Un emotivo tributo a Alejandro Romay
A un año de su muerte, una platea repleta de afectos en El Nacional
Anteanoche entrar al hall de El Nacional fue como volver a estar en una fiesta de fin de año del Canal 9 Libertad, aquel del pasaje Gelly, donde eso de que todo era una "gran familia" era verdadero. Aquellos años, en que los actores tenían un acceso libre a la emisora para dejar sus curriculum, una época en la que los productores eran amigables y respetuosos con ellos; cuando los locutores y periodistas de noticiero se elegían por casting realizado personalmente por Alejandro Romay , y cuando todo (absolutamente todo) el personal sabía que podía golpear la puerta del dueño del canal si así lo necesitaba. El trato era directo, sin estructuras. "¿Necesita ayuda para poder terminar de comprarse su casa?" "No puede viajar tanto, usted necesita un auto, yo lo ayudo." "Vos tenés que negociar tus contratos de tal o cual manera." Así eran el aporte, los consejos, el trato que tenía don Alejandro Romay con sus empleados y contratados de Canal 9, de sus producciones teatrales, sus emisoras radiales y de la Guía de la Industria.
A un año de su muerte, sus hijos, nietos y bisnietos decidieron rendirle un gran homenaje en su teatro, El Nacional, invitando a más de 500 personas que trabajaron para él y con él. La platea de ese templo teatral estuvo llena de amor y cariño. Aquel que los protegió y los empleó durante tanto tiempo hoy los volvía a reunir para evocar aquellos años de "la gran familia". Muchos amigos, colaboradores, creativos, técnicos y primeras figuras, unidos por el tipo que más oportunidades brindó en el mundo del espectáculo.
El homenaje duró casi dos horas, en las que nadie dejó su butaca. Condujeron el evento Cristina Pérez y Claudio Rígoli, dos ex Nuevediario que fueron elegidos por el propio "zar de la televisión y el teatro argentino". Lo que se vivió fue un espectáculo en sí mismo, cargado de emoción, recuerdos y humor. Un documental –basado en relatos y anécdotas de quienes trabajaron con él, imágenes históricas y testimonios del propio Romay– se fue cruzando con las poesías escritas por el Zar en boca de las figuras de su canal y la participación de cantantes como Jairo, Valeria Lynch, Néstor Fabián, María José, Juan Darthés, Marianela, Andrea Mango, Romina Groppo y Roxana Cane.
Los últimos cuatro, brillantes en un popurrí de musicales producidos por Romay y en el clásico "El sueño imposible".
Muchos se toparon por primera vez con la poesía de Romay, publicada alguna vez en el libro Endechas, que fue repartido a todos los presentes en el cóctel final, que se realizó en el hall del teatro, mientras que la familia del homenajeado descubría el letrero de "Sala Alejandro Romay". En los testimonios fílmicos participaron Natalia Oreiro, Mirtha Legrand, Guillermo Andino, Juan José Maderna, Sergio De Caro, Claudio Rígoli, Guillermo Favale, Jorge Montero, Adriana Lorenzón, Raúl Lavié, Marta González, Zulma Faiad, Carlos Rottemberg, Gustavo Yankelevich y Silvio Soldán, entre muchos más. Por su parte, sobre el escenario participaron Patricia Palmer, Luisa Kuliok, Carolina Papaleo, Cristina Alberó, Raúl Taibo, Virginia Lago, Arturo Puig, Selva Alemán, Arnaldo André, Antonio Grimau, Pablo Alarcón, Gabriel Corrado, Germán Krauss, Osvaldo Laport y Jorge Formento, entre muchos otros.
Fue muy emocionante presenciar el abrazo de reencuentro entre varios integrantes del equipo de Nuevediario: Silvia Fernández Barrio, Gustavo Siegriest, Edgardo Miller, Maderna, Rígoli, Andino y todos los demás. Y se producían aquellos encuentros típicos de los pasillos de Gelly: "¡Qué hacés, tanto tiempo! ¿Te acordás de que a ustedes los eligieron al mismo tiempo que a nosotros?", le decía Gabriel Corrado a Sergio De Caro, en un cruce de galán a periodista. Y a unos metros se abrazaban productores con camarógrafos que no se veían desde hace más de 20 años. Uno quería multiplicarse para poder escuchar cada una de las anécdotas que circulaban continuamente. Susan Ferrer y María Alexandra, figuras de los musicales de Romay, departían con Nora Cárpena, Juan Palomino, Coni Vera, Aldo Pastur, Miguel Habud, Lisandro Carret o Daniel Falcone, uno de los últimos jefes de prensa históricos del canal. Y Valeria Ambrosio recordaba su época de escenógrafa en La TV ataca con otros colaboradores de aquella etapa, junto a comunicadores como Fanny Mandelbaum, Miguel Core y Julio Lagos, que recordaban viejas épocas.
En una interesantísima nota que alguna vez le hizo Pacho O'Donnell y de la cual se seleccionaron interesantes fragmentos, Romay ya advertía sobre la importancia de sostener la producción de ficción nacional sobre la invasión de latas extranjeras. Y la elocuencia y sabiduría del productor y empresario se cruzaba con los testimonios que iban rearmando su personalidad, su vida. Rottemberg contaba que en un cumpleaños realizado en su casa hasta la mismísima Lita andaba buscando a su marido. De pronto, desapareció de la reunión. No había dejado la casa, pero no aparecía por ningún lado. Lo encontraron con la empleada doméstica, charlando y tomando nota en un cuadernito. "Usted tiene toda la verdad. ¿Qué es lo que le gusta ver en televisión?", le preguntaba. Ése era su rating, así era la sabiduría de este hombre que entraba a su canal y saludaba del mismo modo a la estrella máxima y al señor que barría el piso.
Todos ayer lanzaron un deseo al viento: que las lágrimas de emoción de sus hijos, Omar, Mirta, Diego y Viviana, sostengan aquel legado, necesario, admirado y querido.
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