Tres en uno: escuchar, reflexionar y disfrutar
Desencajados y Notas, dos espectáculos que combinan las ideas de grandes pensadores con canciones populares
Poco -o muchísimo- pueden tener que ver el arte de combinar los sonidos de la voz humana o de los instrumentos, la música, con el conjunto de saberes que buscan establecer los principios generales que organizan y orientan el conocimiento de la realidad, la filosofía.
Sin embargo -y curiosamente-, en los últimos tiempos, han surgido en los escenarios de Buenos Aires dos propuestas que ponen a la filosofía en el centro de la cuestión. Acompañadas de música, las reflexiones y el repaso por las ideas de grandes pensadores como Platón, Michel Foucault o Nietzsche cobran otro sentido al instalarse en las tablas. Proponiendo un doble estímulo, el sensorial -a través de la música- y el racional -mediante el ejercicio introspectivo de la filosofía-, Desencajados y Notas (esta última, por ahora sin nueva fecha anunciada) son dos alternativas para escuchar, reflexionar y disfrutar al mismo tiempo.
Desencajados es el espectáculo que fusiona filosofía y música y que tiene como protagonista al mediático pensador Darío Sztajnszrajber. Entre escenas de ficción y algo del tono del teatro musical, Sztajnszrajber se toma licencias para disertaciones sobre la identidad, el amor, la existencia y el vacío. En el medio, algunas canciones de rock nacional, pero con la voz dulce de Lucrecia Pinto, un poco de baile y algo de stand up. Todo, en un combo que resulta y "desencaja" a los espectadores, sobre todo a quienes ya son fanáticos de Mentira la verdad, el programa que ya va por su tercera temporada en Canal Encuentro y en el que Sztajnszrajber dedica cada episodio a problematizar alguno de los grandes temas: Dios, la angustia, la muerte, el lenguaje, el caos o la filosofía en sí misma.
Desencajados se burla de algunos clichés filosóficos como el de utilizar los mitos y las etimologías de las palabras para explicar los grandes temas y, sobre todo, de ese intento de ver las cosas desde otro punto de vista: la falta, la ausencia y la pérdida. Como aquel loco que buscaba a Dios en La gaya ciencia, de Nietzsche, Sztajnszrajber va haciendo preguntas que desconciertan a la audiencia, que la enfrentan con la duda y la incomodidad de la "ignorancia" que es arrasada por la palabra -infalible- del filósofo. Ésa es, quizás, una crítica posible: en el mundo posmoderno donde "no existen los hechos porque todas son interpretaciones" (Daniel Molina en su cuenta de Twitter), la voz de Sztajnszrajber resulta un poco unívoca en Desencajados. Aunque nunca deja de ser cierto que en todo espectáculo hay un protagonista.
Para explicar el origen de esta propuesta, que inició sus funciones hace dos años, Sztajnszrajber se remonta a sus primeros acercamientos con la disciplina filosófica. "Mi entrada, paradójicamente, no fue desde libros de filosofía, sino desde otros géneros: la literatura y sobre todo la música, y en especial el rock nacional de los 80." Seguramente por eso eligió el repertorio, que incluye canciones de Luis Alberto Spinetta, Fito Páez y Charly García. "Que me abrieron al mundo de las preguntas existenciales: el tiempo, la angustia, la muerte, el amor", cuenta.
Sobre la compañía de Lucrecia Pinto (en el escenario y en la vida, porque son pareja), Sztajnszrajber confiesa que la conexión fue inmediata. "Fuimos convocados hace cuatro años para hacer un espectáculo por el día de San Valentín con canciones y reflexiones sobre el amor. Y allí empezó todo."
Volver a encajar
Notas se propone como "un ejercicio de escucha, de placer y de análisis: el maridaje entre canciones, filosofía y tragos" que ocurre en un ambiente de intimidad, el Bebop, un típico club de jazz oscuro, pero acogedor; es una propuesta es muy relajada. En el escenario están Sergio Pángaro, de estricto traje y gomina detrás del imponente piano de cola, y el joven filósofo Luis Diego Fernández, con su mesita de café rodeada de libros y un vaso de whisky.
El repertorio por el que circula Pángaro incluye desde clásicos de The Police hasta canciones populares de Palito Ortega pasando por hitazos de Armando Manzanero y hasta "La donna è mobile", el aria más popular de Rigoletto, de Giuseppe Verdi. Un "mezcladito" que se condimenta con unas breves reflexiones filosóficas de Fernández y la calidez del ambiente, acompañada por la buena comida y la generosa carta de vinos que ofrece la cocina del club.
"Fue un salto al vacío", así explica Fernández la decisión de estar arriba del escenario. "Tengo experiencia de exponer frente a auditorios académicos por mi trabajo docente y por mis charlas, pero sólo en ese plano. En este caso, hay un perfil más performático, actoral y humorístico." Y agrega: "El humor me interesa mucho como espectador, pero nunca fui protagonista, así que fue un verdadero desafío combinar ese rol nuevo, tratar de ser un disparador de ideas de filosofía, muy breves y simples, y a eso sumarle la interacción en el escenario con Sergio".
Sobre ese intercambio que el espectador agradece, Pángaro explica: "Es un modo musical de conversar, inspirado en esas charlas que pueden resultar interminables sin un sistema, y que propone que todo, aun las posturas más irreconciliables, pueden dialogar".
Desencajados: filosofía + música
Con Darío Sztajnszrajber y Lucrecia Pinto.
Mañana, a las 21.
En el ND Ateneo, Paraguay 918.
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