Un hombre enfurecido increpó a Aníbal Lotocki en la puerta de su casa: “Tenés suerte de que esté la policía, gil”
Tras la muerte de Silvina Luna, el médico permanece recluido en su mansión y el domingo a la tarde se acercó un vecino a gritarle e insultarlo; el video de la polémica
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Luego de la muerte de Silvina Luna, que ocurrió el jueves pasado, el doctor Aníbal Lotocki, condenado por haberle provocado lesiones graves a la modelo y actriz en una intervención estética, se recluyó en su mansión de la localidad de Olivos. Pero este domingo, tal como lo mostró Intrusos (América), el encierro del médico se vio interrumpido por un hombre que se acercó a la puerta de su vivienda para increparlo a los gritos.
A consecuencia de ello, tanto Lotocki como su mujer, Majo Favarón, reaccionaron a los insultos, salieron a la puerta y se cruzaron con el hombre que les gritaba. La situación se puso tensa, al punto tal de que tuvo que intervenir la policía. “Vos sos un asesino”, le dijo el vecino al médico, que respondió amenazante: “Tenés suerte que esté la policía, pedazo de gil”.
Las cámaras de Intrusos estuvieron el domingo por la tarde en el frente de la casa de Lotocki, con el cronista Gonzalo Vázquez en el lugar. Las apariciones del médico en la puerta de su domicilio se dieron dos veces. La primera de ellas, a las 17.30 horas. Todo sucedió porque una persona, que luego dijo que había viajado desde el barrio porteño de Once, gritaba desde la vereda hacia el interior de la casa, que cuenta con una puerta externa, un pequeño jardín al frente y luego la puerta a la vivienda propiamente dicha.
En el momento en que se produjo el primer intercambio, la esposa de Lotocki, Majo, grababa con un celular a la persona que gritaba desde afuera y, según la pareja que habita la mansión, arrojaba algunos objetos. “Decime si es un asesino o no”, gritaba el hombre. Y luego, contra Lotocki: “Mostrá la cara, mostrá la cara”. Poco después, el mismo médico se asomó a la puerta con la intención de hacer que su mujer fuera para adentro.
En ese momento, el hombre de la vereda pareció ponerse más furioso y comenzó a gritar: “Asesino hijo de mil p.... ¡Asesino hijo de p...! ¿Qué mirás, c...ón?”.
Entonces, Lotocki, desde la puerta de su domicilio se llevó el dedo a la boca como pidiendo silencio al hombre que, lejos de tranquilizarse, seguía gritando.
Más adelante, la mujer de Lotocki salió a la vereda y se enfrentó al hombre que gritaba. Lo trató de “imbécil” y le preguntó si “le fallaba la materia” porque gritaba así. “Esta es mi casa, tengo a mis hijos ahí, ridículo. Justicia, a los tribunales. Basta de esta mierd...”, le dijo Majo al hombre.
“No entiendo, el tipo sigue matando gente y no va preso. No lo puedo creer, tengo una impotencia bárbara, no entiendo cómo no se manifiestan los vecinos”, señaló el hombre que increpaba a Lotocki, en diálogo con el periodista de Intrusos.
Cabe aclarar que Aníbal Lotocki fue condenado por la justicia a cuatro años de prisión efectiva y a cinco años de inhabilitación por provocarle lesiones severas a cuatro mujeres a las que les hizo una intervención estética: Pamela Sosa, Gabriela Trenchi, Stefy Xipolitakes y Silvina Luna. Esta última, luego de tener muchos problemas de salud, incluida una insuficiencia renal grave, falleció en el Hospital Italiano el pasado jueves.
Pero, pese a que se comprobó la mala praxis de Lotocki contra Luna y las otras mujeres y que la ex Gran Hermano murió recientemente, el médico está libre porque su condena aún no esta firme. Este hecho genera repudio en parte de la sociedad, como por ejemplo, en este hombre que se acercó hasta la casa del doctor Lotocki para increparlo y tratarlo de “asesino”.
“Tenés suerte de que esté la policía, pedazo de gil”
En una segunda secuencia de Intrusos en la puerta del domicilio del médico, ya a las 19 horas, la policía se había hecho presente en el frente de la vivienda. Esta vez, Majo estaba en la vereda, dialogaba con la policía y cuando regresaba a su casa, salió Lotocki a la vereda a buscarla y a decirle a la policía: “Este tipo estuvo tirando cosas en mi casa. Si lo puede hacer, que lo siga haciendo. Pero si no, por favor...”. El médico hizo un gesto con la mano, como diciendo: ‘Que se vaya’.
“No tenés cara hermano”, lo volvió a increpar el hombre. “¿Te pasa esto seguido, Aníbal?”, le preguntó el cronista. “No, pero están pidiendo todas estas cosas”, respondió el doctor y luego, otra vez dirigiéndose a la policía, dijo: “Este tipo está tirando piedras a mi casa”.
“Pero vos sos un asesino, hermano, ¿cómo salís a hablar así?”, le volvió a gritar el vecino que vino de Once. “Andá a la justicia”, le respondieron. “Matás gente, hermano, matás gente ¿Por qué me hablás así como si no pasara nada?”, le gritaba el hombre. Entonces, ocurrió la reacción más amenazante de Lotocki, que se dirigió a la persona que le gritaba y le dijo: “Tenés suerte de que esté la policía, pedazo de gil”.
“Vos no tenés cara, hermano”, le dijo el vecino, incrédulo. “Majo, entrá, entrá”, le indicó el médico a su mujer. Ella, mientras ingresaba a su hogar, le decía al cronista de Intrusos: “Ustedes generaron esto”. “No, no, yo no generé”, respondió Vázquez y añadió: “¿Van a pedir la detención por homicidio de Lotocki y me decís que soy el culpable? Sos una irrespetuosa, Majo”. “Vos sos un vendido”, replicó ella. “No soy vendido, hago mi trabajo”, retrucó el periodista.
Sobre el final, el cronista de Intrusos explicó que en el lugar había cuatro patrulleros ocupándose de la situación, que la policía le había pedido al vecino que se retirara y que estaban tocando la puerta de la casa de Lotocki supuestamente “para labrar la denuncia correspondiente”.
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