Un gran "cumpleaños"para Soledad Pastorutti
Sí, el año recién comienza. Mucho falta para que llegue el momento de los balances. Sin embargo, ya es posible arriesgar, sin temor a peder cualquiera apuesta, que la actuación que Soledad Pastorutti dio el martes pasado en el Festival Nacional de Folklore de Cosquín quedará en ese balance 2016 como uno de los hechos musicales del año. Porque lo que logró La Sole difícilmente alguien más lo consiga: reunió a una docena y media de músicos amigos sobre el escenario Atahualpa Yupanqui de la plaza Próspero Molina para celebrar los 20 años de la primera vez que actuó en este festival. Lo llamativo del asunto fue que todos esos músicos que la acompañaron son artistas consagrados dentro del mundillo folklórico.
La cantante comenzó a llamarlos en noviembre a cada uno y así logró armar una grilla de figuras. Desde los tradicionales, como el Chaqueño Palavecino y Los Manseros Santiagueños, hasta Los Nocheros, Luciano Pereyra, Jorge Rojas, Los Tekis, Los Alonsitos y Abel Pintos, entre muchos otros. El festejo parecía un cumpleaños. No lo era en el sentido más tradicional, que es la celebración de los años que pasan desde el nacimiento de una persona. Pero de algún modo lo era, porque el escenario de Cosquín fue fundacional para la carrera de Soledad Pastorutti. Y también para una generación a la que Soledad -con su vehemencia y desparpajo de quinceañera-, hace dos décadas, le abrió las puertas de las compañías discográficas y de medios para la difusión más o menos masiva del folklore.
La Sole no renovó artísticamente la música nativa. Pero fue baluarte de su generación e hizo que el folklore recuperara espacios perdidos en la década del 70.