Un mago adolescente
En la tercera película de la saga de J. K. Rowling, que se estrenará el jueves, los protagonistas ya han dejado de ser niños. LA NACION asistió en Londres a la presentación de la nueva realización
LONDRES.- Si no fuera ficción, en "Harry Potter y el prisionero de Azkaban", Harry Potter debería aparecer con granitos en la cara. Es lo único que le falta al personaje creado por J. K. Rowling para demostrar lo que es evidente: el niño mago ya no es tan niño. Ahora es un furioso adolescente. Y ése es el espíritu que recorre este film dirigido por el mexicano Alfonso Cuarón ("Y tu mamá también") que se integró a la exitosa familia Potter para reemplazar a Chris Colombus, el director de las dos primeras películas, que ahora oficia de productor.
Esta vez, Harry está enojado y preparado para matar. Especialmente cuando se entera de que Sirius Black (Gary Oldman), el prisionero al que hace referencia el título, escapó de la cárcel, lo persigue y pudo haber tenido algo que ver en la muerte de sus padres.
Muchas cosas cambiaron desde el último film. El chico de los anteojitos redondos y la cicatriz en la frente ya no viste las ropas que sus tíos le elegían. Está casi canchero, lo mismo que sus inseparables amigos Ron y Hermione. Sólo le falta la noviecita. Pero, para eso falta. Habrá que esperar hasta la próxima película, que ya está en marcha. Es que la máquina del hechicero en frasco chico no se detiene nunca. Por nada. O casi nada.
"Yo tengo una teoría sobre el final: Harry y Lord Voldemort están hechos de la misma esencia mágica y si Voldemort muere en el séptimo libro, Harry también", dice Daniel Radcliffe, el chico de catorce años que interpreta a Potter por tercera vez. La hipótesis genera cierta aprensión entre quienes lo escuchamos, un grupo de periodistas de todo el mundo reunidos en un ambiente que no podría ser más inglés: The Banqueting House, el único rincón del antiguo palacio de los reyes británicos que se salvó del fuego que destruyó Londres en 1698. Allí, desplegados, están los estandartes del colegio Hogwarts y allí Radcliffe, Rupert Grint (el pelirrojo Ron) y Emma Watson, que interpreta a la estudiosa Hermione, se encontraron con la prensa para demostrar que sí, los chicos crecen. Ella parece lista para una fiesta de quince, Rupert con el pelo zanahoria larguísimo hace un chiste de todo, y el protagonista, sin los anteojos redondos de su personaje, parece el mejor alumno de la clase. El trío ya dejó la preadolescencia atrás para ser adolescentes de tiempo completo: como sus personajes, como la serie de libros que en "Harry Potter y el prisionero de Azkaban" empieza a recorrer un camino algo más oscuro y difícil que los anteriores.
Ahora se verá cómo un Harry rebelde les contesta a sus horribles tíos sin importarle las consecuencias, como Hermione se planta desafiante frente a los profesores y cómo Ron está cada vez más alto. Y para guiarlos entre tanta angustia adolescente, los productores eligieron a Cuarón, un realizador que probó que sabe crear mundos propios -alcanza con ver "Y tu mamá también" o "La princesita" para comprobarlo-, pero que tuvo que demostrar su capacidad de trabajar con los ajenos. "Dudé cuando me ofrecieron este proyecto. Tal vez por cuestiones de ego, quizá por el hecho de sumarme a la tercera entrega de una serie que ya tenía todo armado. Pero hablé con mi amigo Guillermo del Toro, que dirigió "Hellboy" y "El espinazo del diablo" y él realmente quería que aceptara hacer este film. Me repetía que yo era el candidato perfecto para dirigir esta película y que debía despojarme de mi estilo, dedicarme a honrar el material que tenía para trabajar. Me decía que iba a terminar haciendo mi película más personal. Lo cierto es que al trabajar en este tipo de film se amplía la creatividad gracias a las restricciones y a todo el universo previo que tenés que tener en cuenta", detalla el director que aportó su particular punto de vista al planeta Potter.
"Casi no tenemos primeros planos; hay muchas tomas pensadas para mostrar los escenarios como algo orgánico. Además, la fotografía es casi naturalista", dice y, aunque suene raro hablar de naturalismo en una película en la que aparecen criaturas como los Dementores, espectros que custodian Azkaban, y el Hipogrifo, mezcla de águila y caballo, tiene razón.
"Cuarón se aproxima con inventiva a la imaginación y la pubertad", dijo el diario inglés The Times esta semana, cuando calificó a la película con cuatro estrellas sobre cinco.
"Para todos los involucrados en el proyecto, la clave estaba en encontrar el justo equilibrio entre la creciente oscuridad de la historia, sus partes más tenebrosas, el humor y la emoción de ciertas situaciones", explica Cuarón que dejó tan contentos a los productores que logró que le perdonaran un exceso en el presupuesto y que hasta le ofrecieran dirigir la cuarta película. Dijo que no, que ya era demasiado y que prefería dedicarse a los proyectos que tiene junto a su amigo Del Toro. Uno de ellos podría llevarlo a filmar en la Argentina. "Estamos decidiendo si hacemos la película en la Argentina o en España. Pero como la dirigirá Guillermo, es él quien tiene la última palabra."
Los recién llegados
Parece que los productores de Harry Potter están decididos a hacer que todos los actores británicos más reconocidos pasen por sus películas. A Kenneth Brannagh, Julie Walters, Maggie Smith, Richard Harris y Alan Rickman ahora, para la tercera entrega, se sumaron Emma Thompson como la excéntrica profesora Trelawney, David Thewlis ("Siete años en el Tíbet") como el maestro Lupin y un caballero que logró poner nervioso al mismísimo Harry Potter. "Siempre admiré a Gary Oldman. Vi todas sus películas", dice Radcliffe, que se sintió entre intimidado y feliz cuando le dijeron que el misterioso Black iba a ser interpretado por su ídolo.
Y quién mejor que un actor con fama de rebelde, difícil y oscuro para interpretar al desequilibrado Black. Claro que todo ese desequilibrio que Oldman demostró en casi todas los films queda en la pantalla. El protagonista de "Drácula", de Francis Ford Coppola, llega a las entrevistas con una actitud amable y divertida. "Cuando acepté hacer esta película, para mis hijos y sus compañeros de escuela me convertí, de la noche a la mañana, en una verdadera estrella", cuenta con una sonrisa. Mientras explica el complicado proceso de filmar con chicos que sólo tienen permitido trabajar, por una estricta ley inglesa, cuatro horas seguidas, recuerda que lo mismo sucedía con una de las mascotas de los personajes: una rata llamada? Bruce Willis. "Había como cuatro ratas, pero la más importante, la que teníamos que sostener en las escenas clave, Bruce Willis, tenía un descanso cada quince minutos. Igual que el verdadero Bruce Willis", dice, y por su gesto divertido parece que tiene muchas cosas que contar -que no cuenta- sobre su compañero de elenco en "El quinto elemento". Después de un descanso de dos años en que se ocupó de ser papá, Oldman está de vuelta. No sólo aparecerá en la tercera y cuarta entrega de "Harry Potter" sino que ya está filmando la nueva "Batman" que dirigirá Christopher Nolan ("Memento") y protagonizará Christian Bale ("Psicópata americano"), y en la que interpretará al comisionado Gordon en sus años de juventud.
"No se te ocurra nunca buscarme un reemplazo", cuenta Colombus que le dijo Richard Harris cuando lo fue a visitar al hospital unos días antes de su muerte. Pero el productor no pudo cumplir con la exigencia, en broma, del actor irlandés. Para la tercera película se necesitaba un nuevo Albus Dumbledore, el director de la escuela Hogwarts. Para cumplir con ese compromiso llegó Michael Gambon ("Gosford Park") con una actitud un poco distinta de la del resto del elenco. "No leí los libros; todo lo que tengo que saber está en el guión. No quería ser como esos actores que se quejan porque sus escenas son mucho más cortas que en la historia original", comenta Gambon, y recuerda el impacto de ver como cientos de chicos se acercaban al rodaje para ver al nuevo Dumbledore. "Debo haber firmado más de 200 autógrafos en los últimos meses", dice el actor de "La leyenda del jinete sin cabeza", que se comprometió para hacer tres películas de la serie.
En la próxima aventura seguramente Harry se enfrentará con monstruos y hechizos varios, pero tal vez la parte que más valentía le exija sea la de lidiar con el misterio más insondable de todos: las chicas.
Cifras sin trucos
- 3 "Harry Potter y el prisionero de Azkaban" es la tercera película que registra las aventuras del mago creado por J. K. Rowling.
- 2 años llevó la producción de la película, que se filmó en Inglaterra y Escocia.
- 130 millones de dólares es el presupuesto que se gastó en el film.
- 975,8 millones recaudó "Harry Potter y la piedra filosofal" en todo el mundo.
- 866,4 millones sumó "Harry Potter y la cámara secreta"
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