Una naranja en la Gran Manzana
Guillermo Francella: el protagonista de "Naranja y media" regresa al cine con "Un argentino en Nueva York", que se estrena mañana.
Después de seis años dedicados exclusivamente a la televisión, Guillermo Francella volvió a trabajar en cine. "Un argentino en Nueva York", film de Juan José Jusid que se estrena mañana, marca su regreso a un medio que frecuentó con once películas entre mediados de los ochenta y principios de los noventa.
"Extermineitors IV, como hermanos gemelos", último título de la saga dirigida por Carlos Galettini, inició el compás de espera. Y aunque el actor concentró sus energías en la pantalla chica, no dejó de pensar en la grande, sobre todo cuando algunas experiencias turísticas vividas en Manhattan le sonaron a argumento de película. "Visité varias veces Nueva York, me encanta recorrerla. La dificultad de hablar otro idioma o de entender ciertas costumbres me proporcionaron muchas anécdotas, historias que me parecían Ôpiolas´ para contar en cine", comenta Francella sobre el origen de una idea con la que "venía intentando convencer desde hace cinco años" a los directivos de Argentina Sono Film, productora asociada a Telefé en la realización del largometraje.
"El contraste de culturas y hábitos -planteado en películas como "Un americano en París" o "Un siciliano en Dinamarca"-, es muy atractivo", dice Francella que pensó desde el vamos. Pero admite que, pese a ello, faltaba la materia prima que justificara el relato. "Había que buscar la vuelta para desarrollar la historia de un argentino trasplantado a Nueva York -recuerda-. Varios autores se acercaron con sinopsis, pero no terminaban de convencernos. No aparecía el gancho". La incorporación de Jusid al proyecto "terminó de redondear el cuento", que convirtieron en guión Graciela Maglie y Cristina Civale, según resume el coprotagonista de esta comedia sentimental filmada en la capital norteamericana durante siete semanas.
Así pudo convertirse en Franco De Ricci, un porteño sentimental, divorciado y músico de profesión, que debe partir hacia Nueva York -ciudad que no conoce- en busca de su hija adolescente (Natalia Oreiro). La joven, que había llegado a los Estados Unidos en viaje de estudios, sopresivamente decidió quedarse a vivir en Manhattan, donde su inminente debut como cantante y el amor de un "yankee" la impulsaron a independizarse.
"Aunque le cueste reconocerlo, este padre terminará por descubrir que Ôla nena´ ha comenzado a ser una mujer y el viaje será, en definitva, un reencuentro entre ambos", anticipa Francella sobre esta comedia en la que además actúan Diana Lamas, Jessica Schultz, Fernando Siro, Gabriel Goity y María Valenzuela.
"Me permitió crecer"
El reciente ganador del Martín Fierro por su personaje de Juan Guerrero, el bígamo de la telecomedia "Naranja y media", vive esta vuelta al cine "casi con los nervios de un debutante". Y no es que esté inseguro por el trabajo desarrollado. Las expectativas pasan por otro lado. "Esta película me permitió crecer", asegura. Y de inmediato agrega: "Necesitaba y quería tener tener esta oportunidad".
"Los trabajos que hice antes eran más para chicos. Este es otro tipo de cine -más intimista, con matices, diálogos- y me gustó mucho hacerlo. Tampoco me interesaba tanto en ese entonces ver las películas, porque sabía por dónde pasaba la cosa: artes marciales, efectos especiales y una fórmula determinada", comenta aludiendo a la serie de "Los extermineitors", que de todos modos no agota su filmografía. Francella trabajó en comedias familiares y destinadas al público adulto.
"Intervine en la gestación de la película desde un primer momento", señala Francella reconociéndose "habitual impulsor" de los proyectos que lo tienen como protagonista. "Tengo un porcentaje de las ganancias que podrían surgir si ÔUn argentino en Nueva York´ funciona bien en materia de público. Pero no participé en la producción", aclara quien no descarta la posibilidad de involucrarse en una propuesta no sólo como actor. "Me atrae tanto la dirección de televisión como de teatro -confiesa-, tal vez pueda darme ese gusto algún día."
Pese a que su flamante experiencia fílmica y en especial los tiempos con que se trabaja en cine - "que no tienen la locura de la televisión", remarca-, lo tientan a seguir el camino hacia otro largometraje, por el momento "no es más que un deseo". Su meta concreta continúa siendo la televisión.
"Los Benvenuto", "Brigada cola", "De carne somos", "Un hermano es un hermano" y la más reciente, "Naranja y media", lo afianzaron en un medio que lo sigue convocando para buscar sonrisas en los televidentes. Francella está "agradecido" de que así sea y de "la onda de cariño y complicidad que se ha creado con el público", pero no esconde sus ganas de internarse en otro género.
"Me encantaría hacer algo dramático. Pero en televisión es difícil que me den la posibilidad de encabezar un programa de esas características. Cuando era actor de reparto me ofrecían hacer de malo u otro tipo de personaje. Pero cuando empecé a ser conocido desde la comedia, ya no tuvieron tantas ganas de cambios", reflexiona sin dejar de reconocer que a él tampoco le disgustó la idea.
Está concentrado en pensar el programa que lo tendrá como protagonista, pero jura que aún no tiene en claro demasiados elementos. Las únicas certezas son un contrato firmado, que será un programa semanal -"no tengo ganas de hacer otra tira, es un ritmo devorador", afirma-, y que saldrá al aire después del Mundial de fútbol.