Tilda Swinton, la actriz menos convencional de Hollywood
Inauguró la muestra dedicada a David Bowie y duerme en el MoMA para su performance The Maybe mientras filma cuatro películas
Como suele ocurrir cada año, Tilda Swinton es noticia por ser la menos hollywoodense de todas las actrices merecedoras de esa descripción. Valga como ejemplo la semana última, que comenzó con la intérprete encargada de inaugurar la esperada muestra David Bowie Is, en el Museo Victoria & Albert de Londres, y terminó con la protagonista de Tenemos que hablar de Kevin durmiendo plácidamente en una caja de cristal en el lobby del Museo de Arte Moderno de Nueva York. La Bruja Blanca del film infantil El león, la bruja y el ropero descansaba bajo el rótulo The Maybe (1995/2013): Artista vivo, vidrio, acero, colchón, almohada, sábanas, agua y anteojos. Y, sí, la ganadora del Oscar (a la mejor actriz de reparto, por Michael Clayton ) y la performer son una y la misma.
La capacidad camaleónica de Swinton (nacida en Escocia, en 1960) ha tenido suficientes hitos como para formar parte de su biografía oficial: sus actuaciones en Eduardo II , de Derek Jarman (1991), y Orlando , de Sally Potter (1992), cimentaron su prestigio, además de ganarle más de una anécdota: "El otro día pasé por el puesto de seguridad en el aeropuerto y me revisó un hombre. La mayor parte de las veces me dicen: «Señor». Creo que tiene que ver con ser tan alta y no usar nada de maquillaje. La gente no se imagina que una pueda ser una mujer viéndose así", explicó a la prensa norteamericana, fascinada con su estilo de vida poco convencional y su familia patricia (por no mencionar el hecho de que fue compañera de colegio de Lady Di).
Fanática número uno
Por estos días, su capacidad para habitar otros sexos le legó el honor de hacer las veces de David Bowie en la apertura de la megamuestra dedicada al músico -ya había protagonizado el clip de su flamante "The Stars (Are Out Tonight)"-. Allí, Swinton se reconoció como su fan número uno y confesó la deuda que mantiene con su carrera. "Eras -sos- uno de nosotros. Fuiste el confiable mortal que perduró entre todas las formas inmortales de las que te despojaste. Nada es más seguro que los cambios", explicó.
Desde hace una década, Swinton se mueve fluidamente entre el cine arte y las superproducciones hollywoodenses, que la requieren para papeles que, francamente, nadie más puede interpretar. Por lo pronto, entre las apariciones espontáneas de su performance (ni las autoridades del MoMA saben cuándo se presentará en el museo para llevarla a cabo), las cuatro películas que la actriz prepara para este año dan cuenta de su gran momento: The Great Budapest Hotel , a las órdenes de Wes Anderson (ya había participado de Un reino bajo la luna ); Snowpiercer , desembarco en Hollywood del surcoreano Bong Jon-hoo ( The Host ); la comedia de ciencia ficción The Zero Theorem , de Terry Gilliam, y, finalmente, Only Lovers Left Alive , un romance vampírico y existencialista de Jim Jarmusch.
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