Un padre del que nunca habla y una novia secreta: la otra cara de un famoso que marcó a generaciones
Silvio Soldán tiene 86 años y no le escapa al amor: está en pareja -nuevamente- con una mujer de 55 años; ¿por qué no quiere presentarla en los medios?
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- ¿Vio que hace unos meses, su ex, Giselle Rímolo, salió de la cárcel?
- No tengo la menor idea, te juro. Prefiero hablar de personas que fueron o son positivas en mi vida.
- De algunas mujeres de su vida sabemos todo o casi todo, Silvia Süller, la propia Rímolo…
- Vos lo dijiste, de algunas, pero antes y después de ellas hubo otras importantes, la actual por ejemplo, te aseguro que es maravillosa, una mujer de verdad…
William Silvio Soldán recibe a LA NACION en su moderno departamento de Belgrano, donde reside desde hace unos años luego de dejar su emblemática casa de la calle Céspedes en la que vivió, pared de por medio pero en viviendas distintas, como vecino de su madre, Genoveva Adelina Teruggi, a la que conocimos simplemente como Tita, y que falleció a los 102 años en 2017.
Silvio arranca la charla hablando de sus épocas de estudiante secundario, y confiesa que cuando estaba en el último año ya convivía con una mujer: “Desde muy pibe me fui de mi casa, iba y venía, jamás me alejé, pero estaba en quinto año y ya vivía con una mujer, que era médica, pero ésta de verdad eh, jajaja. Tenía unos cuarenta años y una bodega muy importante. Vivía como un rey. No hay nada que hacer, cuando uno es chico le gustan las más grandes, cuando sos grande las más jóvenes. También conviví con una locutora bastante mayor que yo, no voy a dar nombres, igual ya no está con nosotros”, explica.
Soldán hace una pausa en el relato y prefiere no hablar de ellas cuando le mencionamos a Silvia Süller y Giselle Rímolo, sus dos mujeres que más conocimos, y que marcaron su vida a través de pésimos episodios que en un momento lo dejaron sin un peso y hasta en la cárcel por el escándalo que protagonizó la falsa médica cuando estaba en pareja con él. Estuvo en prisión un par de meses hasta que todo se aclaró gracias al trabajo de su abogado Miguel Ángel Pierri y terminó sobreseído.
La mujer de su vida, un total secreto
Hoy, según confiesa, vive el mejor momento amoroso de su vida con alguien que prefiere que permanezca en secreto: “Es que cuando mediaticé mis parejas me fue bastante mal, así que ahora elijo cuidar esta relación –se disculpa y agrega-: Mi actual compañera se llama Susana, es rubia pero no famosa, nada que ver con las otras que tuve, jajaja. Le digo cariñosamente “la petisa”. Te aseguro que ella sí es la mujer de mi vida, considero que es la que más me ha querido, mucho y de verdad. Hace un montón de años que la conozco, era fanática mío. No digo hace cuántos años la conozco para que no hagan cálculos. Cuando la conocí tenía otras relaciones y con ella nada porque solo era una admiradora. Me seguía a todos lados, radio, televisión, donde estaba se acercaba. Me dejaba mensajes en el teléfono, pero siempre bien, de forma correcta. Nunca me hizo una insinuación, aunque íntimamente pensaba otra cosa”.
Según Silvio todo funcionaba como en una relación de amistad, hasta que un día se produjo el quiebre: “Salimos, tomamos una copa y se fue dando muy lentamente. Pasó el tiempo, empecé a mirarla de otra forma, sucedió algo más que eso y me enganchó. Hasta ahí había salido con mujeres altas y voluptuosas, ella es todo lo contrario, muy bonita, tiene su propio emprendimiento empresarial, y se dio. La empecé a conocer y descubrí que es fantástica. Me satisface enormemente estar con ella, por eso digo que es la mujer de mi vida”.
¿Cuál es la clave de esta relación que la diferencia de las demás? “El secreto positivo está en que no la conoce nadie, solo algunos amigos míos. Lo genial es que cada uno vive en su casa, lo recomiendo. Ella pasa algunos días acá conmigo cuando se da, pero luego regresa a su hogar y yo también, voy y vengo. Hay tantos detalles que deterioran la pareja, los viví, pero ya está, di vuelta la página y no tengo rencores ni odio, tampoco le deseo mal a nadie, cada uno sabe lo que hizo y cómo procedió. Deseo a todos los que me jodieron que les vaya bien”, afirma.
Padre baterista y amigo de Saúl Ubaldini
- Soldán, usted siempre habló de Tita, su madre, pero nunca de su padre, ¿por qué?
- Simplemente porque se dio así, mi vieja era cholula, jajaja, mi padre en cambio tenía un perfil muy bajo. Se llamaba Agustín Soldán, un tipo muy serio, tranquilo, jamás lo escuché discutir con nadie, ni con mi vieja... pelear menos. Murió a los 86, los mismos que tengo yo hoy. Había tenido problemas para caminar, lo había picado un escorpión hacía muchísimos años, lo que le hacía sufrir fuertes dolores. Después se le fueron agregando cosas propias de la vejez, hasta que finalmente hubo que internarlo y poco tiempo más tarde falleció porque no le daba más el cuerpo. En cambio mi madre murió a los 102 años y ocho meses y hasta los 100 estuvo fantástica.
Soldán rememora con una sonrisa los orígenes de su padre: “Era obrero y también tocaba la batería. En mi pueblo, Colonia Belgrano en Santa Fe, tenía una banda musical. Otros lo acompañaban con la trompeta, el saxofón, el violín, y entonces organizaban bailes. Ojo que mamá también cantaba canciones de Libertad Lamarque, allá por los años 30 y 40. Para las fiestas patrias salían con la banda y visitaban las casas de los tipos más importantes del pueblo, el médico, el juez de paz, el farmacéutico, el rematador de hacienda… y en cada una tocaban un par de temas y los invitaban a tomar algo, ¡así que terminaban sabés cómo! Lo pasaban bárbaro en ese entonces”.
Mientras pide hacer un alto para recordar más anécdotas, Silvio acerca las fotos donde está a upa de su padre: “Laburador el viejo, hizo de todo. Levantaba la cosecha en el pueblo, un oficio muy de campo; fue albañil y terminó trabajando en el último tiempo en la cervecería Palermo donde hoy está el shopping en la avenida Santa Fe. Ya vivíamos en San Miguel. Fue compañero ahí de Saul Ubaldini. Cuando fallece el propio Ubaldini dio un discurso muy conmovedor hablando de las bondades de mi viejo, que era un santo. En los medios se habló más de mi madre sencillamente porque como te expliqué a ella le gustaba salir en la prensa, a mi papá no. Si veía una cámara o un micrófono cerca se alejaba”, detalla.
Y enseguida aporta un dibujo que le hizo un caricaturista en 1945 y cuenta otra historia familiar: “Me lo hicieron en un bar cuando tenía diez años. Mi papá me llevó a mí y a mi primo en la ciudad de Santa Fe a tomar una chinchibirra, bebida gaseosa de la época, y había un señor que se ganaba la vida con eso. Nos preguntó con qué elemento queríamos que nos dibuje: mi primo eligió una gomera y yo un micrófono, no me preguntes por qué, pero fue premonitorio”, describe.
Y completa comentando cómo fueron sus comienzos profesionales: “Lo primero que hice fue presentar orquestas en San Miguel, el barrio donde nos habíamos mudado. Luego llegó la radio y el viejo siempre iba a verme. En el Instituto Superior de Enseñanza Radiofónica hice cursos de actor, no de locutor. Y egresé como el mejor alumno. Hacía teatro independiente y así fui encontrando mi lugar en el medio. Hice bolos como actor de radioteatro en El Mundo, Libertad, Excelsior. Estudié abogacía, pero no tenía guita ni para las fotocopias. Mis viejos lucharon siempre para que yo progresara, me ayudaron terriblemente. Se mataron laburando por mí”.
Compositor de Sandro y otros grandes
Soldán explica que más tarde vinieron sus programas de radio y tevé, “pero eso ya se sabe”. “Lo que no se me reconoce mucho es como autor. Y la verdad es que compuse mucho y con varios grandes: con Sandro hice Cuando existe tanto amor. Él por ese entonces estaba con Los de Fuego. Justo se hace el Festival Buenos Aires de la Canción en el Teatro San Martín y Sandro se presenta solo sin su banda como cantor de baladas. Canta Quiero llenarme de ti, la rompe y gana el concurso. Hasta ahí conocíamos al rockero que vestía pantalones y chaqueta de cuero. A la semana siguiente lo invité a mi programa El Special y comenzó a ser Sandro de América. Vino a mi camarín, comenzó a tocar y salió el tema. Tuve la suerte de que lo pusiera del otro lado en el disco simple en el que estaba el tema Rosa Rosa... vendió tres millones, increíble. También compuse con Horacio Guarany, Mariano Mores, Héctor Varela, Chico Novarro, Hugo Marcel, Los Cinco Latinos”.
-¿Cómo vive Christian ser hijo de famosos como usted y Silvia Süller que no se llevan nada bien?
- Muy bien porque es de perfil bajo como mi viejo, no le interesa para nada ser conocido. Se recibió de administrador de empresas en la UADE, después hizo como diez cursos para capitalizar lo que estudió. Es muy laburador. Está conviviendo con una chica amorosa. Tiene 30 años, en cualquier momento me hace abuelo. Dejame que en el final de la nota salude a “La petisa” y le diga que la amo. Ella tiene 55 ¿sabés? Es una jovencita para mí, jajaja.
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