Top Five: personajes secundarios que mejoraron películas
La saga de ¿Qué pasó ayer? no sería lo mismo sin Zach Galifianakis, pero él no fue el único en favorecer producciones; veamos quiénes más lo hicieron
1. HEATH LEDGER EN BATMAN, EL CABALLERO DE LA NOCHE (2008, Christopher Nolan)
En una reciente entrevista, Aaaron Eckhart sintetizó a la perfección cómo fue trabajar, aunque haya sido por el breve período de una escena, junto al recordado Heath Ledger en Batman, el caballero de la noche. Eckhart contó que el actor se había fusionado tanto con el personaje de El guasón, que no interactuó con él antes de filmar la secuencia sino una vez que ésta se hubiera completado. Al finalizar el rodaje de la misma, Ledger se acercó a Eckhart y le dijo: "de eso se trata la actuación". Y sabemos que no lo pudo haber dicho desde una pose, desde un costado pretencioso sino de cómo él, con total honestidad y compromiso, eligió interpretar a un personaje que hasta ese momento estaba irremisiblemente asociado a Jack Nicholson. El Guasón de Ledger, si bien con algunas influencias notorias -Alex de La naranja mecánica, por ejemplo-, es una verdadera creación del actor casi desde cero, el papel que va a volverlo eterno y el cual, en medio de actuaciones notables del film de Nolan, alcanzó una superioridad irrebatible.
"Why so serious?"
2. CHRISTOPH WALTZ EN BASTARDOS SIN GLORIA (2009, Quentin Tarantino)
Uno de los síntomas a la hora de determinar cuánto influyó un actor secundario en una película es que, al pensar en ella, evoquemos únicamente las escenas de las cuales dicho intérprete formó parte. Bastardos sin gloria, esa descomunal relectura histórica de Quentin Tarantino, es esencialmente coral (un rasgo del cine del director), y permite que cada actor tenga su "viñeta" y su momento para la proliferación de monólogos/diálogos inolvidables. Diane Kruger, Daniel Brühl, Mélanie Laurent, Brad Pitt, Michael Fassbender, todos ellos forman parte de la obra y, sin embargo, la obra parece pertenecerle exclusivamente a Christoph Waltz. Desde su memorable entrada en la secuencia de apertura del film, pasando por la intensidad en la escena del restaurante que se puede ver más abajo, hasta esa comicidad reverberante que no necesita demasiadas palabras ("That’s a bingo!"), Waltz le hace justicia a ese villano concebido por Quentin y lo mismo haría con su contrapartida, el Dr. King Schultz en la reciente Django sin cadenas.
Christoph Waltz en una de las mejores escenas de Bastardos sin gloria
3. EMILY BLUNT EN EL DIABLO VISTE A LA MODA (2006, David Frankel)
El diablo viste a la moda es una película que tiene dos grandes sostenes. Por un lado, la historia principal -el camino a la madurez profesional de su protagonista Andy Sachs- comandada por Anne Hathaway; y, por el otro, la figura de Anna Wintour sobrevolando en el personaje de Miranda Priestly, interpretada por una Meryl Streep que dio una prueba más (como si hiciera falta) de su evidente versatilidad. En medio de esas dos actuaciones, de esas dos personalidades que entran en choque pero que eventualmente se terminan ayudando, está Emily Blunt en el papel de una secretaria que, incluso en los momentos de debilidad, jamás olvida qué es lo que disfruta hacer ("I love my job, I love my job, I love my job"), así como tampoco dónde está su verdadera meta. Más allá del sarcasmo omnipresente en la actuación de Blunt, la actriz, sobre el final, y con esa sonrisa efímera, demuestra que su personaje siempre fue más frágil y sensible de lo que aparentaba.
Algunas imágenes de El diablo viste a la moda
4. CHRISTOPHER MINTZ-PLASSE EN SUPERCOOL (2007, Greg Mottola)
La denominada Nueva Comedia Americana se ha nutrido de personajes secundarios atractivos. Judd Apatow, y desde todos los frentes (director, productor, guionista), ha decidido abiertamente darles un lugar importante a comediantes que ya se habían lucido en roles "invisibles" en otras producciones. Apatow tiene buen ojo, ya lo había demostrado en su debut como realizador en Virgen a los 40 (donde los papeles secundarios eran clave, desde el de Jane Lynch hasta el de Romany Malco) y como productor en, por ejemplo, Cómo sobrevivir a mi novia, donde Jonah Hill está hilarante. Y si hablamos de Jonah Hill, llegamos a Supercool, el film de Greg Mottola producido por Apatow donde tanto Hill como Michael Cera quedan un tanto opacados por un extraordinario Christopher Mintz-Plasse quien solo necesita decir una frase ("I Am McLovin") para que nuestra atención empiece a virar hacia él, su identidad falsa, y su particular vínculo con los oficiales Bill y Seth (Bill Hader y Seth Rogen).
"I am McLovin"
5. MARISA TOMEI EN MI PRIMO VINNY (1992, Jonathan Lynn)
Uno de los Oscars más discutidos fue aquel obtenido por Marisa Tomei por su interpretación de Mona Lisa Vito en el film de Jonathan Lynn. ¿Cómo podría una intervención cómica ser superior a actuaciones más dramáticas, cortesía de Vanessa Redgrave en Howard’s End o Miranda Richardson en Damage ? Lo cierto es que ya nadie discute ese premio. No solo porque Tomei consolidó su filmografía con el paso del tiempo (y volvió a ser nominada por sus papeles en In the Bedroom y El luchador ) sino porque ya no sorprende el atestiguar que la comedia como género reciba el respeto que se merece. En Mi primo Vinny, Tomei se lleva todo a su paso, incluso a un gran Joe Pesci, como esa mujer que, casi sin quererlo, termina ayudando a su novio a resolver un caso legal que parecía perdido. La actriz sale airosa de la tarea de humanizar a un personaje que podría haberse convertido fácilmente en una caricatura, combinando con astucia esos rasgos acentuados de Lisa (su ropa, su caminar) y esa tenacidad para lo único que le importa a fin de cuentas: respaldar al hombre que tiene al lado.
Marisa Tomei como Mona Lisa Vito en Mi primo Vinny
BONUS TRACKS
MARK WAHLBERG EN LOS INFILTRADOS
MELISSA MCCARTHY EN DAMAS EN GUERRA
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