Un líder anarquista y un amor eterno: la historia de Severino, el inolvidable perro de Okupas
Todo el elenco y el equipo técnico de Okupas coincide en que el quinto miembro de la banda fue Stompy, tal como era el verdadero nombre del animal
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Uno de los grandes aciertos de Okupas, la serie argentina de Bruno Stagnaro que acaba de desembarcar en Netflix, fue su casting. Protagonizada por Rodrigo de la Serna, Diego Alonso, Ariel Staltari y Franco Tirri, la producción de Ideas del sur contó con un entrañable personaje que seguía al grupo como un integrante más: “Severino”. El perro callejero que cuidaba “Walter” [interpretado por Staltari] no solo se ganó un lugar especial en el corazón de los fanáticos de la producción, que ahora se ubica entre lo más visto de la plataforma de streaming del país, sino que además logró cambiar la vida de uno de los protagonistas de la miniserie.
Después de convertirse en un fenómeno que sacudió la televisión argentina, Okupas, originalmente estrenada en octubre de 2000, logró consolidarse como una producción de culto y una suerte de continuación de la historia que el mismo Stagnaro empezó a contar en Pizza, birra, faso. Todo comienza cuando “Clara” (Ana Celentano) le encarga a “Ricardo” [De la Serna] la misión de habitar una vieja casa de la que se acaba de desalojar a un grupo de familias. Con la idea de cuidar la propiedad, Ricardo se instala en el lugar y recibe a su amigo “El Pollo” (Alonso), que llega acompañado por “El Chiqui“ (Tirri). Finalmente, el cuarteto protagonista se completa cuando, en una noche que “Ricardo” debe enfrentar a los antiguos ocupantes de la vivienda, se encuentra en la calle a “Walter” (Staltari) un paseador de perros que llega con la estrella canina de la serie: el adorable Severino.
El origen del nombre “Severino”
En una de las primeras escenas en las que Severino aparece en la serie, Walter explica el origen de su nombre. Al encontrarse por primera vez con “El Chiqui” dentro de la casa en la que convivirán un buen tiempo, el paseador de perros explica: “Severino se llama. Por Severino Di Giovanni. ¿Te suena?”. Y agrega: “Severino Di Giovanni, mi mentor ideológico”. Di Giovanni, la fuente de inspiración a partir de la cual Walter bautiza a su mascota, fue fusilado el 1ero de febrero de 1931 por promover (y poner en práctica) las ideas anarquistas que había traído de su Italia natal a la Argentina en 1922.
Stompy, el perro actor que interpretó a “Severino”
“El perro ‘Severino’ vino junto con el proveedor de perros”, explicó Stagnaro en Lado B, una producción de YouTube que cuenta el detrás de escena de la serie. En esa entrevista, el cineasta señaló que Stompy era ideal para el papel de “Severino” porque su fisonomía coincidía con la de un perro callejero y, además, se acoplaba a todas las escenas de una manera insólita, como si realmente estuviera actuando. Martina Seminara, asistente de edición, le dijo a la revista Rolling Stone: “Todas las actuaciones eran increíbles. Hasta el perrito ‘Severino’ actuaba bien. Hay una escena en la que Ricardo le da de comer, le pone una lata en la cocina y le da indicaciones, ‘vení, sentate, comé’, que el perro sigue a la perfección”.
Ariel Staltari sobre Stompy: “Él me enseñó a perder el miedo”
Aunque en distintas entrevistas, tanto el equipo técnico como el elenco coincide en que Stompy era un perro muy especial, quizás la persona a la que más impactó el paso del animal por el set de Okupas fue a Ariel Staltari. Como su dueño y personaje más cercano, Walter era quien más tiempo pasaba junto al perro.
“Mi relación con él fue rara porque yo le tenía miedo a los perros; se me llenó el quetejeidi de preguntas cuando me dijeron que iba a ser el dueño de uno”, relató Staltari en Lado B. “Gracias a Dios pude atravesar ese umbral y con Severino empecé a encontrar un punto de encuentro que fue mágico; lo empecé a acariciar y a donde yo iba él venía, se dio una dinámica hermosa”, explicó el actor. Incluso, tras su experiencia con Stompy, Staltari sintió la necesidad de adoptar una mascota. “Él me enseño a perder el miedo a los perros; me quedé con la idea de que tenia que tener un perro y al año siguiente, para mi cumpleaños, mi hermano cayó con un siberiano chiquito al que llamamos ‘Severino’”.
La falsa muerte de Severino que conmovió al set de Okupas
Hacia el final de la serie, la historia toma un rumbo trágico y Severino pierde la vida y es enterrado en una ceremonia íntima. Sedado por un veterinario, el perro aparece en brazos de “El Chiqui” totalmente inmóvil y dócil. El cariño que tanto los actores como el equipo técnico llegaron a desarrollar por el animal fue tal que, en la grabación de aquellas tristes escenas ,el clima lúgubre y la tristeza pesó sobre todos como si el fallecimiento fuera real. “Ese capitulo de la muerte de ‘Severino’ era bastante triste. Lo loco era que el perro no iba a morir, pero que la historia contara su muerte traspasó la ficción y llegó a nosotros de una manera muy verdadera”, concluyó Staltari en Lado B.
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