Tiempo de comprender
El viernes se estrena Madres e hijos, en la que Selva Alemán, junto con Sergio Surraco y Nicolás Francella, encarna a una madre que no acepta a su hijo gay
Una nueva obra del norteamericano Terence McNally llega a Buenos Aires. Se trata de Madres e hijos, un texto que podría generar ciertas polémicas. Ha sido un éxito en Broadway y expone con cierta crudeza la realidad de una madre que no acepta a un hijo homosexual. El drama es intenso. Ella, a su vez, decide encontrarse con la ex pareja del muchacho (que murió a causa del sida) y su sorpresa será mucha cuando descubra que él ha formado una familia con otro hombre y ambos tienen un hijo.
McNally vuelve a rescatar el tema de la homosexualidad como lo hizo en la década del 90 en ¡Amor, valor, compasión!, obra que, en la calle Corrientes, dirigió Alberto Ure. Entonces el tema tenía algo de provocación, en el marco de una sociedad en la que no existía la ley del matrimonio igualitario. Madres e hijos quizá resulte hoy una experiencia más cercana a muchos, y ciertos aspectos de las relaciones que se plantean en la pieza pueden ya ser conocidos o vividos en carne propia.
El trabajo, que se estrena el viernes en el Multiteatro, está protagonizado por Selva Alemán, Sergio Surraco y Nicolás Francella. Los acompañan los niños Guido Kañevsky, Juan Ignacio Martínez y Manuel Cumelén Marcer, con dirección de Luciano Suardi.
El año pasado los productores Lino Patalano y Elio Marchi le ofrecieron la pieza a Selva Alemán, quien la leyó y quedó fascinada. Lamentablemente no pudo llevarse a escena, pero quedó muy interesada en montarla y lo logró con la producción de Gustavo Yankelevich.
Después de dos años sin hacer teatro (su último trabajo fue El precio, de Arthur Miller) volver al escenario y con este texto es para la intérprete un desafío muy importante. "Esto es una luz en un largo camino que a mi siempre me interesó transitar -explica-. En el teatro necesito hacer cosas que le sirvan a la gente. No se si soy demasiado omnipotente. Siempre sentí que tenía que subir al escenario para ser espejo de algo o para abrir la cabeza de las personas y hacer que salgan pensando. El teatro es un vehículo perfecto para eso."
Con esta premisa encara hoy a esta madre de características muy difíciles. "No es una madre querible -aclara-. Sé que estoy lejos de ella físicamente y esto me obligó a realizar un trabajo muy profundo para poder entender sus dificultades a la hora de aceptar al otro. Finalmente quiero a este personaje, más allá de sus contradicciones, sus limitaciones espantosas o las cosas horribles que dice; la quiero porque a través de ella puedo movilizar la atención de mucha gente".
Esa mujer padece una profunda soledad, vive además en una localidad alejada. Han muerto su hijo y su marido y extrañamente sale a buscar una verdad que le permita observar la vida desde otro lugar. "Los humanos estamos llenos de prejuicios -explica Selva Alemán- y esta pieza deja en claro que ese camino no conduce a nada. Uno tiene que abrirse, aceptar al otro, aceptar la diferencia, entender. Y esto es lo que más me atrae de este proyecto. Me parece que cuando termina la pieza, el personaje reconoce que ha vivido equivocado. De lo que se trata es de ayudar a que se comprenda un poco más un mundo que se rechaza por miedo, tal vez".
Sergio Surraco y Nicolás Francella, en escena, conforman una pareja y tienen un niño de seis años. Sus vidas se verán trastocadas por la invasión de esa madre casi violenta, pero la fortaleza de esa unión matrimonial hará que un mundo lleno de preguntas encuentre seguras respuestas.
"Apenas leí el texto me pareció hermoso -cuenta Surraco-. A la hora de hacerlo es dificilísimo. Los personajes pasan por todos los estados. No hay transiciones. Es una obra de conflictos y por eso los actores, emocionalmente, tenemos que tocar la tecla justa. El tema, además, es muy actual. Y no sólo pueden suceder muchas de estas cosas dentro de una pareja gay sino también de una heterosexual. La cuestión es cómo se resuelven los conflictos más allá de una elección sexual. Lo que pasa entre los personajes es realmente precioso."
El actor, recientemente ganador del premio Florencio Sánchez, destaca algo que resulta atractivo analizar en el campo de las producciones del teatro comercial. "Es un desafío hacer esta obra en la calle Corrientes, donde suele haber otro tipo de propuestas más ligadas al humor o el entretenimiento. Cuando leí la obra me conmoví y debemos apuntar a eso, a conmover a un público para que se vaya de la sala pensando."
Si para Selva Alemán y Sergio Surraco ingresar en este texto es un desafío, mucho más lo es para Nicolás Francella, quien debuta en teatro con esta pieza. Después de trabajar en producción y comenzar a desarrollar lentamente una carrera de actor en cine y televisión, le llegó el momento de probarse sobre un escenario.
"Buscaba hacer teatro -confiesa-. Probé el cine, después la tele. Muchas veces me pregunté dónde quería hacer foco. Estaba en eso y apareció esta obra. Es difícil encontrar un lindo texto, estar conforme con el personaje y la historia. Este material cumple las condiciones para dar mi primer paso en escena. Siempre estoy buscando, soy un chico que se mueve mucho y no espera que lo llamen."
Desde su mirada Madres e hijos es una obra con una bajada de línea importante respecto a las cuestiones de género. "Mi personaje es muy diferente a Nicolás -aclara-. Tengo que tratar de hacerle ver a esta señora que integro una familia muy fuerte, que vive en paz. La obra usa mucho la ironía para a dar a entender que nosotros somos parte de un mundo que nadie podrá destruir."
Aunque provenientes de generaciones muy diferentes, los tres intérpretes demuestran una fuerte solidez a la hora de hacerse cargo de un proyecto que los mostrará en un rol muy distinto al que han venido transitando en sus últimas actuaciones, ya sea en teatro o en televisión.
La temática gay en el teatro comercial
Uno de los temas que asoma en la entrevista es la poca producción teatral que aborda problemáticas de género. "No se profundiza en la esencia. El rechazo de la sociedad sigue siendo fuerte. Por suerte la ley del matrimonio igualitario ayuda, pero ciertas cabezas no ayudan todavía", afirma Selva Alemán."Creo que hay mucho por explorar. Estos temas están empezando a ser comunes, pero no se divulgan demasiado por el teatro, el cine o la televisión. Por suerte hoy las sociedades se permiten discutirlos, aceptarlos -analiza Sergio Surraco-. Materiales como éste ponen estas cuestiones a flor de piel. No hay forma de escapar. Seguramente al público algo le va a pasar. Uno no puede hacerse el tonto".Por su parte, Francella afirma que su generación "está más curtida en estos temas. Es difícil ver rechazo. Y me parece muy bien que cada vez sea mayor el porcentaje de gente que acepte al otro y permita que cada uno haga la vida que quiere hacer. Muchos llevan el tema hacia la polémica y me parece que no debe ser así."
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