
Una familia muy profesional
En Misiones se filma "Familia rodante", una comedia protagonizada por la abuela del director, once actores y un bebe
SAN JAVIER, Misiones.- Pablo Trapero, el chico de San Justo, ha renovado sus códigos para seguir haciendo cine con los amigos, con la familia y con los recursos económicos existentes. Ya pasaron las exitosas experiencias de "Mundo grúa" y "El bonaerense" (sus dos primeras películas estrenadas con elogios en Europa y los EE.UU.), la sorpresa de los primeros premios en los festivales internacionales y la incertidumbre de su ya no tan pequeña compañía productora Matanza Cine.
Ahora, con la tercera película en rodaje, la road movie "Familia rodante", la profesionalización de los vínculos afectivos en su trabajo ha llegado a puntos inimaginables. Por ejemplo, despertar a su amigo Bill, el camarógrafo, para una foto de prensa (lo que equivale también a molestar al asistente de éste) está fuera de un contrato que (por amistad también) Trapero no quiere incumplir. Y las sugerencias de su actriz principal, su abuela Graciana, de 82 años ("Perdoname Pablito que me meta, pero esto no es así"), las escucha como si se tratara de una diva de Hollywood, aunque también es capaz de indicarle, amable: "¡Abuela, no mirés a cámara!"
El delirio familiar
El sopor del mediodía en este pueblo misionero al borde del río Uruguay, por el que se cruza a Brasil en balsa, ralentiza todo tipo de existencia. Sobre una de las paredes del Regimiento del Ejército Argentino de San Javier -donde hace base la producción de "Familia rodante"- pende un cartel con un decálogo sobre el "deber" y tallado en madera otro que dice, lisa y llanamente, "Haced y callad".
Pero no son éstas las reglas por respetar. Mateo Trapero, de dos años, amaneció antes que su papá el director. Llora, grita por la casa (el Casino de Oficiales) porque no quiere comer y prefiere jugar. Trapero abuelo corre lentamente detrás de él, y con la cuchara de comida lo hace también la abuela. Todavía duerme la mamá del niño, Martina Gusmán, que es la productora ejecutiva de esta película financiada también con aportes españoles, franceses y alemanes. Pero quien sí pudo amanecer primero que todos en los cuarteles y sin quejas después de una tercera jornada nocturna que duró hasta las 8 de la mañana es la abuela de Trapero o -siguiendo la línea de parentescos- la bisabuela de la familia y la actriz fetiche de Trapero.
Medio dormido, el director muestra a LA NACION las primeras imágenes sin montar de "Familia rodante". Y recuerda que hace un año esta película significó el proyecto "chico, fácil y rápido" para sustituir a la ambiciosa "Villa", sobre las experiencias de un cura en una villa, y no dejar pasar un año sin filmar. Por lo que se vio la noche anterior, durante la filmación de una fiesta de casamiento con 100 extras y 12 actores, y por lo que se muestra a la mañana siguiente en la pantalla de un televisor, "Familia rodante" será un mojón en la carrera del joven Trapero.
Por primera vez, el director interesado en películas de cierto corte social (como lo demostró con las historias de "el Rulo" y del joven aspirante a policía de la bonaerense), decidió instalarse en la comedia. También debuta en la dirección de un film coral, con doce actores y doce historias interrelacionadas, y con su propia abuela como alma máter del relato. Y se sumerge en una road movie: así es como los doce se trasladan durante la ficción y el rodaje desde Buenos Aires a Misiones, a bordo de una camioneta Chevrolet Viking modelo 58, que en los años setenta el padre de Trapero convirtió para el placer familiar en casa rodante.
De presupuesto, mucho no se puede hablar. Trapero sólo dice que "Familia rodante" "tiene el costo promedio de una película de cine nacional". Pero enseguida agrega: "...que se nos escapó un poco de control. Mucha gente, mucho viaje, mucho tiempo. O sea, un delirio".
Todo juntos
Después de un casting surgió un grupo de actores entre quienes el público reconocerá de la pantalla grande a Federico Esquerro ("Negocios", "Mundo grúa" y "El bonaerense"), y a Carlos Resta ("El asadito" y "El cumple"), y de otros ámbitos a Liliana Capurro, Ruth Dobel, Bernardo Forteza, Nicolás López y Marianela Pedano.
Para contar la historia de esta familia numerosa que se lanza a acompañar a la abuela Emilia hasta Misiones para cumplir con su mandato como madrina de un casamiento, Trapero decidió probar el funcionamiento de la casa rodante Chevrolet Viking y la relación entre los actores ya desde Buenos Aires. Así fue como todos juntos compartieron un viaje de 15 horas hasta Yapeyú. En el material que muestra Trapero a LA NACION, en ese periplo en donde los doce viajan en condiciones de hacinamiento y con 40 grados de temperatura, pasa de todo: problemas con la casa rodante, roces familiares, confesiones imprevistas, amores furtivos, descubrimientos de todo tipo. Para filmar los interiores del viaje de ficción, Trapero decidió comprar otra Chevrolet Viking del mismo modelo y color que la familiar, pero con paredes desmontables. Una especie de set móvil en donde se trasladan más cómodamente los doce integrantes de este clan rodante.
-¿Cómo funciona trabajar en familia?
-Mi familia siempre está conmigo en los rodajes. Este es diferente porque es más lejos de Buenos Aires. Mi papá vino porque es el dueño de la Viking y siempre hace algún cameo en mis películas. Mi mamá viene de abuela a cuidar a mi hijo Mateo, que estuvo a punto de trabajar en el personaje de bebe, pero pasó el tiempo y creció. Y queríamos una bebe que fuera una extensión de su mamá. Mateo ya es un nene que camina. Mi mujer Martina es la productora ejecutiva de la película, y su mamá, Marisa, es la encargada de vestuario.
-¿Fue un capricho que tu abuela protagonice la película?
-Es una película que escribí para ella en 1996, cuando era mucho más joven. Antes de rodar nos surgió la duda de si la abuela se la iba a bancar, por eso en el casting buscamos a una mujer, pero después por suerte seguimos con la mía, que es buenísima como actriz. A mí me gustaría trabajar con algún famoso algún día. Pero para esta película resultaba difícil hacer un casting de doce tipos de diferentes edades en donde los doce tengan el mismo nivel de fama.
-¿Por qué Misiones como destino final?
-Hay varias razones. Primero tenía que ser lejos. Segundo, porque no tengo recuerdos de haber visto Misiones en el cine, y sí en cambio tengo muchos de haber venido cuando era chico. Las películas siempre tienen que ver con lugares turísticos muy específicos y lo que me gustaba de esto es que era un viaje a visitar a una familia, no se van de vacaciones. Y la familia vive en un lugar con una gran influencia brasileña y paraguaya, tanto que casi no parece la Argentina. Y en el viaje pasan por Yapeyú, que independientemente de la simpatía o la bronca que tengas por San Martín, ahí está su casa. Y nunca vi una película filmada en Yapeyú. La propia familia se va sorprendiendo a medida que avanza el viaje de cómo es el viaje al que se va enfrentando.
-Es tu debut en la comedia...
-Sí y no. Para mí "Mundo grúa" también en cierto modo funcionó como una comedia, si bien no era gracioso que "el Rulo" perdiera su trabajo. Y en "El bonaerense" aunque hay momentos mucho más tensos y violentos, había situaciones en donde el público se reía. En este caso, es cierto que es más deliberadamente humor, por el hecho de que son doce personas en una casa rodante. Pero los personajes viven situaciones superdensas.
-¿Qué camino pensás que hará la película una vez terminada?
-La idea es estrenarla en julio. Y antes sería bueno que vaya a un festival... puede ser un Cannes, un Venecia. Pero primero hay que terminarla, ya veremos.