Un juez de Estados Unidos volvió a negarle la entrada al país a Roman Polanski sin riesgo de enviarlo a prisión

El veterano realizador Roman Polanski sigue corriendo riesgo de ir a prisión en caso que decida poner un pie en Estados Unidos. A 39 años de ser acusado por violación a una menor y siendo prófugo de la ley en territorio norteamericano, Polanski intentó (quizá por última vez) pactar su entrada a ese país pero siempre que le aseguren no ir a la cárcel. Por ese motivo, su abogado le envío un escrito al juez Scott Gordon de Los Angeles, en el que le solicitaba cerrar el caso. Pero el juez se negó y como sucediera varias veces en el pasado, ratificó que en caso de entrar en Estados Unidos, Polanski sería sometido a juicio y podría cumplir condena en prisión. En el escrito Roman había pedido que se lo juzgara sin ser requerida su participación en el proceso, y prometía aparecer en el juzgado bajo la condición de que primero se dictara la sentencia (de esa forma, en caso de hallarlo culpable, el director no iría al país). Harland Braun, abogado defensor, expresó su descontento y consideró que el tiempo sucedido supera por mucho la condena inicial.

El juez, firme en su posición, dijo que solo se llevará adelante el juicio si cuentan con la presencia física del acusado, y la fiscal Michelle Hanisee fue tajante: “Polanski quiere respuestas, pero solo piensa presentarse si esas respuestas son las que le gustan”, y agregó que por muy famoso que sea no por eso obtendrá algún tipo de trato preferencial.

El caso comenzó cuando en 1977 Polanski fue acusado de drogar y violar a una joven de 13 años en la casa de Jack Nicholson. El director acordó con la fiscalía admitirse culpable de mantener “relaciones sexuales ilegales”, y de esa forma evitó cargos mucho más graves. Pasó 42 días en prisión y luego fue liberado bajo fianza. Según su versión, Roman aceptó los cargos porque había pactado con el juez que no volvería a la prisión, pero la noche previa a la resolución de su sentencia y en medio de un huracán mediático, el realizador huyó de Estados Unidos convencido que el juez no cumpliría con la parte del presunto pacto y volvería a mandarlo a la cárcel por varias décadas. El director jamás regresó y si bien varias veces intentó arreglar su situación, la justicia de ese país le negó una y otra vez algún tipo de garantía que lo eximiera de la cárcel. Desde ese momento y hace cuarenta años, Polanski vive en Francia y dos veces evitó ser extraditado. Con esta nueva negativa, es casi un hecho que el cargo del que es acusado pesará sobre él hasta el fin de sus días.

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