“Es un solo... es la guitarra de Lolo”: qué fue de la vida de Lolo Fuentes, el guitarrista de Miranda!
Trabajó en un locutorio, integró la banda más popular del 2000 y recuerda su infancia como “el raro” de la escuela; su salto a la fama y su actual vínculo con el trap
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Su nombre se hizo famoso en los 2000 por ser el protagonista de una de las frases más pegadizas de la música argentina del nuevo milenio, junto a la que era por entonces su banda: “Es un solo... ¡Es la guitarra de Lolo!”. Cuando sonaba Don, canción de Miranda!, el estribillo anticipaba quién era el encargado de tocar ese yeite: Lolo Fuentes. Con la agrupación de glam-pop, en una escena donde el rock nacional no tenía competencia en ese segmento, alcanzó la fama. Sin embargo, una pelea lo alejó del grupo que había hecho con sus amigos. Hoy, a más de 20 años del debut de Miranda!, el guitarrista recuerda con LA NACION su infancia, sus inicios en la música, sus “changas” alejado de los escenarios y, también, proyecta su gran regreso este 4 de junio.
Un “raro” que se plantaba
-Miranda! parecía ser como la banda outsider, los que hacían otra cosa arriba del escenario, hoy 20 años después están como reivindicados
Hay como un puente entre Soda Stéreo, Babasónicos y Miranda! Cada diez años salió una banda que se cortó del resto... Babasónicos tenía a Adrián (Dárgelos) que es un pibe de mucho coraje, que salía de calza en los 90 en Lanús, que era un barrio picante. Yo soy de Devoto y cuando era chico andaba en skate, me teñía el pelo, era como el raro del barrio; andaba con Jordan Air Force One, pero porque mi viejo me compraba ropa allá (en Estados Unidos), que era más barata, obvio que me encantaba y era fan de la NBA, de Magic Johnson, de los Lakers, estaba muy al tanto de esa movida, pero era muy raro. En el colegio me preguntaron qué me gustaba del fútbol y yo les respondí que las telas de las camisetas, se me cag...ron de risa. Alguna idea se ve que tenía porque ahora la gente usa ropa urbana para los eventos que tiene que ver con la ropa deportiva. Me pone re contento. Con Miranda! salíamos y nos chupaba un huevo, el rock pasaba por ese lado para nosotros, ir contra el sistema. Salíamos con bases, nos preguntaban cómo era que tocábamos sin batería, hoy es lo más normal del mundo. Miranda! apostaba a que sea un espectáculo, más allá de que sea un show de música, la gente se lookea iba como para una fiesta.
-¿Sufriste ser “el raro” en tu infancia?
Estaba repartido. Me bardeaban y me corrían diez chabones en la calle, era la época de las bandas: los de Vélez Sarsfield se peleaban con los de Lamadrid. Yo tenía mi banda que me corría. Siempre fui medio loquito y un día quedó uno solo corriendo y agarré y le clavé un tablazo en la espalda y nunca más me persiguieron. Me defendía con locura, me bancaba el bullying, pero en algún momento le marcaba los puntos. Ahora decís una palabra de más y te hacen una demanda.
-¿Y de eso qué sacaste, si es que se puede sacar algo?
También eso te hace más fuerte, todo lo que me pasó de niño me sirvió para armar Miranda! con Ale (Sergi) y Juli (Gattas), eran dos personas que también sufrían lo mismo. Miranda! alojaba a los marginados, a los que bardeaban en el colegio... sentían refugio. Ale era re freak, Juli también, yo también… los freaks terminaron tomando el poder. A los nerds los bardeaban y ahora son los que dominan el mundo. Ni te digo el nerd que se guardó todos los muñequitos de Star Wars y hoy se llena de plata, como Virgen a los 40.
-¿Pero eras muy de pelearte de chico?
No, pero cuando veo una injusticia re salto. Me llevaba todas las materias, pero las rendía en diciembre, pero hacía mucho quilombo y me echaban de los colegios. Una vez llevaron un pescado para que diseccionáramos y yo lo puse en la estufa de gas. Había un compañero en un colegio católico que le pegaba a todos y yo le advertí que conmigo no; en un momento me vino a pegar, agarré el cinturón y lo maté a cinturonazos… era creativo en cierto punto, pero tenía que defenderme. Después de pelearte te dabas la mano y te hacías amigo, no te digo que la gente tiene que pelearse.
-¿Crees que todo esto que contás hizo que Miranda! sea la banda preferida del público LGBT?
Yo creo que sí, contribuimos mucho a la movida sin saber. Estoy muy contento y orgulloso, tampoco tenemos todo el crédito, pero creo que nuestro granito aportamos. Ver a la gente teniendo todo naturalizado, sin conflicto. Nosotros jugábamos mucho con la sexualidad de Miranda! y nosotros no lo aclaramos nunca, porque nos parecía que estaba de más. Vivimos una época en los 80 muy pesada para las mujeres o los gays; cuando iba al colegio por mi barrio y había un chico gay, pobre, lo volvían loco, pero yo en ese momento no la veía. O eso de sexo, drogas y rock and roll… yo el otro día toqué en un evento y no tomé un trago porque sabía que me tenía que levantar temprano para hacer king boxing. Cambiaron las costumbres. A los Stones ahora los ves en zapatillas, no usan más botas porque la columna te empieza a pesar.
Abogacía, masajes y las bailarinas de Tinelli
Antes de pegarla con la música, Lolo pasó por muchas bandas en busca de poder cumplir su sueño: vivir de su pasión. En contra de la opinión de sus padres (que querían que estudie abogacía) pasó por varias profesiones: desde atender un locutorio hasta ser masajista de las bailarinas de Tinelli.
-¿En algún momento pensaste que la música no iba a poder ser tu trabajo?
Me acuerdo que en otras bandas que tenía sentía que la íbamos a pegar, y mis compañeros me decían que estaba loco. Cuando me junté con Miranda!, Ale tenía momentos que se ponía triste y yo le decía que la íbamos a romper, escuchaba los temas suyos y lo sabía. Mientras tocaba con ellos también viajaba mucho por Latinoamérica porque era azafato.
-Lo de azafato me imagino que fue por tu viejo, que trabajaba en Aerolíneas Argentinas
Sí, mi hermano voló, mi mamá volaba, ya de chico aprendí a hablar inglés solo, entonces tenía buen idioma. Cuando estaba en Miranda! era el que ganaba más plata entonces yo compraba todo el catering, consideraba que era lo correcto. Una vez tocábamos en Cemento, fui al supermercado y volví con un chango lleno de vino, queso y uvas, eran lindos momentos, era plata. Gracias a eso me compré guitarras y equipos, cuando explotó Miranda! dejé de volar y nos fue muy bien.
-También fuiste masajista, ¿no?
Fui masajista antes de ser azafato. Laburaba en un locutorio y era masajista y tenía de clientas bastante bailarinas de Tinelli; entraba al locutorio a las diez de la mañana y yo no quería dar masajes, me ofrecían el doble de plata y les decía que no, pero después me ofrecían el triple y tenía que aceptar. Entonces a las 6 de la mañana iba a hacer los masajes. Las bailarinas si sufren un esguince y no bailan al otro día la reemplazan, y con un masaje las sacaba. Soy muy buen masajista, se corre la bola, tenía una conducta intachable y estaba bueno.
Una nueva vida: clases, disco ATR y fiestas de DJ
Decirle adiós a Miranda! no significó para nada decirle adiós a la música. Desde su salida, Lolo grabó discos solistas, produjo a artistas y se dedicó a enseñarle a una nueva generación de músicos.
-¿Cómo es tu actualidad?
Formé una banda nueva con Facu Suárez, un gran músico y es el tipo que hizo el primer videojuego para ciegos, es un capo. Se sumó Sebastián Penela que es baterista y productor. Nos presentamos el 4 de junio en Bebop que vamos a presentar varios temas nuevos. También estoy produciendo y con a full con Lolo Partuza, que es una fiesta que armo yo, que estoy de DJ, pero con cabina abierta. Ahí le pedí a Facu que me arme un código QR gigante para que la gente pueda elegir la canción que quiera escuchar. Estamos preparando el disco nuevo, un poco de neo R&B, lo produjo El Pesa y Martin Grinfeld, entonces tiene una onda también de Rap de West Coast del 90, con Rebeca Flore invitada en un tema, suena distinto. No soy rapero, pero siempre chanteo un poquito, es un disco que va a sorprender mucho. Es fresco y atemporal.
-¿Te gusta dar clases?
-Me encanta dar clases, yo me formé muchos años con Lucía Maranca, falleció hace un par de años. Ella era muy dura conmigo, no me dejaba cantar los primeros años y me gastaba. “Medio tono, siempre medio tono, que bruto que sos”, me hacía ensayar el Panis Angelicus que es una obra coral de 12 voces, y yo le explicaba que hacía música pop. Un día fui sin ensayar, le pegó al piano y me echó: ‘¡Andate! ¡Andate de mi clase! Me hacés perder el tiempo’. A la otra clase fui y me lo sabía de pe a pa. Ahora siento que tengo la aprobación de ella para dar clases, me veo como ella, marcando cosas como me marcaba ella a mí. Ella fue la mujer más importante de mi vida. Por eso espero dejarles algo a mis alumnos, que cuando sea mi velorio esté lleno de gente que yo haya podido ayudar. Me acuerdo cuando conocí a Cerati que me felicitó por cómo tocaba; a mí podés decirme lo que quieras, pero Gustavo me dijo que yo toco bien, esa seguridad extra que me dio no me la saca nadie y yo quiero ser igual.
-¿Qué aprendiste de la salida de Miranda!? Porque también es un poco esto de aprender a los golpes irte mal de la banda que habían fundado con tus amigos.
Fue muy duro, yo lo sentí como una traición porque me echaron, pero ya las cosas venían como medio picantes. Fue planeada mi salida. Con el tiempo me di cuenta de que la gente hace lo que puede; estoy en un momento de mi vida donde no tengo ningún rollo con nadie y vengo a hacer las cosas desde el amor, no nos juntamos todavía, ni hablamos, pero me gustaría. Yo tengo 47 años. Entonces ya decís: ‘Bueno, sí, tal vez pasaron un montón de cosas horribles de los dos lados, yo también me las mandé, pero estaría bueno tener una charla, hablar, bajar las armas de todos los lados porque todos fuimos parte... yo con mi personalidad y mi forma de tocar la guitarra, Ale con su composición, Juli con su forma de cantar y esa data jazzera que traía… los tres que nos juntamos’. No tienen peso las peleas y las broncas, tienen más peso las cosas lindas que tuvimos. Además, individualmente no habíamos logrado nada, todos habíamos tenido bandas y no había pasado nada. Yo estaba enamorado de ellos, a un nivel utópico, eran mis amigos y no se metía nadie con ellos. A Ale lo defendí mil veces o Juli no era el modelo de belleza hegemónica que reinaba en esa época, que eran las chicas anoréxicas, y se metían con ella y yo saltaba y me ponía picante.
El lado trap de la vida de Lolo
Lejos del pop que siempre destacó a Miranda!, hoy Lolo admira a los nuevos referentes de la música urbana, los jóvenes de menos de 20 años que suenan en todas partes del mundo. La receta de un músico de 47 años para sonar con chicos dos décadas más jóvenes que él es, básicamente, escucharlos y aprender.
-Te veo muy metido en el mundo del trap; el otro día hiciste un streaming con El Doctor, te juntás con El Pesa 9, ¿cómo surge eso?
Yo de muy chiquito esa data del rap ya la tenía, en el 87, 88, mi papá trabajaba en Aerolíneas Argentinas entonces me traía discos que yo le pedía de allá, cosas nuevas, siempre me gustó mucho el rap, pero no lo encontraba en la música de acá, los productores de acá no tenían la data que tiene ahora para producir. Fue un tiempo largo que pasó, no la vi en 2017, pero ya ahí empezó a sonar acá el rap, y después con lo del trap flashé con el sonido. Buscando qué onda me metí en un camarín en el Roxi, estaban tocando El Duki, C.R.O, Homero Mero, El Doctor, El Pesa 9… Ahí pegué onda con El Doctor y me hice amigo del Pesa que para mi tiene el mejor sonido de bombo de Dembow y Hip Hop, nadie suena como él. Él se vino a vivir a mi casa y estuvo como un año, yo tengo un estudio acá. Pasaron un montón de artistas, ahí se mezcló Bouce, de Cazzu. Habilité mi casa, mi estudio y aprendí un montón. Con El Doctor tenemos muy buena onda, tenemos un tema pendiente juntos, me invitó a un streaming, me divirtió mucho. Estoy muy al tanto de lo que es la escena; el disco de Ca7triel lo vengo escuchando todos los días desde hace un mes, me parece increíble. El disco arranca con un sampleo de un tema de The Beatles y de Virus… es un genio, creo que es el Spinetta de su generación, esa estética de cambiar viene mucho de los Illya Kuryaki, que aportaron muchísimo sonoramente, pero eran muy odiados en su momento.
-¿Por qué mencionas a Ca7riel tanto en comparación con los demás?
A mí me atrae él por toda su parte armónica, tiene una parte jazzera de acordes, con una fuerza dubstep, con syntes bien rotos… Miranda tenía un poco esa onda, los bajos bien pesados y rotos, las distorsiones, El Doctor es más heavy metal. Son todos músicos muy talentosos y muy bien equipados. Soy súper fan de toda esa música. Nathy Peluso me encanta, María Becerra, me permito de todo; algún tema de Tini, Callejero Fino… estar con los pibes y ranchar con ellos me pasan mucha data. Siempre fui de estar al tanto de lo que pasa con la música, son muy pendejos, pero son muy talentosos, traen como tres teras de data y la tiene súper procesada. En todo sentido, a nivel ideológico. Obviamente no todos son así, pero los que me interesan son súper inteligentes y súper talentosos. Me asombro de las cosas que tocan en guitarra y piano. Veo en Instagram bateristas de diez años increíbles, hay uno que se llama Aron The Bassist que tiene 12 años y toca jazz, para mí ya traen todo de otra vida, porque es increíble lo que tocan.
-El internet y que programas de producción musical sean más accesibles puede ser una explicación para eso…
Claro, antes los pibes así eran los hijos de Gustavo (Cerati), los que tenían las cosas… los Daft Punks fueron niños así que les compraban todas las maquinas Roland en vez de juguetes, pero más allá de eso, es increíble la asimilación que tiene de eso, lo que a mi me cuesta un año a ellos, en dos meses lo hacen. Están teniendo una llegada internacional muy zarpada… Paulo Londra está en lo más alto de Spotify, me pone súper contento con ellos, hacen cosas que a nosotros nos costaba muchísimo más. En un año L-Gante rompió todo, entendió muy bien la parte de la música, lo ves con el pueblo, con su gente, reivindica su barrio… el artista se debe al pueblo, para que te paguen una entrada y te vayan a ver, hay un gran sacrificio de alguien, porque sale un billete importante, no es barato. Que él tenga esos valores está buenísimo. Ojo, no todo está bueno, yo soy fan de Harry Potter y vi que salía una película nueva y al toque ya estaba para verla en stream, se perdió un poco eso de ir al cine, aunque también está bueno verlo en tu casa. Está bueno y no.
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