Top Five: películas que te hacen temer al matrimonio
Tomamos como excusa el estreno de Perdida para recordar otros dramas donde toda la ilusión del casamiento se quiebra con los años
Cuando en Perdida Amy ( Rosamund Pike ) le dice a su marido Nick ( Ben Affleck ) la contundente frase "eso es el matrimonio", la película de David Fincher alcanza un nivel de oscuridad similar al de la exitosa novela de Gillian Flynn, acertando en el tono como nunca había sucedido en los momentos previos. Tanto este film como muchos otros (Antes de la medianoche y los que mencionamos más abajo) están sobrevolados por Scenes of a Marriage, la miniserie/obra maestra de Ingmar Bergman. A continuación, una mirada a esas películas que abordan la decadencia de los vínculos desde lo grotesco, lo retorcido y lo sencillamente devastador.
*1. OJOS BIEN CERRADOS (1999, Stanley Kubrick)
Con su última película, Stanley Kubrick abordó la compleja tarea de adaptar Traumnovelle, la aplastante obra literaria de Arthur Schnitlzer. Apuntalado por Frederic Raphael, su co-guionista, el realizador se metió con el matrimonio desde una de sus aristas más desoladoras: el desconocimiento del otro. Pocas imágenes tan poderosas como las de Bill ( Tom Cruise ) observando dormir a su mujer Alice ( Nicole Kidman ), y a esa máscara que ella tiene a su lado. En este punto, Perdida, con esa frase inicial de Nick mediante la cual se pregunta qué está pensando su esposa, se conecta fuertemente con la película de Kubrick. Con paseos errantes por Nueva York, una orgía desconcertante, y un final que echa por tierra cualquier noción que uno pueda tener de los protagonistas, Ojos bien cerradoses un gran experiencia narcótica, un film donde el componente onírico no sólo no se atenúa sino que se refuerza para ejemplificar cómo el matrimonio nos puede sumergir en la irrealidad más profunda. Dato: a la película de Kubrick normalmente se le echa parte de la culpa de la disolución del matrimonio entre Cruise y Kidman, sobre todo debido a la intensa filmación que debieron atravesar.
*2. THE ONE I LOVE (2014, Charlie McDowell)
En una escena de la ópera prima de Charlie McDowell - hijo de Malcom, protagonista de La naranja mecánica - Ethan (Mark Duplass, ícono del cine mumblecore) le asegura a su mujer Sophie (la gran Elisabeth Moss, más conocida como Peggy de Mad Men ) que quiere arreglar su matrimonio mediante actos simples y no en una dinámica similar a la de ¿Quién le teme a Virginia Woolf? Esa frase es uno de los tantos guiños de la película a varios exponentes con los que dialoga constantemente. El film se centra en esa pareja que, por consejo de su terapeuta, es enviada a una suerte de retiro con la promesa de que volverán renovados. Ahondar más en la trama sería arruinarles la experiencia, porque el film de McDowell concentra en una hora y media un sinfín de vueltas de tuerca que sucumben en un desenlace que, al igual que el de Ojos bien cerrados, pone de relieve lo poco que uno a veces mira al objeto de su afecto y lo poco que se lo conoce. The One I Love es, sin dudas, una de las mejores películas independientes del año.
*3. LA GUERRA DE LOS ROSES (1989, Danny DeVito)
Si se pensaba que el final de Perdida era traumático, hay que volver a los 80 para darle otra mirada a la gran adaptación que hizo Danny DeVito de la novela de Warren Adler La guerra de los Roses. Ahí nos encontramos no solo con una conclusión que enfatiza en el grado de dependencia - en este caso, con un trasfondo monetario ineludible producto de una batalla de divorcio - que tienen Oliver ( Michael Douglas ) y Barbara (Kathleen Turner) sino también con otra gran viñeta que interpela conceptos como "compromiso", "seguridad", "conformismo" y tantos otros. DeVito es un virtuoso de la comedia negra y poco le importa cerrar sus historias con un moñito para dejar tranquilo al espectador. En este sentido, La guerra de los Roses es una de sus obras más logradas, con sus protagonistas quebrándose mutuamente y con las actuaciones de Douglas y Turner que son una verdadera lección de humor físico. Perlita: la secuencia de créditos a cargo del siempre brillante Saul Bass.
*4. SOLO UN SUEÑO (2008, Sam Mendes)
La traducción al castellano de la película de Sam Mendes bien podría ser considerada un spoiler. A fin de cuentas, nos está diciendo que cualquier clase de proyecto que tienen los protagonistas del film, Frank ( Leonardo DiCaprio ) y April ( Kate Winslet ), será no más que eso: un proyecto, una utopía, algo siempre por fuera de su alcance. Mendes, quien curiosamente se separaría de su entonces esposa Winslet dos años después, apostó a un film más teatral, con ciertas reminiscencias a otra de sus películas, Belleza americana. El resultado es absolutamente desparejo, con algunos momentos inspirados cortesía de Michael Shannon en un personaje que vendría a operar como la voz de la conciencia del espectador, y con la siempre extraordinaria fotografía de Roger Deakins. A pesar de esto, el melodrama - basado en la novela de Richard Yates - tiene unas secuencias de discusión brutales e incómodas, donde DiCaprio y Winslet van a los extremos con sus interpretaciones, hasta llegar a una conclusión que es el súmmum del golpe a la idealización.
*5. WHITE BIRD IN A BLIZZARD (2014, Gregg Araki)
Si bien a simple vista la película de Gregg Araki parece ser poco más que un thriller con algunos componentes de historias coming of age (la madre de una chica desaparece, ella crece a los golpes en el proceso), hay que rascar la superficie para encontrarse con su retrato sobre el matrimonio y los secretos que se resguardan. En este caso, el personaje de la brillante Eva Green, una mujer que se casó perdiendo su identidad en el camino, es por demás desgarrador. Araki no sólo se concentra en la hija que quedó desprotegida (interpretada con bienvenido desprejuicio por Shailene Woodley ) sino en el modo en el que sus padres construyeron una fachada que culminó con una inesperada e irreversible situación trágica. Como ya había sucedido con Mysterious Skin, al realizador le gusta incomodar con la influencia de David Lynch como apoyatura para enfocar bien de cerca la monstruosidad latente en cada individuo. Plus: el gran soundtrack ochentoso con perlas de The Cure y Depeche Mode.
Participación. ¿Qué otras películas sobre el matrimonio sumarían a la lista?
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