Una lista infinita de intérpretes y aspirantes a Eva
Madonna es una más; la enumeración incluye desde travestis hasta marionetas
Alan Parker se muestra muy quejoso del trato que le dieron a Madonna en la Argentina, cuando llegó para filmar "Evita". Dice que vio una leyenda en una pared que decía: "Echen a Madonna a los lobos".
Pobre Madonna, porque sólo es la última que encarna a Eva Perón en alguna ficción teatral o cinematográfica, dentro de una lista interminable.
Eva se convirtió en personaje para actrices varias y para actores diversos que trocaron su piel habitual por la de una mujer.
Los transformistas, en sus números de travestismo, junto a las imitaciones de Mae West, Marilyn Monroe y Carmen Miranda, casi siempre introducen a Evita, sobre todo desde que es posible realizar un playback con el tema "No llores por mí, Argentina", de Andrew Lloyd Webber y Tim Rice.
El personaje de Eva se ha vuelto camaleónico en la memoria, mientras crece el mito. Hoy, por ejemplo, en la librería y videoteca neoyorquina A Different Light, dedicada sólo a temas "gay & lesbian", en el estante "Argentina", figuran los videos con los films de María Luisa Bemberg y los libros de Eva Perón y sobre ella.
La primera Eva de la que tenemos noticia es la del Théatre de l`Epée-de-Bois, en París, en marzo de 1970, que encarnó, travestido, el argentino Facundo Bó, en la pieza "Eva Perón", de su compatriota Copi (Raúl Damonte Taborda), con puesta en escena de Alfredo Rodríguez Arias.
La revista The Hollywood Reporter, el 9 de agosto de 1974, anunciaba el comienzo, en enero del año siguiente, del rodaje de una biografía de la señora de Perón, producida por Michael Cohen, con Zsa Zsa Gabor en el rol principal. No se filmó. En 1973 pasaron por Buenos Aires los nombrados Rice y Webber en busca del personaje al que le habían echado el ojo. De regreso en Londres, escribieron la ópera rock "Evita" -la que dio origen a la película de Alan Parker con Madonna-, tras descubrir una Eva Perón que los argentinos se disputaban entre la derecha y la izquierda.
En 1976, sólo fue una grabación por la cantante Julie Covington. Primero se conoció el tema "No llores por mí, Argentina", hasta que MCA Records editó un LP con la obra completa. Covington nunca lo hizo sobre el escenario. El mérito lo tuvo la intérprete Elaine Page, que estrenó "Evita" en el Prince Edward Theatre, en Londres, el 21 de junio de 1978, con una puesta en escena de Harold Prince.
En los Estados Unidos, adonde pronto saltó la ópera rock, Patti LuPone fue la primera Evita del musical, con el estreno en el Dorothy Chandler Pavilion de Los Angeles, el 8 de mayo de 1979.
Una Evita llamada Paloma
Luego de nueve semanas, pasó al Orpheum Theatre de San Francisco, hasta que, el 3 de septiembre, llegó al Broadway Theatre, en Manhattan, siempre con Patti LuPone, donde, luego de un año y medio, la sucedió Darin Altay.
Entre las reemplazantes de éstas figuran Terri Klausner, Nancy Opel (en San Francisco y en Nueva York) y Susan Cella. En estas circunstancias fue convocada la argentina Nacha Guevara para el papel, pero no lo hizo.
En diciembre de 1980, el español Jaime Azpilicueta llevó "Evita" al Monumental, en Madrid, con Paloma San Basilio en el papel. Esta versión fue respetuosa de la de Harold Prince, aunque Azpilicueta fue el primero en convertir en tango la rumba marcada para el personaje de Agustín Magaldi (en el film de Alan Parker también canta un tango).
Antes, entre septiembre y noviembre, habían grabado y difundido el disco, que se volvió muy popular entre turistas argentinos. Mia Patterson era la reemplazante de Paloma San Basilio y esa edición madrileña tuvo producción musical del argentino Juan José García Caffi.
Esta puesta cruzó el océano y recaló varias semanas en Chile, desde donde se procuró levantar el telón en Montevideo o en Punta del Este, en busca del público argentino. Hubo presiones y los baúles retornaron a Madrid. Paloma San Basilio, en cambio, no tuvo problemas para cantar entre nosotros, en varias oportunidades, el tema más popularizado de la ópera y otros bien conocidos.
En la misma época, Aspasia Antonopoulos cantaba "Evita" en una escenario de Atenas, donde lo exótico era ver pancartas y carteles connombres de figuras y sindicatos bien argentinos. Etonces, se difundió que había cincuenta países que tenían el musical en sus escenarios.
Los productores de "Evita", Robert Stigwood y David Land, ofrecieron el proyecto de rodar la ópera rock a los grandes estudios: Paramount, Fox y Warner. Todos estaban encantados, pero no hallaban a la protagonista. El primer nombre posible, en el otoño de 1978, fue el de Barbra Streisand, pero los autores preferían a Elaine Page, una gran cantante sin background en la pantalla.
Ann-Margret, Bette Midler, varias veces Patti LuPone y Donna Summer fueron otras candidatas de aquellos primeros tiempos, pero sólo el nombre de Streisand saltó fronteras y su oferta de dos millones de dólares llegó hasta el escritorio de Robert Stigwood para su consideración.
Este, desde la RSO, su oficina, había comenzado un diálogo con Paramount, que ofreció sucesivamente a los directores Michael Cimino, Herbert Ross y Michael Apted, para poner a uno de ellos detrás de la cámara.
Se adelanta la TV
En 1981 la NBC, ajena al ajetreo del musical, se metió en el camino y le dio el papel de Eva Perón a la norteamericana Faye Dunaway, en la popularizada "Evita Perón", doscientos minutos de serial televisivo, muy vistos en la Argentina y donde James Farentino hace de Perón, personaje para el que Robert Mitchum no se puso de acuerdo. Los dirigió Guy Hamilton sobre un guión de Ronald Harwood. Rita Moreno encarna a la cantante que recibe una cachetada de la diva.
Ese telefilm no tiene nada que ver con la ópera rock, pero su guión contiene reminiscencias sospechosas. Provocó el retiro momentáneo de Stigwood y su proyecto fue al cajón, hasta que recibió un llamado de EMI (Thorn-EMI, en el cine) que, simultáneamente hizo una oferta de producción y anunció la quiebra.
Sin embargo, en mayo de 1981, un aviso a toda página en Variety anunciaba que Paramount se hacía cargo de la producción. Director: Harold Prince. Tres meses más tarde, Stigwood informaba que cambiaba a Prince por Ken Russell y que Derin Altay, la reemplazante de Patti LuPone en Broadway, sería Eva.
En noviembre, Ken Russel propuso a la cantante pop Karla DeVito, rechazada de inmediato por desconocida. En abril de 1982 era convocada a Londres Liza Minnelli para dar una prueba. La omitió Russell por que le pareció poco frágil para el personaje hasta que, en julio, alejaron a Russell del proyecto, pero tornó a instalarse el nombre de Elaine Paige, la preferida de Tim Rice.
En octubre de 1982, establecida en Paramount, Barbra Streisand volvió a la carga y se la ofrecieron de nuevo a Herbert Ross. Luego a Richard Attenborough y a Franco Zeffirelli, que, alternativamente, proponían para el papel de la heroína a Diane Keaton y Olivia Newton-John, pupila de Robert Stigwood.
En abril de 1983, apareció, muy interesada Meryl Streep, pero se le cruzó Madonna en la mente de los productores. La canatnte pop acababa de destacarse en "Buscando a Susan". Mucho antes de que se concretara su contrato definitivo, Madonna propuso a directores tales como Alan J. Pakula y Francis Ford Coppola. Se pensó asimismo en el argentino Héctor Babenco.
La poderosa productora musical de Jerry Weintraub adquirió los derechos de "Evita" para el cine y contrató a Oliver Stone, el primero que vino a la Argentina y el primero que imaginó ese proyecto posible sólo aquí.
Pensaron en Bette Midler para el papel, pero seguían en danza Meryl Streep y Madonna. Meryl Streep difundió unas grabaciones que hizo en estudios, pero, aunque reconocieron su "voz maravillosa", no la aceptaron porque se pasaba en edad (dicen que nació en 1949). Stone insistió con la Streep y le hizo registrar una cinta con muchos temas de "Evita". En Buenos Aires, Navidad de 1990, el proyecto no era visto con buenos ojos, justo cuando la Weintraub quebró.
Después de "Dick Tracy"
Meryl Streep se retiró inmediatamente y Stone se fue a rodar "The Doors". Cuando la Hollywood Pictures, filial de Disney, escuchó a Madonna cantar un tema de Stephen Sondheim en "Dick Tracy", volvió a pensar en que la dupla Madona-Evita sería un buen negocio. Oliver Stone fue el nuevo candidato para la dirección, mientras ingresaba Cinergi (Andrew Vajna) en la producción.
Se probaron otras voces, la de Mariah Carey, Sarah Brightman -entonces, la mujer de Lloyd Webber-, Gloria Estefan y, en mayo de 1991, Michelle Pfeiffer, otro proyecto que pareció acabado. Pero, la Pfeiffer prefirió ser mamá antes de convertirse en Eva Perón.
Tras un viaje decepcionante por la Argentina, Stone se retiró definitivamente del proyecto en julio de 1991. Hasta que apareció Alan Parker, quien, con paciencia y buen criterio artístico, llegó a buen puerto.
De Valeria Lynch a Miss Piggy
El 26 de junio de 1981, se estrenó "Evita", el musical, en México, con la puesta de Harold Prince. Alternaban en el papel protagónico la cantante mexicana Rocío Banquells y la argentina Valeria Lynch, que repitió aquellas interpretaciones a partir de abril del año siguiente, en el Metropolitan de Buenos Aires, dentro de una revista de Porcel y Olmedo, donde entonaba "Buenos Aires" y "No llores por mí Argentina".
Casi al mismo tiempo y tras la restauración democrática de 1983, dos argentinas fueron Eva Perón: Flavia Palmiero, en el film "Evita quien quiera oír que oiga", de Eduardo Mignogna, y Yeni Patiño, en "Octubre en el paraíso", una pieza teatral de Hernán Aguilar. Por los mismos días, el grupo de transformistas Strass ofreció su visión de "No llores por mí Argentina", donde el actor Jorge Valmont, vestido de Eva, modulaba el playback con la voz de Patti Lupone.
Cuando el desaparecido modisto Paco Jaumandreu empezó a ventilar los modelos que él había cosido para Eva Perón -la verdadera-, la actriz Libertad Leblanc los lució, encarnándola, en el largometraje "Zum beispiel Argentinien", realizado por el alemán Werner Schroeter, en parte rodado en la Argentina, en 1985.
En 1986, Nacha Guevara se daba el gusto de estrenar en el Maipo de Buenos Aires la brillante pieza musical "Eva", con música de Alberto Favero y libro -con fuertes similitudes y ambigüedades respecto del de Webber y Rice, con el que no tenía nada que ver- de Nacha y de Pedro Orgambide.
Cecilia Cenci fue Eva Perón en "Gatica, el Mono", de Leonardo Favio, y Esther Goris, a quien "Eva Perón", de Juan Carlos Desanzo, popularizó el año último, encarnó antes al personaje en "Las cosas del querer II", de Jaime Chavarri, y en dos difrentes emisiones del ciclo televisivo "Sin condena", por Canal 9.
En actuaciones sucesivas también hicieron de Eva Perón Cristina Banegas, en un monólogo que se presentaba en la librería Gandhi, y Luisina Brando y Soledad Silveyra, en distintas puestas de la obra "Eva y Victoria".
Entre los casos extraños, pero inomitibles, se hallan la japonesa Akiko Kuno, que estrenó "Evita" en 1982 y que pasó hace poco por Buenos Aires rodando un documental sobre su personaje, y Ryoko Nomura, que lo interpreta en estos días.
En 1979, un número de la revista norteamericana After Dark informaba sobre candidatas sin suerte al personaje de "Evita" -la ópera rock- en la pantalla: la ya citada Ann-Margret, Lucille Ball, Donna Summer, Dolly Parton y las más llamativas: una versión musical para Miss Piggy, personaje de Los Muppets, y otra en la que Liza Minnelli haría de Eva y Greta Garbo, de Perón.
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