Todas las mujeres de Marcela Serrano
En el mundo literario hispanoamericano, la chilena Marcela Serrano es una de las escritoras que mejor sabe abordar la temática femenina. En la Argentina su primera novela, "Nosotras que nos queremos tanto" (escrita en 1991) tuvo una exitosa versión teatral. Del resto de su producción, integrada por "Para que no me olvides", "El albergue de las mujeres tristes", "Nuestra señora de la soledad" y su reciente "Un mundo raro (dos relatos mexicanos)", la única obra que fue llevada al cine es "Antigua vida mía".
"Cuando hablamos sobre la adaptación cinematográfica (a cargo de Angeles González Sinde y Alberto Macías), Marcela Serrano sólo pidió que la película se rodara en Antigua, Guatemala", recuerda Héctor Olivera.
Por su parte, la escritora radicada en México -donde su marido es embajador de Chile ante el gobierno de ese país-, le comentó a La Nación : "Conocía el muy buen trabajo que había hecho Héctor Olivera con la literatura de Osvaldo Soriano", un autor que ama. "Este dato me resultó muy importante para sentir la tranquilidad de dejar todo en sus manos -dijo-. Un director de cine que se ha interiorizado con el lenguaje de la novela ya tiene un enorme camino andado (desde el punto de vista, claro está, de los novelistas). En todo caso, cuando recibí su propuesta, consulté con amigos argentinos sobre ella y todos estuvieron de acuerdo."
Marcela Serrano señaló que Olivera la invitó a hacer el guión del film. Pero ella prefirió dar un paso al costado. "Nunca escribí un guión y me pareció que aceptarlo sería una forma de improvisación -explicó-. Además, en ese momento estaba concentradísima escribiendo alguna novela y no tenía tiempo interno para otra aventura creativa. Al no escribir yo misma el guión, debí abrirme a que lo hiciera otra persona, con los riesgos del caso para los efectos de fidelidad. Pero es entonces cuando una hace un acto de fe en el director a quien le has entregado la novela y la dejas ir".
"Como autora, debo aprender a separarme de una novela cada vez que publico -agregó Serrano-. Los libros tienen su propia vida cuando salen de mis manos y es inútil intentar sujetarlos. Eso sucede con las adaptaciones, sean al cine o al teatro."
Precisamente por ese "acto de fe" que mencionó varias veces durante la charla telefónica, Marcela Serrano tampoco leyó el guión de González Sinde y Macías, adaptadores de cuya calidad le había hablado el director de "Antigua vida mía".
Después de señalar que una adaptación cinematográfica "no puede ser fiel" a la obra literaria "porque se trata de un lenguaje diferente", Marcela Serrano agregó que "las propiedades del cine obligan a reelaborar la historia y la atmósfera". En la literatura, señaló, "son las palabras las protagonistas, mientras que en el cine es la imagen". Y por ello, "la trama debe tener un enfoque distinto".
Serrano confesó que "ver emergiendo vivos de una pantalla a esos personajes que creé hace años es una sensación extraña". Y dejó entrever que está dispuesta a que su relación con el cine siga adelante. Según confió, hay proyectos para llevar al celuloide otras creaciones suyas. Sin embargo, "hasta que no sean algo concreto" prefiere no avanzar en más detalles.