones de un relato.
"La intención es generar una experiencia sensorial", dice Virginia Curet, actriz e integrante de Monomujer, y recuerda las investigaciones que el grupo ya había hecho acerca de formas no convencionales de llegar al espectador. "Veníamos indagando en el formato de audio-monólogos. Durante una charla en la que participamos por el 8 de Marzo, en la cual hablamos sobre la creación como herramienta feminista, hicimos un ejercicio con el público de cerrar los ojos y escuchar un audio, fue algo muy potente. Entonces, cuando se determinó la cuarentena y la obra que íbamos a hacer en el Cultural San Martín fue cancelada, retomamos la idea de trabajar un monólogo que se pudiera escuchar con auriculares y en soledad. La intención es promover una imagen que se genera al escuchar un relato con los ojos cerrados", agrega.
Todas las propuestas de Monomujer tienen una mirada feminista y La visita, el audio-monólogo de siete minutos disponible para escuchar por internet, no es la excepción. Se trata de un relato personal y testimonial sobre un caso de violencia de género. Cuenta Curet: "Es una experiencia breve y frente a otras propuestas del streaming de teatro, a nosotras nos interesa la situación del encuentro con el otro a través de lo sensorial. Esta es una manera mucho más cercana de transmitir esa sensación. Cada oyente puede hacer su propio aporte y analizar qué pone en juego. Si uno se deja llevar por lo que escucha, produce una imagen de la persona que habla, la circunstancia, la situación, participa y se deja interpelar".
La exploración acerca de los distintos modos de interpelar al público es un trabajo sostenido por las actrices de Monomujer, integrado por Jimena García Conde, Julia Sánchez, Luz Moreira, Mica García, Olave Mendoza, Virginia Curet, María Vilas y Estefanía Bonessa. Sus piezas pensadas para un espectador y en gabinetes funcionan como obra artística y consultorio terapéutico. El público reacciona de diversas maneras: muchos responden a lo que ellas plantean, o les cuentan vivencias personales y hasta interactúan físicamente. Al ser espectáculos en los cuales el espacio, la escenografía y la distancia entre actores y espectadores está condensada, las emociones y sensaciones también van en aumento. Dicen estas mujeres, pioneras en el teatro para un solo espectador: "Todo nuestro enfoque creativo está centrado en la experiencia del espectador estando solo, siendo el único, identificándose por lo percibido en el proceso de comunicación teatral, en el pasaje que va desde la contemplación a la creación. Nuestro foco está puesto en generar el acontecimiento con el público, que debe tomar decisiones, cumplir un nuevo rol, ya que la emergencia de ser esa única persona observando lo lleva a que se produzca el acontecimiento donde abandona su calidad de espectador para ser ahora intérprete y creador. En el teatro tradicional el espectador está resguardado, es anónimo, tiene algo de seguridad, pero en nuestras propuestas cada persona tiene que entrar sola, no hay público masivo, no hay aplausos. Es una manera distinta de mirar teatro. Hay una constante situación de emancipación".
Ahora, y para llevar de la mejor manera posible este difícil contexto, se puede experimentar algo de lo que ellas proponen y conocer un poco más su estética con sus audios para disfrutar en la intimidad y en casa.
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