Un festejo con la mirada puesta en la realidad
Talentos ocultos fue la gran ganadora de los galardones que entregó el sindicato de actores en Hollywood
Desde los Globo de Oro en adelante, la tradicional temporada de premios de Hollywood se convirtió en algo muy distinto de lo que suele ser. Más allá del glamour y la emoción de festejarse a sí mismas las industrias del cine y la TV, o más bien sus más talentosos representantes, asumieron el rol de comunicadores sociales en tiempos de crisis. Así lo demostró Meryl Streep cuando sentó precedente en los Globo de Oro unos días antes de la asunción del presidente Donald Trump, y así sucedió también anteanoche en la celebración organizada por el sindicato de actores (Screen Actors Guild, SAG).
Lo que suele ser una fiesta repleta de luminarias de la pantalla grande y chica felices de reunirse para votar a los mejores entre ellos, fue en realidad una gran declaración política que alcanzó no sólo a los discursos, sino que también pareció influir en cómo se eligieron los ganadores. Al menos en el caso de los galardones del cine. Así, el premio más importante de la noche, el de mejor elenco en un largometraje, fue para Talentos ocultos.
El film -que se estrenará pasado mañana en la Argentina- cuenta la historia verídica de las mujeres negras que con sus habilidades científicas colaboraron en la carrera espacial norteamericana en medio de la segregación racial. Se trata de un film aleccionador y que funciona también como un comentario sobre la actualidad de la coyuntura política y social de los Estados Unidos, un ambiente que bien pudo inclinar la balanza de los votantes a la hora de elegirla. Y algo similar puede que haya ocurrido con el premio al mejor actor dramático que se llevó Denzel Washington (Fences), cuando muchos suponían que el favorito de los críticos, Casey Affleck (Manchester junto al mar), se iba a quedar con esa estatuilla. Un pase casi directo al Oscar que ahora podría ir para otro lado, especialmente porque a pesar de su gran interpretación, el hermano menor de Ben Affleck no logró que su comunidad pasara por alto las varias denuncias de acoso sexual que tiene en su haber.
A un año del reclamo de los actores por la poca representación de las minorías raciales y de género en la temporada de premios, esta vez de los cinco galardones cinematográficos cuatro fueron para actores negros, mientras que Emma Stone fue la única excepción por su trabajo en La La Land.
En el rubro de mejor actor de reparto, el galardón fue para Mahershala Ali (Luz de luna), que dio un discurso tan personal como político sobre cómo su conversión al islam había afectado a su madre pastora bautista y cómo habían superado sus diferencias gracias al amor.
Otro discurso que apuntó directo al controvertido decreto migratorio de Trump llegó del lado de la TV: Julia Louis-Dreyfus recordó a su papá inmigrante cuando se llevó el premio por Veep, mientras que David Harbour, en representación del elenco de Stranger Things, festejó el triunfo con un encendido alegato en favor de los desplazados de todo el mundo.
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