La nueva dama del hip-hop
Rico Nasty no duerme por días buscando que su próximo disco sea el nuevo ‘Yeezus’
En la cuarentena, Rico Nasty empezó un nuevo juego: ver cuánto podía quedarse despierta. A fines de mayo, su récord eran seis días. "Al tercero, en general, te ponés de muy mal humor", dice la rapera de 23 años. "Cuando tu mente llega a tal nivel de agotamiento, alcanzás tu pico creativo. Ahí no tenés límites y tu mente no te pide que pares".
Durante su corta carrera, encontrar nuevos límites creativos para luego desmantelarlos se volvió habitual. Rico disfruta saltar de género en género: sus primeras canciones son insolentes, coloridas y pegajosas, y tras su primer éxito en 2016, "Hey Arnold", dejó a un costado las bases melódicas y el estilo cancionero.
Sus proyectos siguientes se inclinaron por un brutalismo arrasador entre el punk y el hip-hop. Empezó a sonar alegremente enojada, y a jugar con sonidos con los que no se suelen meter muchos raperos. En 2018, conoció a Kenny Beats, un ex músico de electrónica que hoy es uno de los productores de rap más buscados. Kenny logró crear bases agresivas, montadas sobre guitarras, como la de "Smack a Bitch", su track más popular, con más de 43 millones de escuchas en Spotify.
En 2019, Rico lanzó su mejor trabajo: Anger Management. Rico lo describe en pocas palabras: "Yo hago música para perras tristes y solitarias, a las que les gusta romper todo y lidiar con sus problemas emocionales". Este año sale su disco debut, Nightmare Vacation. Ahora experimenta más con sonidos electrónicos, trabajando con artistas como Boys Noize y 100 gecs, y dice que quiere que el álbum suene como Yeezus de Kanye West. Pero ¿cuál es la verdadera razón para todas esas noches en vela? Quiere que este sea su proyecto más personal. "Nunca antes compartí algo tan íntimo", dice. Brendan Klinkenberg
El revival de la música disco
Estrellas como Dua Lipa refrescan su sonido mirándose en la bola de espejos del pasado
La cantautora Emily Warren iba seguido a una fiesta semanal dedicada a la música disco en un bar de Jackson Hole, Wyoming y, a principios de 2019, invitó a sus colegas Ian Kirkpatrick y Caroline Ailin. Al otro día, cuenta Warren, se despertaron y dijeron: "Tenemos que hacer un tema de música disco. Es la más divertida para bailar". El trío entonces se lanzó a hacer lo que sería "Don’t Start Now", el principal single del disco de Dua Lipa, Future Nostalgia. Los tres cantautores habían sido responsables del primer gran hit de Lipa, "New Rules" y, como suele pasar en el pop, lo difícil después de un éxito es encontrar otra cosa que también despegue. La propia Lipa estaba en una fase de Madonna de los 80, así que ya se encontraba con una actitud nostálgica que luego impregnaría todo Future Nostalgia. "Me alegra que nos hayamos tomado un tiempo para ver dónde encajaban la cosa disco y las líneas de bajo onda house europeo", dice Kirkpatrick, que, también, hizo todo para que el tema no sonara muy anacrónico. "Estaba asustado. Nunca sabés lo que la va a pegar y lo que no".
"Don’t Start Now" al final la pegó: alcanzó el puesto Número 3 en el ranking de Las 100 Mejores Canciones de Rolling Stone y los guiños a los 70 fueron por lo que la canción llamó la atención de los oyentes. El éxito de Lipa fue parte de una ola mayor de hits con tintes de música disco. "Say So", de Doja Cat, toma los mismos elementos del funk y la música disco, mientras que "Blinding Lights", de The Weeknd, es parte del mismo territorio de dance-pop entre los 70 y los 80 del disco de Lipa. En los últimos 20 años emergieron pequeños revivals, sobre todo por artistas como Madonna y Daft Punk. Rod Thomas, el DJ, artista y estudioso de la música disco, conocido como Bright Light Bright Light, subraya la capacidad que tuvo "Don’t Start Now", de Lipa, para "podar el sonido del catálogo de la disco", pero no quiere apresurarse a hablar de un revival completo. "El sonido de la música disco es uno de esos sonidos que siempre está flotando y se vuelve a poner de moda". Warren se vio atraída por el carácter vibrante y elegante del género, que le ofreció un consuelo durante la cuarentena. "Leí un artículo sobre cómo la gente está escuchando música nostálgica, apoyándose en lo que la alivia", dice. "Eso puede solidificar el futuro de la música disco". Brittany Spanos
El último hito del flamenco pop
Álvaro Lafuente grabó con el mic de la Play y es la nueva estrella del indie-folk español
Guitarricadelafuente es el nombre del momento en la escena indie-folk española. Con influencias flamencas, a Álvaro Lafuente, el joven de 22 años detrás de este proyecto, le llevó apenas doce meses hacerse conocer desde que subió sus primeras canciones a las redes sociales, versiones de clásicos populares como "La llorona", "Di mi nombre", de Rosalía, y hasta "Alfonsina y el mar", de Ariel Ramírez y Félix Luna, inmortalizada por Mercedes Sosa. Así fue que el año pasado lo descubrió Natalia Lacunza, finalista del Operación Triunfo español en 2018, y lo invitó a grabar el single "Nana triste", que en apenas semanas superó los cuatro millones de reproducciones en YouTube. Validando su certificado de artista de la nueva generación, sus primeros temas los grabó con el mic de la Play Station y aprendió a tocar rumbas con tutoriales en YouTube. "Me gusta el flamenco, pero también el tango y la música de raíz latinoamericana. Creo que hay muchos puntos de contacto en esas músicas regionales, no solo por el idioma, sino por la manera de cantarlas", le dice Álvaro a Rolling Stone desde Madrid, donde acaba de volver a los escenarios luego de suspender una gira por la pandemia. "Ver al público sentado y con mascarillas y con la sala medio vacía, ya que el protocolo ahora permite solo que esté a la mitad o al tercio, fue bastante raro, pero al mismo tiempo noto que la gente está aprendiendio también a ver los conciertos de otra manera. Todos nos vamos a tener que acostumbrar". Sebastián Ramos
El nuevo talento del fútbol argentino
Con menos de 16 años, Luka Romero debutó en el fútbol español
Con tan solo 15 años y 219 días, Luka Romero ya tiene su propio récord: es el jugador más joven en debutar en la Liga Española de fútbol. Hijo de argentinos, nació en México y se crio en España. De allí la triple nacionalidad de la nueva figura futbolística, que hizo que los seleccionadores argentinos se apuraran para convocarlo, en noviembre del año pasado, para participar del Sub 15 nacional que finalmente fue subcampeón en el Sudamericano disputado en Paraguay. Juega en Mallorca desde los 11 años y, cosas del destino, debutó con la camiseta número 41 el 24 de junio (día en que nació un tal Lionel Messi), nada más y nada menos que contra el Real Madrid y en el estadio que lleva el nombre de otro histórico futbolista argentino/español: Alfredo Di Stéfano. "La joyita" apenas jugó ocho minutos en Primera División, pero el mundo futbolístico ya tiene puesta la mirada sobre él. S.R.
Un diamante en bruto
Cómo Julia Fox, una muchacha fiestera y ex dominatrix, se metió en ‘Uncut Gems’ y en Hollywood
"Mi lema siempre fue: ‘Tené cuidado con lo que deseás’", dice Julia Fox. Está viajando en un auto deportivo Infinity camino al Randazzo’s Clam Bar, en Brooklyn. En este momento, lo que desea es una docena de ostras. Es una idea audaz en medio de la pandemia, pero probablemente Fox la haga funcionar. "Siempre me las rebusqué para lograr lo que quise".
Un ejemplo es Uncut Gems, la adrenalínica película de Josh y Benny Safdie, en la que verdaderos buscavidas del negocio de los diamantes actúan de sí mismos, y Fox hace de la atrevida novia de Adam Sandler, que resulta ser la estafadora más grande de todos. El personaje terminó basándose en ella, luego de que conociera de casualidad a los Safdie, los siguiera en las redes sociales, empezaran un diálogo, y finalmente recibiera el llamado de Josh. "Me dijo que estaba haciendo una película y quería que yo hiciera de la novia", recuerda. Pero el papel no era necesariamente suyo, sobre todo cuando los productores Martin Scorsese y Scott Rudin se involucraron en el proyecto, y consideraron que era mejor que el rol fuera para una actriz de renombre. O, al menos, para una actriz, cosa que Fox no era.
"[Josh] me llamaba cada un par de meses y me pedía consejos sobre el personaje", dice. "Por supuesto, yo la modelé para que fuera como yo quería, que coincidía con lo que quería Josh". Un papel que podría haber sido una mera golosina para los ojos se transformó en un personaje poderoso, volátil e icónico. El nombre original era Sadie; al final, ya era Julia. "Yo sabía que quería entrar en la industria del cine", dice Fox. "Y yo no soy de esperar que me sirvan las cosas en bandeja".
Hija de madre italiana y padre estadounidense, Fox se pasó los primeros seis años de su vida con su abuela Sirona, en un pueblo "tranquilo y aislado" en las afueras de Milán, mientras su mamá terminaba la universidad y su papá vivía en un barco en Nueva York. Cuando finalmente el padre consiguió un trabajo en la construcción y un departamento, Fox, que se estaba volviendo "difícil de manejar", se mudó con él.
"Lo primero que él hizo fue llevarme a la esquina de donde vivíamos, señalarme los carteles de las calles, y decirme: ‘Vivís acá’", dice. "‘Cualquier cosa que pase, acordate de volver acá’. Yo dije: ‘OK’. Y entonces me lanzó al mundo".
Así comenzó una juventud bastante descarriada en la Yorkville de la época de Kids. "Todavía era un barrio de clase trabajadora", explica Fox acerca de su barrio, entre los edificios de viviendas públicas y la zona más rica del Upper East Side de Manhattan. Después de vivir con un novio que vendía drogas a los 15, Fox se mudó con una amiga al Downtown, pensando qué dirección debía tomar su vida. También necesitaba plata. "En esta época, Craigslist tenía una sección de ‘trabajos para adultos’", me cuenta. "Entre avisos de prostitución, vi uno que decía SIN DESNUDOS, SIN SEXO. Me llamó la atención". El aviso buscaba a una dominatrix, un trabajo que Fox tuvo durante la secundaria y que dice que le enseñó a actuar. "Excepto que no hay guion", dice. "Imaginate tener que hacer eso varias veces por día con diferentes disfraces – monja, maestra, enfermera, mamá–, todo según los ‘deseos’ del cliente". La plata era buena, al igual que la camaradería entre las trabajadoras. "Entré siendo una adolescente angustiada y salí siendo una mujer con mucha confianza".
Y como esta chica fiestera de Nueva York siempre consigue lo que quiere, y el vínculo con Sandler en una prueba había demostrado ser tan electrizante y Julia Fox era muy buena para fingir ser alguien muy parecida a Julia Fox, los productores compraron su carisma. No era exactamente consciente de en qué se había metido hasta que apareció el primer día en el set de filmación. "Yo tenía la impresión de que sería una producción indie modesta, así que cuando vi a 200 personas, y todo ese equipamiento, pensé: ‘Mierda. Esto es Hollywood’".
Fox no vio los primeros cortes de la película en el estudio; la primera vez que vio Uncut Gems fue en el estreno en Colorado, en el Telluride Film Festival. En esos 135 minutos cambió su vida. "Entré al teatro siendo totalmente desconocida", dice. "Y cuando la película terminó, la gente me miraba, y de repente fue como: ‘Bueno, se enteraron de la noticia’". Desde entonces, tiene un agente de Hollywood, empezó a tomar clases de actuación, empezó a planear una mudanza a Los Ángeles. El guion que había empezado a escribir cuando pensó que Uncut Gems se le escapaba (acerca del tráfico de adolescentes en Reno, Nevada) es ahora un cortometraje llamado Fantasy Girls, que fue enviado a festivales. "Tengo mucho más para ofrecer que mi apariencia física", me dice Fox. Uncut Gems le garantizó una nueva plataforma, pero para ella es un trabajo más. "No soy ilusa. Para mí, esto es solo un peldaño en la escalera".
¿Y las ostras? ¿Consiguió lo que quería con ellas? "¡Estaban jodidamente buenas! ¡Exactamente lo que quería!". Alex Morris
Las chacareras eléctricas de Gauchos of The Pampa
Un heredero rockero de la dinastía Ábalos reactualiza su repertorio
Juan Gigena Ábalos se pasó ocho años investigando sus raíces musicales, siguiendo a su tío abuelo, Vitillo Ábalos, de 90 años, quien le contó los secretos de un repertorio que es patrimonio nacional: el de Los Hermanos Ábalos. De allí salieron una película, Ábalos, una historia de cinco hermanos, y un álbum, Vitillo Ábalos, el Disco de Oro, que ganó el premio Gardel en el rubro folclore, en 2017. Y ahora Gigena, guitarrista y suerte de director musical de Ciro y Los Persas, va por más: se trata de Gauchos of the Pampa, el grupo que comparte con su compañero "Persa" Broder Bastos en bajo, Diego "Cacho" García en bombo y Nelson Giménez en voz, y que busca una reactualización del repertorio de los Ábalos para las nuevas generaciones, con sentimiento de raíz y espíritu rockero. "Tratamos de lograr versiones particulares, poder darle una impronta muy instintiva a ese repertorio que es de los años 40. Es un repertorio recontra versionado, por Los Chalchaleros, Los Manseros, el Dúo Coplanacu, Jaime Torres, Raly Barrionuevo... Por eso intentamos encararlo desde un lugar propio, para aportar algo que tenga sentido hoy. Queremos captar la atención de gente que no se acerca al folclore", dice el guitarrista.
Gauchos of the Pampa, que acaba de lanzar una versión de "Carnavalito quebradeño" junto a Raly, es el cierre de un proyecto global para el guitarrista, "que arranca con la película, algo que me motivó muchísimo, y que tuvo una segunda pata durante los shows de Los Persas, en donde Ciro en un momento me dejaba el escenario para que hiciera un loop en base chacarera y con la guitarra eléctrica empezaba a reproducir ciertas melodías. Chacareras con lenguaje rockero. Entre esos dos proyectos, aparece Gauchos, que en cierto sentido también para mí tiene que ver con saldar una cuenta pendiente con la música con la que me crié". S.R.
Los músicos dan clases
Con la cuarentena, muchos artistas empezaron a transmitir lo que saben en formato online
"Esto es algo que ya quería hacer en diferentes ciudades y con la pandemia le terminamos encontrando la vuelta a través del streaming", dice Gabriel Pedernera, el productor e integrante de Eruca Sativa, que en el inicio del aislamiento, diseñó "La canción manda", una serie de seminarios en vivo donde aborda una canción por encuentro y analiza cada una de las decisiones artísticas que la llevaron hacia su resultado final. Tiene inscriptos de Latinoamérica, España, Suiza y Nueva Zelanda. "Después de la primera edición, dije: ‘¡Ah, esto no es de pandemia, esto hay que hacerlo siempre!’".
Pedernera es solo uno de los músicos que se volcaron a la transmisión del conocimiento en este parate forzado usando plataformas como YouTube, Zoom o Discord. "Mi objetivo es brindarles a las personas herramientas para que puedan expresarse y que cada vez haya más horizontalidad, más voces, y no tanto esta figura de ‘le ídole’, ‘le genie’, que la verdad me tiene bastante harta", dice Luludot Viento, cantante de Los Rusos Hijos de Puta, que ante el estado de aislamiento armó dos talleres de entrenamiento creativo online, uno dedicado a la escritura y otro a la canción.
Tomás Putruele, cantante de Banda de Turistas, organizó clases vía streaming de Ableton Live, el software de grabación que usa para componer y grabar. Con su rutina de shows en pausa, él también está viendo cómo este momento de reclusión le abre nuevas posibilidades a futuro. "Algunas cosas de la pandemia llegaron para quedarse, y yo me imagino dando muchos más cursos y trabajando a distancia con personas de todo el mundo de ahora en adelante". Juan Barberis
"Fuck Donald Trump", de YG
La canción de protesta más escuchada en las marchas de Estados Unidos
En la primavera de 2016, mientras YG le daba las pinceladas finales a su segundo disco, el nativo de Compton se juntó con su amigo Nipsey Hussle para condenar al candidato republicano Donald Trump. "FDT" es implacable: YG amenaza con "joder" la siguiente marcha del candidato en Los Ángeles y Nipsey suelta la posibilidad de un asesinato. Lo que es más crucial, la canción se enfoca en la solidaridad entre negros y latinos, frente a la virulenta retórica antimexicana de Trump. (YG de hecho va un paso más allá en su primera frase: "Me gustan los blancos, pero vos no"). YG dijo que él y su sello fueron presionados por los servicios secretos para que la sacaran del disco. Pero la dejaron y, tras la victoria de Trump, se volvió un himno en incontables protestas y marchas. Con la muerte de Nipsey en 2019, la canción adquirió otra dimensión. Y desde mayo de este año, su beat hace repiquetear ventanas de autos y edificios de departamentos por toda la ciudad, como si acompañara cada una de las marchas. Paul Thompson
Las batallas de compositores en Instagram Live
Verzuz pone a competir a tus estrellas favoritas
Cuando la música en vivo bajó la persiana, Timbaland y Swizz Beatz usaron Instagram Live para presentarle al mundo Verzuz, un duelo estilo UFC en el que productores, compositores y músicos compiten tocando sus mejores canciones. "Para entrar, tenés que tener 20 éxitos", dice Swizz.
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Timbaland vs. Swizz Beatz
La batalla inaugural probó que el público tenía una sed insaciable de ver a productores legendarios emborracharse mientras reviven puntos claves de su carrera.
Ludacris vs. Nelly
Las dificultades técnicas casi estropean este desafío amistoso entre dos titanes del hip-hop de antaño. El afro inmaculado de Ludacris y un mejor wifi le otorgaron la victoria.
Erykah Badu vs. Jill Scott
Las hermanas Soulquarians fueron un necesario cambio de ritmo en lo que venía siendo Verzuz: Badu y Scott se dedicaron menos a luchar que a disfrutar cada una del talento de la otra. Charles Holmes
Sexo en Zoom: luz, cámara, acción
Las fiestas sexuales tuvieron que mudarse a las videollamadas. ¿Para qué sirven si no te podés tocar con otros?
Tras un par de semanas de cuarentena, un sábado me encontré en una sesión de video con 45 extraños, viendo cómo un hombre con una gorra de marinero comía un culo. En otra esquina, una morocha con un corsé color crema le hacía una fellatio a su pareja, quien parecía tener puesto un pijama de Batman.
El evento era una PlayDate: Couples Edition, organizado por NSFW, una organización que se describe como un club privado que ofrece experiencias pro sexo y cannabis. NSFW es una de las muchas fiestas que se vieron obligadas a pasar al mundo virtual, en esta época de distanciamiento social. Lejos de limitarse a ofrecer una simple forma de descarga física, las fiestas tienen un propósito revitalizante, en una era marcada por el pánico y la ansiedad.
"Es como hacer una meditación guiada", dice un participante cuyo apodo es Oscar Buzz. Desde hace años organiza una fiesta sexual queer y under en Brooklyn, pero ahora arma fiestas sexuales por Zoom casi todas las noches, sobre todo para hombres trans y gays. "Uno quiere animar a la gente a entrar en sus propios cuerpos y acceder a un lugar de fantasía en el que se pueda sentir libre".
A primera vista, la propuesta de trasladar una fiesta sexual a una plataforma digital no parecería muy auspiciosa. Videos que se interrumpen e imperfecciones sonoras pueden crear una experiencia de usuario para nada óptima. Además, eventos así no logran ofrecer la experiencia multisensorial que puede proveer una verdadera fiesta sexual. ("¿Qué falta en una fiesta sexual virtual, en comparación con una real?", le pregunto a una amiga, vieja asistente a las NSFW. "Coger con gente", me contestó).
Pero para las personas que están solteras, sin posibilidad de de salir con gente por el Covid-19, o para aquellos que están en pareja, pero están simplemente aburridos y calientes, las fiestas sexuales virtuales llenaron un vacío. "Paso la mayor parte del día acostado en la cama con una bolsa de agua caliente mirando óperas", dice Buzz, quien sufre de depresión y ansiedad. Pero las fiestas de pajas por Zoom "son una forma de conectar con la comunidad, asegurarte de que todos estén OK y de que se sientan bien consigo mismos". Lo ve como un servicio público, a tal punto que, a diferencia de otras fiestas sexuales, no cobra entrada.
Con apps y producciones digitales, NSFW tiene un plan de negocios a largo plazo que le va a permitir continuar organizando eventos digitales mucho tiempo después de que se levante la cuarentena en lugares como Nueva York. "Todavía faltan meses", dice el fundador Daniel Saynt. "Y aún más para los testeos masivos. Va a haber muchas dificultades para hacer eventos con mucha gente".
Saynt apuesta a que las fiestas sexuales virtuales llegaron para quedarse. También cuenta con el hecho de que la gente está dispuesta a dejar muchas cosas a un costado –por ejemplo, la privacidad– con tal de forjar alguna forma de conexión e intimidad con extraños. Si les creemos a los asistentes a las orgías virtuales, Saynt tiene razón. La cuarentena y el aislamiento cambiaron muchos aspectos de nuestra vida; uno de sus efectos es que nos han obligado a exponer partes de nosotros que jamás habríamos imaginado que revelaríamos". EJ Dicks
Componer a distancia
Sin poder juntarse, los profesionales del pop logran colaborar por otras vías
En enero, el productor de hip-hop TM88 recibió una llamada del rapero Lil Uzi Vert, que necesitaba una base que sonara como su mayor éxito, "XO Tour Llif3", de 2017. Durante los siguientes días, se pasaron horas hablando por FaceTime para perfeccionar el track juntos. "Él me decía: ‘Sacá eso [de la base], hacé esto’, y yo lo hacía y se lo mandaba", recuerda TM88. "Mientras tanto, cuidaba a mi hija".
Ahora, esta opción es, más o menos, la única para crear música con colaboradores: al igual que con los recitales y los cines, el Covid-19 significó el final de las sesiones de composición en persona.
Es decir que los músicos están siguiendo los pasos de millones de oficinistas alrededor del mundo, que tratan de cumplir con sus trabajos con apps de video. "No hay forma de replicar la conexión entre humanos en una misma habitación", dice el compositor Dan Henig (Monsta X, Chelsea Cutler). "Pero, más allá de las imperfecciones en el sonido, podés encontrar una conexión y un territorio común. No es lo mismo. Pero es lo que hay".
Aquellos aspectos del Zoom, el FaceTime o el Google Hangouts que pueden ser molestos para cualquiera –fallas en el audio, que todos hablen al mismo tiempo–, para los compositores son letales.
De todos modos, las restricciones de movilidad no agarraron desprevenidos a los compositores. Hace años que muchos empiezan a componer a través de notas de voz que luego adjuntan en emails y mensajes a sus colaboradores.
Algunos compositores que están colaborando de manera remota por primera vez se están divirtiendo. Poo Bear descubrió que las sesiones con Justin Bieber por FaceTime eran un cambio "refrescante". "Hace que prestes más atención", dice. "Escucho más, para asegurarme de que no me pierdo de nada".
La pandemia posiblemente tenga impactos a largo plazo en la forma de componer canciones profesionalmente. "Las sesiones remotas van a ser cada vez más normales", dice Henig. Esto puede expandir las posibilidades de los compositores de manera estimulante: pueden, por ejemplo, meterse en una sesión con un compositor de afrobeats en Lagos o uno de K-pop en Seúl.
Por ahora, las sesiones remotas continúan por necesidad. "Incluso por Internet", dice Neil Ormandy, cocompositor de "Say You Won’t Let Go", el hit global de James Arthur, "podés sentir esa vibración". Elias Leight
La joya de la cuarentena
Los micrófonos PBM fueron elegidos por los músicos que tuvieron que armar de urgencia sus estudios caseros
Con el dólar flotando alto, la marca nacional PBM crece con micrófonos a menos de 300 dólares que le ganan holgadamente a la clásica ecuación precio/calidad. "Acá hay una cuestión del amor por el objeto en sí y no por el gran negocio", dice Pato Baumann, un entusiasta del audio de 34 años que se encarga personalmente de todo en su taller de Vicente López. "Hay un control de calidad y una dedicación por cada micrófono que los encontrás recién en productos que están por arriba de los 1.000 dólares".
"Los PBM tienen un sonido que es igual y a veces mejor que micrófonos famosos", dice Tweety González, que tiene un par en su estudio. "Cuando le pregunté a Pato por qué los vende tan baratos me dio una respuesta muy tierna: ‘Lo empecé a hacer para mis amigos músicos que no tienen un mango’. Y me encantó la filosofía. Algo así merece todo el apoyo". J.B.
Cómo hacer una fiesta por Zoom
Paso a paso, los secretos para divertirte online y no fallar en el intento
La lógica podría indicar que la diversión se terminó con la pandemia. Pero algunos se resisten y llevan la fiesta a tu casa. Acá van consejos para no perder la onda.
1. Elegir un fondo
Si estás en Zoom, tenés toda la web para elegir una imagen de fondo. Pero es mejor arreglar tu cuarto. Hacé la cama, buscá alguna decoración temática, y asegurate de que la iluminación destaque tus mejores ángulos.
2. Probá el sonido
Zoom es una plataforma que no está diseñada para DJ. Sus ajustes de fábrica priorizan que se escuche a todos, lo cual no es ideal cuando la gente está ahí para escuchar una sola cosa. Asegurate de que todos estén muteados y hacé una prueba antes del evento.
3. Buscá ayuda
Tener amigos que trabajen en la puerta virtual es clave. "Estuve en una fiesta donde había trolls que llenaron el Zoom de imágenes explícitas", dice Suzy Exposito, de Rolling Stone, quien organiza una fiesta por Zoom llamada Emo Nite. "Así que designamos patovicas para que saquen la basura".
4. ¡No pares!
Organizar una fiesta por Internet puede ser una experiencia estresante. Pero no te rindas, incluso si aparece poca gente. "Yo cuando toco, estoy absorto", dice el DJ D-Nice, cuyos sets en Club Quarantine pueden durar hasta nueve horas. "Si hubiera parado a las dos horas, no habría venido Rihanna".
La nueva estrella del rock alternativo
El viaje de Beabadoobee: de ser estudiante marginal a compositora inolvidable
Hace tres años, Bea Kristi subió a YouTube una canción de amor low-fi llamada "Coffee". Era la primera que componía en su vida. "Un día volví a casa de la escuela, y creo que mi papá se dio cuenta de que yo me estaba deprimiendo, y estaba aburrida, así que me compró una guitarra usada", recuerda la cantautora de 20 años de Londres. Compuso "Coffee" sin pensarlo demasiado: "A mitad de la canción cambia el tempo, es muy tonta", dice ahora. El tema explotó, con más de 300.000 visitas. Al poco tiempo tenía un contrato discográfico con Dirty Hit, sumándose a las filas de The 1975, Wolf Alice y Rina Sawayama.
Kristi fue a una escuela católica de mujeres, donde ser la única estudiante filipina hacía que fuera difícil que encajara. Cuando vio Juno, de 2007, en una clase de educación religiosa, descubrió las canciones de folk áspero de Kimya Dawson, que se transformaron en una influencia clave para su primera etapa. "Las maestras dijeron: ‘Esta película habla del embarazo adolesente’. Y yo pensé: ‘Dios mío, esta película es muy buena, y la música es muy buena’". Sus primeros EP como Beabadoobee aplican la misma fórmula de "Coffee", con acordes simples de guitarra y letras melancólicas; para Loveworm, de 2019, empezó a incluir algo del reverb nebuloso de My Bloody Valentine y Sonic Youth, al igual que una onda Elliott Smith, por quien se tatuó "XO" en el brazo. Cuando Kristi lanzó el EP Space Cadet, ya había aceptado de lleno su papel de representante del rock alternativo.
"Tiene un sentido musical intuitivo", dice el productor Pete Robinson, que trabaja con Kristi en su disco debut. "Compone como lo hacía Kurt Cobain; ella no tiene entrenamiento musical, pero los sonidos en su cabeza son complicados técnicamente". Claire Shaffer
Nuevas voces de la literatura argentina
Tres escritoras ganan protagonismo en la escena editorial nacional
Al calor del debate sobre la ley de interrupción voluntaria del embarazo y las marchas de Ni Una Menos, una nueva generación de mujeres encontró un lugar protagónico dentro de la literatura argentina. Los libros de Olivia Gallo (25), Belén López Peiró (28) y Ana Montes (28) son ejemplos de cómo la escena editorial argentina empieza a responder al reclamo de nuevas voces y nuevas perspectivas.
En sus libros, las tres autoras recorren el mismo tema: crecer siendo mujer y descubrir el lugar incómodo, confuso, a veces desgarradoramente violento que se les tiene reservado.
En Poco frecuente (Concreto), Ana Montes brinda una meditación sobre la incertidumbre del dolor y la creciente autonomía de ir dejando la juventud, marcada por una enfermedad rarísima que la somete a una vida de cuidados. En ¿Por qué volvías cada verano? (Madreselva), Belén López Peiró hace usode múltiples voces, de lo familiar a lo institucional, para contar el abuso sexual del que fue víctima desde los 13 hasta los 17 años por parte de un tío. Sobre Las chicas no lloran (Tenemos las Máquinas), la colección de cuentos debut de Olivia Gallo, el escritor Santiago Llach escribió: "Es un documento de la inteligencia sensible de la generación centennial". Ahí, Gallo disecciona con precisión de cirujano el núcleo secreto de los supuestos dramas de la adolescencia, todo contado con la madurez de una mujer sabia. Damián Tullio
2005: el año que no fuimos felices
'Yo, adolescente', la película de Lucas Santa Ana, es un fiel retrato de una etapa marcada por la tristeza: ser joven en la era post-Cromañón
Se suele creer que las modas se reciclan cada veinte años. Por lo tanto, ya está al alcance la posibilidad de reencuentro con las pulseras de tachas, los reproductores de MP3 y los ringtones polifónicos que funcionan de señaladores de época en la recreación del año 2005 que ofrece Yo, adolescente, la adaptación cinematográfica de la novela de Zabo que se estrenó a finales de julio.
Dirigida por Lucas Santa Ana, Yo, adolescente es un fiel retrato de época de la Buenos Aires post-Cromañón. Arranca en un recital de Árbol en Auditorio Sur el 30 de diciembre de 2004, la misma noche que 194 jóvenes murieron en el show de Callejeros. La tragedia desnudó un problema estructural que el Gobierno de la Ciudad no buscó resolver en un comienzo: en su lugar, optó por un accionar prohibicionista con el cierre masivo de locales y el desamparo del público menor de edad.
A quince años, Cromañón sigue siendo un trauma colectivo que parece no haber terminado de cicatrizar y que ha sido poco hablado en el cine nacional. Con Yo, adolescente, Zabo y Santa Ana forman un tándem para empezar a verbalizar ese dolor. El film captura la nueva orfandad de esa generación y, con destreza, interroga a su audiencia sobre el lugar que habitaba entonces. Para esto juega con la yuxtaposición. El hedonismo teen brilla en comparación a la opacidad del momento.
Pero Yo, adolescente no es la película de Cromañón: el contexto sociopolítico es un telón de fondo que pesa de forma taciturna y tangencial. La obra es el coming of age de Zabo, y está en línea con otros exponentes del género –Cuenta conmigo y Las ventajas de ser invisible– que también parten de la muerte de un amigo para abrir una correspondencia íntima entre narrador y público.
Zabo (cuyo nombre completo es Nicolás Zamorano) tiene 31, pero comenzó Yo, adolescente a los 16. Nació de un fanzine y se mudó a Fotolog como diario anónimo en 2005. Al año, los escritos tomaron forma de blogonovela. Mediada por la ficción, esta nueva literatura del yo reverberó sobre miles de jóvenes que encontraron en Zabo a alguien con la elocuencia para articular su propia desazón. La repercusión provocó el interés de editoriales como Planeta, pero el Zabo intranquilo de entonces les negó acceso, prefiriendo mudar su texto a un blog y luego a Facebook, esta vez en dos partes: Memorias de mis 16 y La (des)orientación sexual. Su traducción a la pantalla grande no estuvo en planes hasta que, corriendo 2017, el director Lucas Santa Ana se acercó a Zabo con la propuesta: "Cuando Lucas me contó su mirada sobre la historia, pude amigarme y entender que lo que me incomodaba era no tener las herramientas para atajar a toda esa gente que quedaba interpelada, y no la obra".
Renato "Tato" Quattordio, el actor de 22 años que se hizo conocido con Simona, interpreta a Zabo. Malena Narvay, Thomas Lepera y Jerónimo Giocondo Bosia completan un elenco uniformemente fuerte. Quattordio, que ganó el Colón de Plata a Mejor Actor en el 45º Festival de Cine Iberoamericano de Huelva, dice de su interpretación matizada: "Fue un gran desafío actoral porque se trata de un pibe que se oculta a sí mismo todo lo difícil que le resulta vivir. Advertí desde el principio la soledad del protagonista, esa dualidad entre la imagen exterior y la sensibilidad interior". Esta no es la primera vez que Quattordio le pone el cuerpo a una disidencia: "Interpretar a Junior en Simona significó una gran responsabilidad. Esa historia sirvió para concientizar. Hoy la situación es otra, las historias LGBT forman parte de la narrativa común en las ficciones y es momento de contar desde la pluralidad y diversidad que tienen en sí mismas". Este proyecto no apunta solo a jóvenes sino también a padres de adolescentes. "Las disidencias", dice Zabo, "terminamos siendo nuestres propies adultes, somos les que preparamos a mamá y a papá. Si la película logra generar puentes con ese mundo que trata a los adolescentes como prototipos de personas y no como seres sintientes, yo me doy por hecho".
Si bien hace pie sobre la bisexualidad, Yo, adolescente es, por sobre todo lo demás, una historia de duelar. El suicidio de su mejor amigo le genera a Zabo un dolor que tapa con excesos y conflictos autogenerados. Las subtramas que motorizan la narrativa funcionan de pantalla de humo, velando la melancolía subyacente que inevitablemente terminará ocupando el primer plano. Durante sus 97 minutos de duración, los personajes le reprochan a Zabo lo poco que exterioriza su sentir, cosa que finalmente hace en el acto de matar a su versión ficcionalizada. Del mismo modo en que Zabo pierde a su amigo, el espectador pierde a su protagonista.
Resulta curioso que, así como la cultura en 2005 debió readaptarse a un nuevo mundo, Yo, adolescente se haya estrenado en un contexto de pandemia y nueva normalidad. Con la edición de la novela el pasado noviembre y el debut del film a nivel federal en Cine.Ar, solo resta el lanzamiento del soundtrack durante la segunda mitad de 2020 para que se termine de cerrar el universo Yo, adolescente. La banda sonora incluirá instrumentales, canciones originales e himnos de los 2000 reversionados por el elenco y por voces contemporáneas: Benito Cerati de Zero Kill, Lichi y Plastilina. De esta manera, se termina de completar, por un lado, una superproducción que durante cada paso supo retener su independencia. Y por otro, la visión de años de ese niño de Parque Chacabuco que fue y es Zabo: "Cada obra te da algo distinto, se complementan. Más que una adaptación expandimos un universo". Bartolomé Armentano
El rey youtuber de la fermentación
Conozcan al chef que construyó un nuevo estilo de programa de cocina
Cuando traté por primera vez de contactar a Brad Leone en mayo, me dijeron que estaba "desaparecido del mapa". Mientras se había desatado una pandemia, Leone se había metido en tierra salvaje. "Estaba buscando un vegetal delicioso", explica una semana después por Zoom.
Brad Leone es un chef obsesionado con los hongos, la elaboración de cervezas y la carpintería, que ha ganado mucha audiencia en YouTube en los últimos años gracias a su entusiasmo por la fermentación.
Su programa, It’s Alive, no es uno más y no para de crecer. La premisa es simple: Leone fermenta cualquier cosa con la que se cruce, incluyendo hongos, ajo, salsa picante. Trabaja en su "estación de fermentación" –una mesa en la que deja que las cosas se pudran– y después busca colegas para que prueben los resultados.
Desde el inicio de la pandemia, Leone rebautizó el programa It’s Alive: Home Video Edition, y lo rueda en su propia cocina. Sus coconductores son sus hijos, que aparecen en pantalla y le piden algo para picar.
Luego de trabajar como carpintero, mientras terminaba la escuela culinaria, fue pasante en la revista Bon Appétit. Pero después de unos años, "alcancé una meseta", dice Leone. "Gracias a Dios, el video empezó a explotar. Era como una puerta con una luz que titilaba y decía: ‘Brad, entrá’".
Él no se apura a describirse como famoso ni como exitoso. "Tuve muchos trabajos terribles", dice. "Y ahora no". C.H.
La guionista del momento
Mariana Levy hace tambalear el universo machista y misógino del fútbol
Mariana Levy es actriz, dramaturga y estudió Letras, pero hoy se destaca como coguionista de El presidente, la serie de Amazon Prime Video sobre el Fifagate. "Mi aporte tiene mucho que ver con mi cruzada personal: en un tema que desde lo instintivo es sobre hombres de traje en un cuarto, en un universo machista y misógino, dar cuenta de que aun así, en esa historia hay mujeres y tienen un rol muy importante. De hecho, de los tres protagonistas de la serie, dos son mujeres". Además de haber creado una productora de contenidos audiovisuales junto a Armando Bo y Mercedes Reincke, About Entertainment, Levy tiene su propio podcast sobre series y teoría de género (La podcast) y a través de su cuenta de Twitter (@marianevy) recomienda una serie por día. S.R.
Karne Palta, el diseñador estrella del trap local
Las prendas de feria que customiza con logos de Minor Threat y Misfits visten a a las nuevas figuras locales
Karne Palta es uno de los responsables de haber llevado la estética del hardcore y del nu metal a la escena del trap local. Sus prendas muestran fotos y logos de Minor Threat, Misfits y Iron Maiden sobre prendas vintage de primeras marcas. Su ojo, dice en una videollamada con Rolling Stone, está puesto en rescatar buena materia prima para darle otra vida con una nueva identidad.
En lugar de perjudicarlo, a Karne Palta la cuarentena lo favoreció. A 120 días de empezada la cuarentena, el estímulo de las compras online hizo que le quitaran los drops de las manos y duplicó la producción: pasó de hacer 15 a 30 prendas por mes.
La parte del circuito de su trabajo –todo do-it-yourself al mango– que más complicó el confinamiento fue la de conseguir la ropa para customizar, que en general trae de ferias de Bolivia. "En Argentina la calidad que solés encontrar no es la mejor", diagnostica sobre la industria textil local. Con circuitos alternativos aceitados, surfeó estas semanas de encierro con más trabajo, que siempre hace acompañado de algún amigo. "No tengo margen para pifiar sobre una prenda que consigo y es única", dice para explicar uno de los dos motivos por los que elige coser todo él mismo. El otro es todavía más razonable: hacer ropa le divierte muchísimo.
Hoy son muchos los traperos que visten sus diseños. Uno de los primeros fue C.R.O., a quien conoce del sello I Need Sponsors. "Fue en un plan muy genuino, nos cruzamos en un estudio y me dijo que le había gustado mi ropa", cuenta Karne Palta, que en paralelo a su marca también tiene un proyecto musical. C.R.O. lo etiquetó en Instagram y, con su millón y medio de seguidores a cuestas, le dio un buen empujón a su shopping virtual.
La ropa de Karne Palta fue más allá de una escena. Diseñadores de indumentaria de otros circuitos más tradicionales pusieron sus ojos sobre su trabajo, que está marcado por el amor al collage y tiene la huella de un espíritu punk. Fiel a esa filosofía, Karne Palta no piensa subirse a ningún boom: "Me gusta poder ser parte del proceso y explorar", explica. "No me veo haciendo las cosas de otra manera". Paz Azcárate
Los Cazabancos
Los manifestantes apuntan a los que ganan dinero con el desastre ambiental
Una tarde de enero, unos 150 manifestantes marcharon por la avenida Pennsylvania en Washington, con megáfonos, banderas y carteles que decían: "¡Basta de combustibles fósiles!". Se dirigían hacia una oficina del banco JPMorgan Chase. La policía finalmente arrestó a una docena de ellos, en un acto de desobediencia civil para llamar la atención sobre el papel del Chase como el financista principal del mundo en inversiones de combustibles fósiles.
En los últimos cuatro años, el Chase ofreció casi 270.000 millones de dólares en proyectos de combustibles fósiles. Le siguen de cerca el Wells Fargo (198.000 millones), el Citi (188.000 millones), el Bank of America (157.000 millones), y el Royal Bank of Canada (141.000 millones). Los ambientalistas, los grupos defensores de los derechos indígenas y comités de vigilancia de los bancos han tomado una estrategia integral: movilización de protestas en las calles, publicación de informes en medios económicos y presión sobre accionistas, reguladores y legisladores para sacar a los bancos del negocio de los combustibles fósiles. Si los ExxonMobil y los Shell del mundo no se retiran del petróleo, el carbón y el gas natural y se inclinan por energías limpias, la idea es persuadir a los bancos de que dejen de financiar la energía sucia.
La estrategia está dando resultados. Larry Fink, presidente y CEO de BlackRock, les dijo a los inversores que BlackRock ya no tendría acciones en compañías cuyas ganancias por carbón térmico representen el 25 por ciento o más del total. Cuando Goldman Sachs anunció que ya no financiaría la perforación petrolera en el Ártico, el Chase hizo lo mismo. "Ganamos muchas batallas, pero todavía no ganamos la guerra", dice Paddy McCully, el director del programa de clima y energía de la Rainforest Action Network. "El objetivo es sacar a los bancos de los combustibles fósiles por completo". Andy Kroll
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