Una actriz de raza que sabe multiplicarse
Ana María Castel hizo cinco obras al mismo tiempo y ahora tiene tres en cartel
Con 72 orgullosos años, Ana María Castel es muy capaz de estar haciendo actualmente tres espectáculos muy distintos entre sí y además darse el lujo actoral de interpretar con mucha convicción a tres personajes masculinos en una de esas obras, Como les guste, de Shakespeare. Vale señalar que hasta hace poco, antes de que bajaran Que el sol de la escena queme tu pálido rostro y Apología, eran cinco los espectáculos en los que participaba.
La talentosa y versátil Castel se hizo notar en la escena de los años 70 y 80 (Los hijos de Kennedy, Un tranvía llamado Deseo, Vecindades, Boda blanca, La muerte de un viajante -convocada por el mismísimo Alfredo Alcón-). A los 40, decidió parar y dedicarse a sus hijos chiquitos y estudiar Psicología Social. La rentrée se produjo en los años 90 con Tango roto, Ofelia o la pureza y algunas telenovelas, como Antonella, Nano o Casa natal.
A partir de 2000, año en que descolló en la soberbia composición de una madre manipuladora en El juego de la silla, no cesó de trabajar: entre otras obras, Presente vuol dire regalo, La mujer del auto. "En 2005 conocí a Daniel Suárez Marzal, que me dirigió en Réquiem, de Jorge Palant", evoca emocionada Ana María. "Un hito para mí: Daniel me permitió abrir muchas cosas que desconocía en mí, me transmitió toda su confianza. Y más tarde, en Yerma, me llevó a descubrir otra voz, la de la tragedia. En Réquiem era su asistente Jorge Azurmendi, luego director que me condujo por los caminos de Shakespeare en Noche de reyes y actualmente en Como les guste. Aparte, claro, de Que el sol de la escena, antología de escenas lorquianas."
-¿Cómo se las arregla una actriz concienzuda para hacer cinco obras en simultáneo?
-Me encanta el desdoblamiento, tanto cuando voy de una obra a otra como al interpretar distintos personajes en el mismo espectáculo. Una prenda, una respiración, una actitud física, un pensamiento me colocan en el lugar que corresponde en ese momento. Y me funciona mucho la intuición. Un hallazgo para mí empezar a hacer villanas: en La tormenta, de Ostrovsky, hace dos años; como la Bernarda Alba de Que el sol este año. Es un disfrute especial poder asumir, experimentar la maldad, sin consecuencias en la realidad. Algo que también me sucede al encarnar al rey despótico, ebrio de poder de Como les guste.
-¿Cómo lográs esa plasticidad para estar al mismo tiempo en varias obras manteniendo altos la energía y el rendimiento?
-No tengo otro secreto que el placer que me produce actuar. Incluso en el proceso de ensayo, que a veces se pone difícil, porque una está buscando y dudando, siempre está el aliciente de que de ahí va a surgir algo que valdrá todas las penas.
-En esta etapa, te ha ocurrido de estar actuando en una obra ya estrenada y, a la vez, ensayando otra muy diversa?
-Te diría que ésos pueden ser los momentos más estresantes. Reconozco que cuando estaba representando dos y ensayaba paralelamente otras dos me resultó complicado manejar tiempos, horarios. Ni te cuento cuando alguna vez me tocó grabar en horas diurnas la tira Señores papis en viernes, día en que hago primero La mujer que quería otra cosa y después Vivan las feas.
-¿En el camino vas haciendo el pasaje de un personaje a otro?
-Si me preguntás cómo lo hago, tengo que decirte que a nivel consciente no lo sé muy bien. A veces me siento como en una novela de Pirandello: uno, ninguno y cien mil. Hay un momento en que estoy en un estado neutro, como una tabla rasa donde puedo escribir otro personaje. Por otra parte, soy muy concentrada, cosa que aprendí en las giras.
-¿Por qué aceptaste estar en Vivan las feas, de Mariela Asensio?
-Me puse muy contenta cuando ella me llamó porque aprecio sus obras, comparto su enfoque de género. Me gustó mucho el texto, y luego me atrajo trabajar con el ritmo y la exigencia que propone Mariela. Tengo gran conexión con los jóvenes, me siento muy cómoda en ese elenco; lo mismo me sucede con el de la comedia de Shakespeare.
-¿Desde qué lugar encaraste los personajes masculinos de Como les guste?
-Nunca había hecho un rol de varón. De entrada, me asusté un poco, pero Azurmendi me tranquilizó: "Mirá, tiene que ver con la energía, sos una actriz interpretando a un personaje que resulta que es un hombre". Y fui por ese lado, encontré algunos recursos: cortar las frases de cierta manera, tomar algunas actitudes corporales, internalizar el pensamiento de poder masculino. Lo lindo de hacer los dos duques en esta obra -el autoritario y despiadado; el bondadoso en comunión con la naturaleza- es que me permite esa transición que hasta cierto punto demuestra que los rasgos femeninos y masculinos se pueden intercambiar, particularmente si son culturales. Como lo prueba clarito el personaje de Rosalinda, que se trasviste y desarrolla otras cualidades en ella.
Come les guste
Miércoles, a las 21.
En La Comedia, Rodríguez Peña 1062.
Vivan las feas
Viernes, a las 22.30,
En el C. C. Rojas, Corrientes 2038.
La mujer que quería otra cosa
Viernes, a las 20.15,
En el C. C. de la Cooperación, Corrientes 1543.
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