Tres anucios por un crimen, la gran candidata camino al Oscar
Muchos creen que la antesala de los premios Oscar son sus primos lejanos, los Globo de Oro. Pero cuando se trata de la temporada de galardones y alfombras rojas de Hollywood lo cierto es que los únicos premios que pueden ser considerados como preámbulo de los Oscar son aquellos que entregan los sindicatos de productores, actores y directores de la industria del cine. La razón es simple y contundente: quiénes votan para las estatuillas de los gremios también forman parte, en su mayoría, de la Academia de artes y ciencias cinematográficas que reparte los galardones dorados más codiciados de Hollywood. Mismos votantes suponen, en principio, resultados iguales y por eso durante el fin de semana, con menos pompa y ceremonia que la que despliegan los Globo de Oro, en los premios de los actores y productores bien se puede haber decidido quiénes serán los ganadores del Oscar, cuyos nominados se darán a conocer mañana, en algunas de sus categorías principales. Un anticipo que estuvo, como era de esperarse, entremezclado con los reclamos políticos y las menciones a las iniciativas que buscan terminar con los acosos y abusos que sufren las mujeres en la industria y con la desigualdad de géneros en todos los ámbitos.
Anoche, fue el turno de los actores. En una ceremonia que duró tediosas dos horas, el sindicato de actores de cine y televisión (SAG, según sus siglas en inglés) repartió sus reconocimientos en ambas disciplinas anticipando no sólo los Oscar sino tal vez también los premios Emmy que se entregarán en septiembre.
Con la conducción de Kristen Bell que aportó buenos momentos y marcó el tono amable, autocelebratorio y bien pensante de toda la fiesta, los invitados a la ceremonia demostraron que habían aprendido algo de la entrega de los Globo de Oro celebrada hace un par de semanas. Esta vez no sólo fueron las mujeres las que se hicieron eco del enorme cambio cultural que sacude a Hollywood hace meses sino que varios de los ganadores hablaron del tema y dieron su apoyo a la lucha feminista que hasta hace pocos días no figuraba entre sus temas de agenda. El mismo Sam Rockwell que ganó como mejor actor de reparto en los Globo de Oro y dejó pasar la oportunidad de hablar sobre la iniciativa Time’s Up, anoche repitió el triunfo pero esta vez sí se solidarizó y expresó su apoyo a McDormand y “a todas las mujeres de esta sala que tratan de hacer un mundo mejor”.
Con la consigna de tener solo presentadoras mujeres en cada una de las categorías, los premios de los actores intentaron evitarse situaciones incomodas como las que se vieron en otras entregas. Sin embargo, la previsión no les funcionó del todo bien cuando los guiones en varios rubros resultaron más sentenciosos y menos inspirados que muchos de los que se escucharon en los Globo de Oro.
Claro que más allá de las menciones a diversos aspectos de la política norteamericana lo cierto es que anoche los actores eligieron a su gran candidata de la temporada de premios: Tres anuncios por un crimen. El film de Martin McDonagh se llevó la estatuilla más importante de la ceremonia, mejor elenco en una película, además de ganar en las categorías de mejor actor de reparto (Rockwell) y actriz protagónica (Frances McDormand). Sin que fuera una sorpresa para nadie también ganó Gary Oldman por su interpretación de Winston Churchill en Las horas más oscuras y está claro que el actor británico ya debería ir pensando en su discurso de agradecimiento para los Oscar.
Más allá de las categorías interpretativas la gran incógnita siempre es la candidata a mejor película y en ese rubro este fin de semana la que sumó más puntos fue La forma del agua de Guillermo del Toro, la favorita anteayer en la entrega del sindicato de productores, sin dudas el grupo con más poder e influencia en la industria del cine. Según marchan las ceremonias y los reconocimientos hasta ahora parece posible que para marzo, cuando se entreguen los premios de la academia, los rubros actorales queden en mano de Tres anuncios por un crimen y los de dirección y producción para La forma del agua. Claro que para eso todavía falta.
Las sorpresas televisivas
Si en las categorías cinematográficas no hubo demasiadas sorpresas en las televisivas sí hubo espacio para el asombro. Es que uno de los premios más esperados, mejor elenco en una serie dramática, no fue para la candidata más obvia. La racha de The Handmaid’s Tale se cortó cuando se anunció que la ganadora era This is Us y algo similar sucedió cuando Claire Foy ganó como mejor actriz dramática por The Crow cuando la lógica indicaba que esa categoría le pertenecía a la ya multipremiada Elisabeth Moss.
Por otro lado, el triunfo de Nicole Kidman como mejor actriz en una miniserie (Big Little Lies) cumplió con las expectativas además de aportar uno de los más inteligentes y apropiados discursos de agradecimiento de la noche. El más gracioso le correspondió a Alexander Skarsgaard, su marido en la ficción de HBO, que al quedarse con la categoría de mejor actor de miniserie por sobre Benedict Cumberbatch, Jeff Daniels, Robert De Niro y Geoffrey Rush, señaló con humor que era obvio que en ese grupo el triunfador debía ser “el tipo alto de True Blood".
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