Una escuela para aprender los secretos de los oficios teatrales
Hoy comienzan las clases para capacitar a los trabajadores de las salas públicas porteñas en sastrería y zapatería
Desde la técnica perfecta para confeccionar el mejor tutú a la italiana hasta cómo lograr un mayor agarre en el calzado de un bailarín. Este tipo de conocimientos que el maestro solía compartir con su aprendiz en el ámbito laboral tendrán un nuevo espacio académico. Hoy comenzarán las clases en la Escuela de Oficios Teatrales para los trabajadores del Complejo Teatral de Buenos Aires (CTBA), que reúne las diferentes salas públicas de la ciudad.
En el segundo piso del Teatro de la Ribera ya está todo listo para recibir a los primeros alumnos: máquinas de coser, bobinas de hilos, moldes de zapatos y latas de pegamento, entre muchos otros elementos de trabajo. Desde el corazón del barrio de La Boca, el jefe de sastrería del CTBA, Aníbal Duarte, y el maestro zapatero Fernando López Bizcaino conversan animadamente sobre la experiencia de trasladar sus conocimientos a las aulas. "Sentíamos que se estaban perdiendo los oficios teatrales y que los maestros nos estábamos poniendo mayores, incluso algunos ya no están más -asegura Duarte-. En los 29 años que estoy acá he tenido de jefes a maestros con los que he aprendido mucho y todos esos saberes quiero dejárselos a alguien para que no se pierdan."
Con 31 años en el oficio, para López Bizcaino esta convocatoria significa la oportunidad de compartir con otros su pasión por el calzado: "Es un muy buen desafío porque se traduce en valorar realmente el oficio, revalorizar lo hecho a mano y profundizar en los contenidos para que no caigan en el olvido. Hay técnicas completamente diferentes, dependiendo de la actividad que desarrolle el artista, y lo interesante es trabajar en todas ellas".
¿Qué se enseñará en la primera clase? Duarte comenzará con una revisión de la moldería básica. "Todo parte de ahí y después tiene que volar tu imaginación para transformarlo en lo que el vestuarista te pide -detalla el jefe de sastrería-. Va a ser un desafío, porque es darle clases a la gente que está trabajando conmigo y que quiere ver un poco más. Uno también se realimenta porque los alumnos te preguntan algo que hiciste en algún momento, no te lo acordás y volvés a buscarlo."
Por su parte, López Bizcaino se enfocará en el aspecto teórico del calzado. Hace 20 años que comenzó a dar clases de forma particular, y en esta oportunidad presta mucha atención a lo que sucede actualmente en las salas del CTBA: "Me gustaría que se pueda resolver en el aula algún problema puntual que deba resolverse en una obra que se está realizando".
Esta propuesta de jerarquización del oficio teatral fue impulsada por la Fundación Amigos del Teatro San Martín: "Los trabajadores le comentaron a la fundación sobre los oficios que se están perdiendo y la dificultad de encontrar reemplazantes, cosa que vemos constantemente porque hay muy buena voluntad, pero muchas veces sin la preparación necesaria, ya que es un oficio que se transmite de generación a generación", explica Jorge Telerman, director del CTBA.
Actualmente, el CTBA tiene 700 trabajadores y este año tendrá el doble de funciones del promedio histórico: de 600 pasarán a ser 1200. Es por ello que se ha pedido la ampliación de la planta técnica. "Todo lo que el público ve en escena está producido en el teatro -agrega Telerman-. Y esta escuela es la primera de estas características, por lo que seguramente va a ser señera con el tiempo."
Luego de estos dos primeros cursos de sastrería y calzado, habrá otras disciplinas. Así lo señala Florencia Polimeni, directora de la escuela: "Empezamos con las áreas que tienen más urgencia; a partir del año próximo sumaremos sonido, peluquería, utilería, sombrerería y marroquinería". En esta etapa se dará prioridad a la inscripción de quienes forman parte del área de estudio. "El año que viene, cualquier persona de otro sector del complejo se podrá sumar", agrega Polimeni.
En tanto, ambos profesores comparten el entusiasmo por una futura relación entre el aula y las actuales producciones: "En teatro siempre se está corriendo contra el tiempo y hay que tratar de poner calma y dirigir las cosas para que lleguen a buen puerto -cuenta Duarte-. Hay mucho trabajo detrás, mucha labor artesanal e incluso sería interesante poder realizar en el aula lo que esté faltando en las diferentes salas".
También está previsto en un futuro abrir los talleres a la comunidad. "Así sí de verdad que no se va a perder el oficio -sostiene López Bizcaino-. Se va a poder captar una cantera de gente que empezó por hobby y tiene ganas de desarrollarse de ámbito del teatro."
"El enfoque va a ser distinto porque vamos a tener que transferir un oficio desde cero -reflexiona Polimeni-. Vamos a priorizar a los vecinos de La Boca por ser el lugar elegido para la escuela y por la tradición que tiene este barrio en este tipo de profesiones."
Duarte también se suma a la expectativa por el crecimiento de la escuela: "Me ha pasado de haber llorado viendo en el escenario lo que hice. No se paga con nada eso. Es como un hijo más que está saliendo al mundo".
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