Triunfos corales en San Juan

Cuando las 250 voces que ocupaban las anchurosas graderías del bellísimo Auditorio de San Juan resplandecieron con rayos de alborozo, al desgranar con fenomenal impulso las notas polifónicas del famoso Aleluya, del oratorio El Mesías, de Haendel, el ideal del canto comunitario alcanzaba, la noche del lunes último, su más grandiosa apoteosis.

Fue la estupenda coronación de los ensayos que con admirable tesón asumió (como en anteriores festivales) el eminente maestro Antonio Ruso durante las cuatro tardes de este bienal encuentro – el VI San Juan Coral-, para desentrañar con minuciosidad los secretos estilísticos y el sentido más profundo de la religiosidad en esta magna obra del Barroco.

Se unían de este modo, en un luminoso prisma, las 48 voces del Coro Polifónico Nacional de Ciegos, guiadas por Osvaldo Manzanelli; los 24 coreutas del Iuventus de la República Checa, dirigido por Vera Buresová; los 24 coreutas del Ensamble Vocal Mendoza, liderado por Eleonora Fernández; los 24 de la Agrupación de Cámara Vox Antiqua, de Córdoba, conducidos por Leonardo Waisman; el Coro de Cámara Beruti, y el anfitrión del festival: el de la Universidad Católica de Cuyo, ambos junto a su maestra, María Elina Mayorga; el universitario Sant Yago, de Valencia (España), y el Juvenil Femenino de Córdoba, a cargo de Gustavo Báez, todos junto a la orquesta del festival, incluidas cuatro arias, dos la soprano Silvina Sadoly y dos la contralto Verónica Cánaves.

Nos tocó ser testigos de un dato sorprendente y promisorio, durante el primer ensayo vespertino del viernes 14, cuando el maestro Russo encaró, de entrada -con todos los integrantes de estas agrupaciones- una de las más impresionantes partes corales de El Mesías. La acometieron con tanta seguridad y entusiasmo, que uno podía presumir que, tras profundizar en la partitura, ya contaban con varios ensayos previos. ¡Tal era el alto grado de preparación de cada coro! Era ya, un triunfo no proclamado y poco frecuente.

En este VI festival, obviamente no competitivo, pero rigurosamente seleccionado por los organizadores, se disfrutaron, en excelentes versiones corales, desde zambas, chacareras, tonadas y vidalas, varios negro-spirituals, un par de tangos, música del Caribe y contemporánea rumana y española de inspiración folklórica, hasta una gran variedad de música del Renacimiento (sobre todo español y francés), una de Bach, obras de románticos como Brahms, Schumann, Mendelssohn (en el 200º aniversario de su nacimiento) y Rheinberger, hasta Debussy, Schoenberg e inspirados contemporáneos.

Maravillas y gratificaciones nos regaló este VI San Juan Coral. Entre las maravillas sobresale el Coro Polifónico de Ciegos, con Manzanelli. Porque ellos, ya que "lo esencial es invisible a los ojos", vieron bien con el corazón los significados de lo más profundo y la gracia de los ritmos vernáculos. Otro portento vocal fue el ensamble mendocino con Eleonora Fernández, por su fenomenal giro artístico, desde la gozosa empatía con los ritmos folklóricos hasta sus exquisitas versiones de los clásicos. También despertó admiración el grupo checo Iuventus, de Vera Buresová, con su insólito repertorio de inspiración folklórica de la Europa oriental (cercano espiritualmente a los húngaros Bartok y Kodaly) y sus impecables versiones. Y por último el madurado rescate de música renacentista por el Vox Antiqua de Córdoba, bajo la guía del investigador Leonardo Waisman, al que se sumaron prolijamente los coreutas valenciano del Sant Yago, bajo la conducción de Pau de Luis y Alba. Estos dos últimos prolongaron, de algún modo, el encanto del eufórico clima del taller dictado por el maestro Néstor Zadoff sobre música española y francesa del Renacimiento.

Y entre las gratificaciones será de rigor citar la estupenda consolidación estético-musical y vuelo expresivo del coro de cámara Berutti, con María Elina Mayorga, como también el de su coro de la Universidad Católica. Y por último, en su concierto final, la solidez alcanzada por el Juvenil Femenino de Córdoba, dirigido por Gustavo Báez.

Esta renovada gesta del San Juan Coral, impulsada por María Elina Mayorga significa, para nuestro país, una renovada esperanza, por el rescate de la belleza y de los mejores valores espirituales, asumido por cientos de jóvenes guiados por el puro amor al arte.

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