Un dramaturgo croata que pone a la familia bajo la lupa
El autor pasó por Buenos Aires como parte de un festival internacional; dos de sus obras se presentaron aquí dirigidas por Cacace
Su visita a Buenos Aires fue breve, pero dejó marcas muy conmovedoras. El joven dramaturgo croata Ivor Martinic fue programado dentro del Festival Internacional de Dramaturgia Europa + América y dos de sus obras fueron divulgadas bajo la dirección de Guillermo Cacace: Mi hijo solo camina un poco más lento y Drama sobre Mirjna y los que la rodean.
Recibido en la Academia de Arte Dramático de Zagreb, Martinic se ha transformado en una de las voces renovadoras del teatro de su país. Sus textos se han representado en varios países de la ex Yugoeslavia y también en Francia, Grecia, Gran Bretaña y Alemania. Han sido traducidos a quince idiomas.
Gran lector desde pequeño, este joven de 29 años encontró en la narrativa un espacio de libertad. Hoy confiesa que ingresó en el mundo de la escritura dramática de manera ingenua, instintiva.
"Mi situación como autor frente al mundo en el que vivo -explica está determinada por la imposibilidad de expresar lo que siento a través del lenguaje. Me gusta llamarme, a mí mismo, una persona que reflexiona sobre las cuestiones que me oprimen íntimamente usando un idioma." Avanzada la charla con la nacion, expresará: "Creo frases que son pensamientos en el espacio".
La dramaturgia de Ivor Martinic posee dos cualidades: son dramas familiares y en ellos no existe una división entre el tiempo y el lugar en el que se desarrolla la trama. "En Drama sobre Mirjna y los que la rodean, por ejemplo, todos los personajes están presentes aunque no puedan estar en el mismo lugar -cuenta el autor. Hay dos personas, que viven en distintos países, que conversan en un café en Zagreb. Eso en la vida real es imposible. Yo cuestiono el día a día bajo las reglas del drama. Por eso inscribo lo cotidiano en el texto dramático."
En tus textos el rol de la mujer, dentro del marco familiar, es muy activo. ¿Cuál es tu mirada sobre la familia?
-En mis textos los hombres aparecen reteniendo dentro suyo aquello que los oprime. Son los primeros en renunciar. Las mujeres, en cambio, intentan remediar las cosas. A veces, en ese intento, cometen errores. En mi opinión, ellas son más activas dentro de la vida familiar y por eso están en primer plano. La familia depende mucho del espacio del que proviene. Al cabo de los siglos se han impuesto límites, reglas, respecto de cómo debe ser una familia. Hoy resulta un gran problema romper esos límites. En el mundo en el que vivimos, que es un mundo individualista en donde hay un gran auge del egoísmo, el individuo está en primer lugar y después viene la sociedad donde esa persona vive. Entonces es común que muchos dramaturgos quieran borrar las fronteras en su intento por redefinir la familia.
El autor pone ahora la mirada sobre el mundo croata. "Allí -explica, también la familia creó un sistema de reglas. Pero ese sistema empezó a quebrar la libertad de cada miembro. Algo se desestabilizó. Se hizo necesario proteger el matrimonio. Entonces, a través de una iniciativa del activismo de la derecha, por medio de un referéndum, se logró que en nuestra Constitución quede muy clara la definición de matrimonio. El matrimonio es la unión entre el hombre y la mujer. Eso no puede ser de otra forma. Indudablemente hay mucho temor a los cambios, que son evidentes. Eso también demuestra lo frágil que es ese tipo de unión."
Mi hijo solo camina un poco más lento sólo se representó en dos funciones. El espectáculo comenzará a hacer temporada a partir de marzo en la sala Apacheta. Será una buena posibilidad de conocer en profundidad a este dramaturgo que, después de ver la experiencia, está convencido de que sus textos "han encontrado una nueva patria".
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