Titanes: en su segunda temporada, los jóvenes superhéroes de DC redoblan la apuesta
Una casa en medio de la nada. Dick Grayson, que acaba de abandonar su identidad de Robin, está a punto de ser poseído por Trigon, un demonio interdimensional que quiere esclavizar al mundo. Sin poder evitarlo, el resto de los superhéroes contempla cómo se desmorona la esperanza. Ahí, justo donde terminaba la primera temporada de Titanes, comienza la segunda, disponible en Netflix desde el sábado. Y si salvar al universo resulta un mero trámite para el equipo de DC Comics, ocupar el sitial de honor que merece en el Olimpo de los paladines enmascarados le costará un alto precio en vidas. Siempre y cuando, antes, logre sellar las paces con el pasado y expiar el pecado fundacional que mantiene en las sombras.
"No estoy espoileando nada si digo que la encarnación original de los Titanes fue el primer intento de Robin por establecerse como líder. La respuesta a su necesidad de escapar de la sombra de su mentor, de construirse una identidad independiente de la de Batman", asegura Greg Walker, productor ejecutivo de la serie. Una instancia clave para entender la tensión interna que estructura la peripecia de Dick Grayson (interpretado por Brenton Thwaites), que en esta temporada le pondrá los puntos sobre las íes al mismísimo Bruce Wayne (a cargo de Iain Glen, el Jorah Mormont de Game of Thrones) antes de optar entre el deseo de impartir justicia y la pulsión por ejercer venganza. "A Dick le llegó el momento de definir el tipo de liderazgo que quiere asumir –revela Thwaites–. Estar al mando de Titanes jóvenes, inexpertos y temperamentales, le hace ver que con las buenas intenciones no alcanza. Debe liderar desde el ejemplo; y sabe qué es lo que tiene que hacer". Asumir el manto de Nightwing, obvio; y dejar definitivamente atrás su imagen de Chico Maravilla.
El contrato de Judas
Si la primera temporada estuvo dedicada a contar la conformación del grupo, la segunda va a meterse de lleno con la naturaleza del lazo que lo mantiene unido: ¿confianza o traición? Junto con la émpata Raven (Teagan Croft), la guerrera alienígena Starfire (Anna Diop), el joven metamorfo Beast Boy (Ryan Potter), el violento Halcón (Alan Ritchson), la reflexiva Paloma (Minka Kelly) y el turbulento nuevo Robin (Jason Todd, interpretado por Curran Walters), Dick Grayson reabrirá las puertas de la abandonada Titans Tower en San Francisco, permitiendo la esplendorosa irrupción de Wonder Girl (Conor Leslie) y Aqualad (Drew Van Acker), empoderados hasta dejar de ser los respectivos apoyos de Mujer Maravilla y Aquaman.
Pero no todo será fiesta y alegría. La puesta a punto de la vetusta guarida secreta terminará por escupir la culpa engangrenada que los Titanes sangran desde su concepción. Para Thwaites, "Dick se siente responsable por lo que pasó, pero confía en que todos puedan salir fortalecidos de ese error". Un error que lleva el nombre y la máscara de Deathstroke (Esai Morales), el impiadoso asesino biológicamente modificado que ya apareció en la serie Arrow y en la escena poscréditos de Liga de la Justicia.
Adaptando la premisa argumental de El contrato de Judas, uno de los cómics más importantes de la historia de DC Comics, Titanes resolverá el dramático enfrentamiento entre Dick Grayson y Deathstroke, echando luz sobre la verdadera relación que los une (y separa) con Jericho (Chella Man, reconocido youtuber y activista LGBTIQ+) y Ravager (Chelsea Zhang), flamantes incorporaciones al superequipo.
El reino de la metaficción
Para los fanáticos que ya no se conforman con una simple ficción superheroica, esta segunda temporada de Titanes les servirá en bandeja una serie de links metaficcionales que los tendrán, literalmente, caminando por las paredes. Además de la figura de Deathstroke, que abre vasos comunicantes con los actuales universos audiovisuales de DC, las referencias llegan hasta Smallville (2001-2011), serie televisiva dedicada a contar los años de formación de Clark Kent antes de ponerse la capa. Por el lado de los cómics clásicos, menciona la isla de Corto Maltés (homenaje al personaje de Hugo Pratt que Frank Miller tributó en la novela gráfica The Dark Knight Returns y Tim Burton incorporó en su primer Batman) y entabla riesgosos juegos dramáticos con dos de las sagas más controversiales de DC: el asesinato del segundo Robin (Jason Todd) y la muerte y resurrección de Superman.
De esta última, Titanes toma a Superboy (Joshua Orpin), clon de Superman al que se le ha incorporado información genética de Lex Luthor, archienemigo del Hombre de Acero. Tras escapar de los laboratorios Cadmus junto con el superperro Krypto (historia contada en la escena poscréditos del último episodio de la primera temporada), el joven Conner Kent tomará contacto con los Titanes mientras intenta dominar los rasgos morales y las habilidades físicas de las dos personalidades que conviven en él.
Como en la temporada anterior, entre los encontronazos metahumanos y las ramificaciones extraterrestres de la eterna batalla entre el Bien y el Mal, Titanes se tomará su tiempo para abordar cuestiones de candente actualidad, como la situación crítica de los migrantes, la criminalización de las manifestaciones adolescentes, el consumo de sustancias y los límites éticos de la experimentación científica. Un cóctel de antifaces y conciencia social que ya confirmó la realización de una tercera temporada, a estrenarse a fin de año en los EE.UU.
La estrella del streaming
En la Argentina y el resto de América Latina, Titanes se puede ver por Netflix. Pero en los EE.UU., la serie forma parte de DC Universe, servicio de streaming que DC lanzó en septiembre de 2018 con producciones originales, el catálogo audiovisual histórico de la editorial y una nutrida selección de cómics y novelas gráficas en inglés. Hasta la fecha, la plataforma lleva estrenadas las dos temporadas de Titanes y la primera de su desprendimiento Doom Patrol; la única de Swamp Thing, cancelada de manera anticipada por "irreconciliables diferencias creativas" con Warner Media, empresa propietaria tanto de DC y DC Universe como del inminente servicio de streaming HBO Max (la serie, en nuestro país, se verá a partir del viernes 17 por HBO); y los dibujos animados Young Justice - Outsiders y Harley Quinn.
Para este 2020, la nueva gran apuesta de la plataforma se llama Stargirl, a emitirse de manera conjunta con The CW, la cadena estadounidense de TV que tiene en su grilla a las series del Arrowverse (Arrow, The Flash, Supergirl, DC’s Legends of Tomorrow y Batwoman, todas ellas ya renovadas hasta 2021, que también se emiten en Netflix además de en Warner). Protagonizado por Brec Bassinger, el show sigue a la adolescente Courtney Whitmore, estudiante de secundaria que descubre el poderoso Cetro Cósmico que guarda su padrastro Pat Dugan (Luke Wilson), que supo ser Stripesy, héroe de apoyo de la mítica (y desbandada) Sociedad de la Justicia.
Antes de transformarse en la inspiración para una nueva generación de superhéroes, Stargirl deberá aprender los gajes del oficio con cuatro profesores de lujo: Hourman (Lou Ferrigno Jr.), Starman (Joel McHale), Wildcat (Brian Stapf) y el Doctor Midnight (Henry Thomas). Claro que, en el camino, tendrá que lidiar con los maléficos planes de la Sociedad de la Injusticia, liderada por Tigresa (Joy Osmanski), el Amo de los Deportes (Neil Hopkins) y Dragon King (Nelson Lee), entre otros criminales.
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