Una actriz que abrazó con pasión la locura de Pessoa
"¡Oh, querida Ofelia! Mido mal mis versos, carezco de arte para medir mis suspiros, pero te amo en extremo. ¡Oh, hasta el último extremo, créeme!" Como Hamlet a Ofelia, así se declaró Fernando Pessoa a Ofelia Queiroz cuando quedaron solos y se había cortado la luz en la oficina donde trabajaban. Después la besó apasionadamente, "como un loco", contaría mucho años más tarde el único amor del mayor poeta portugués.
"No hace tanto tiempo que supe de Pessoa en profundidad, por un exnovio que era fanático y me hablaba mucho de sus heterónimos, de su genialidad, de esa locura que como artista padecía y por eso es tan gigante como es. Pero cuando me llega esta obra y este personaje, quise conocer las cartas que se mandaban", dice Vanesa González , la Ofelia de Ejercicios fantásticos del yo, la obra de Sabina Berman y dirección de Nelson Valente, sobre un día crucial en la vida del poeta de los heterónimos, personaje principal que interpreta el actor mexicano Gael García Bernal, quien por primera vez trabaja en la escena teatral argentina.
"Es el amor de una adolescente de 19 años por un hombre más grande, de 31, con una cabeza espectacular, un hombre alcohólico a quien ella, como toda mujer muy joven, quiere cambiar y curar. Si bien se dice que no tuvieron relaciones sexuales, las cartas de amor eran muy fuertes, muy sexy y dulces, potentes. Por eso los encuentros que vemos en la obra son intensos, porque eran minutitos. A veces la citaba y la dejaba plantaba, le mandaba una carta diciéndole que no podían seguir más y la firmaba como Álvaro Campos. Pero ella, que venía de una familia de trabajadores y quería formar la propia, intelectualmente entendía que no era un novio convencional y le gustaba jugar con eso. Se reía mucho, se divertía con ese loco, le parecía una bomba tener un amor así", dice González que espera que al público le den ganas de saber más sobre Pessoa "como me pasó a mí con aquel novio", porque la obra refleja su contradicción entre querer y no poder salir de sí mismo.
Con producción de Sebastián Blutrach, Ejercicios fantásticos del yo se presenta en el Coliseo hasta el sábado 12 de mayo y luego sale de gira con todo el elenco que también integran Fernán Mirás, Martín Slipak, Javier Lorenzo, Rita Cortese, Fernando Sayago, Lucas Crespi y Nacho Pérez Cortés. "Lo pasamos muy bien porque es un grupo bien teatrero. Con Martín había trabajado antes en Otelo y en Love love love. Y con Gael todo bien, es un actor fabuloso, buen compañero, como todo el grupo; cualquier otra cosa que se diga viene de suposiciones del afuera", dice la actriz, que si bien ha hecho más teatro que televisión, su cara es asociada en general a las telenovelas. La última en la que participó fue Las estrellas, por El Trece, donde actuó como contrafigura de Celeste Cid por el amor de Esteban Lamothe.
"Acepto el juego de la tele y está bueno cuando hay un lindo grupo. Además me tocó un personaje muy distinto a lo que hago siempre, una chica que se reía todo el tiempo de todo. Hay que ponerle lo mejor de uno, son lenguajes diferentes, y no me hago cargo de lo que piense la gente, aunque entiendo que la tele provoca eso, quedás más pegado", dice la actriz que convive con esos dos lenguajes. Este año, después de la gira y sin nada firmado todavía, será parte de un ciclo de unitarios para Telefé y hará otra obra, mientras espera el estreno de Los últimos románticos, de Gabriel Drak, la película filmada en Uruguay el año pasado, con Juan Minujín: "A veces la cabeza es un caos. Me gusta probar, indagar, en cosas nuevas".
Antes de Nelson Valente ("que es de Banfield, como yo"), a González la dirigieron Helena Tritek en El diario de Anna Frank; Claudio Tolcachir en Agosto, condado Osage, y Todos eran mis hijos, la obra de Arthur Miller por la que ganó el ACE 2010 a Mejor actriz de reparto; Carlos Rivas en Love love love y en Macbeth, el sueño de las brujas, donde interpretó a Lady Macbeth; fue Desdémona en el Otelo del teatro Regio que montó Martín Flores Cárdenas, y el año pasado, en El Portón de Sánchez, la dirigió Laura Conde en Los pacientes, basada en poemas de Ana Rocío Jouli, "que tiene 26 años y no podés creer cómo escribe".
A los 20 años, conocer a Tritek le dio certezas -"me volvió a sujetar los intereses", dice-, porque le reconfirmó todo lo que la hacía feliz: "Me enseñó a lograr la concentración en el trabajo porque si los actores no nos abstraemos del qué dirán, es imposible trabajar". Y con Flores Cárdenas, aunque reconoce que al principio no coincidía con su visión, confió: "Cómo no iba a confiar si tiene tan claro un mundo, te guste o no. Cuando vi que eso hablaba de él me entregué y fui muy feliz". Para quien tiene un recuerdo muy especial es con su maestro Lito Cruz, que murió en diciembre pasado, poco después de ser denunciado por violencia de género por una expareja: "Era el tipo que te bajaba a tierra, que te conectaba con el trabajo, una persona extraordinaria. Lo conocí mucho, de los 15 a los 20, estudié con él, me dirigió en dos obras (Así de perras y El país de Perbrumón), fuimos de gira. Me dolió mucho lo que pasó. Estoy segura de que nada de eso es verdad. No me la morfo eso que dijeron. Me dio mucha vergüenza que alguien pudiera atreverse a decir algo tan feo".
Acerca de las situaciones de acoso laboral, dice que pasó por varias en su carrera y que eligió hablarlas cara a cara con su compañero. "Me respondieron, no siempre de la mejor manera, y yo no paré hasta que se terminara. No se lo conté a otros porque es muy doloroso que no te crean. Y es difícil si sos chica. Cada uno hace lo que puede, lo importante es esta lucha. Estábamos adormecidos como si no pasara nada y ahora tenemos esta movilización, este alerta y grado de sensibilidad hacia algo malo, me pone muy orgullosa. También lo que está pasando por la legalización del aborto. Estoy absolutamente a favor", dice González. Varias veces pensó en ponerse un nombre "raro y loco" para evitar uno que se repite en la guía telefónica, pero después desistió. "Yo soy esto, no podría llamarme de otra manera, aunque habrá mejores y más pegajosos, pero me estaría engañando a mí y a los otros. Es el mío".
Ejercicios fantásticos del yo
- De Sabina Berman
- Coliseo, Marcelo T. de Alvear 1155.
- Jueves y viernes, a las 21; sábado, a las 20.30 y 22.30.
- Entradas, desde $300.
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