Tomo comenzó con Hedy Crilla
En el terreno de la enseñanza teatral, Augusto Fernandes, Rubén Szuchmacher, Ricardo Bartis, Carlos Gandolfo, Agustín Alezzo, Laura Yusem, Alejandra Boero, Julio Chávez, David Amitín, Raúl Serrano,Carlos Bidonde, Lorenzo Quinteros, Norman Briski, Carlos Moreno o Julio Baccaro son números puestos.
Por los talleres de Chávez también pasaron buena parte de las modelos con ambiciones de conocer los íntimos mecanismos de la actuación. En los cursos de Szuchmacher, Bartis, Pompeyo Audivert, Daniel Veronese o Cristina Banegas estudian la mayoría de los actores más jóvenes que constituyen las propuestas más transgresoras. En este panorama, Boero, Alezzo y Fernandes adquirieron la fama de clásicos. Figuran en cualquier currículum.
El caso de Alezzo y Fernandes tiene sus particularidades. Ellos, a la vez, fueron discípulos de Hedy Crilla en tiempos de La Máscara. Allí estudiaron Beatriz Bonnet, Lito Cruz, Carlos Bidonde, Carlos Moreno, Carlos Gandolfo, Julio Ordano, Felisa Yeni, Federico Luppi, Laura Hidalgo, Haydée Padilla y Elsa Berenguer, entre tantos otros actores. "Con el pretexto de que soy una fantástica maestra no me dejan dirigir ni actuar", se quejó alguna vez Crilla. Es más, sus talleres siempre fueron señal de prestigio. Será por eso que varios artistas declararon haber estudiado con ella cuando, en realidad, sólo pasaron por sus talleres algunas pocas clases. Algo similar a lo que debe ocurrir con Alezzo o Fernandes. Crilla fue la incursora del método de Stanislavsky en estas tierras y su papel como docente fue fundamental para varias generaciones de teatristas.
En el seminario de Fernandes, Lito Cruz y Alberto Segado también continúan con la tradición de compartir sus propios aprendizajes Así la rueda sigue girando y saber quién es el maestro y quién su discípulo se convierten en distintos momentos de un mismo proceso.