Un nieto de Carlos Monzón será uno de los participantes de Survivor, Expedición Robinson
Agustín Monzón, de 22 años, debutó como actor en la serie de 2019 que repasó la vida de su abuelo; ahora competirá con otras 24 personas por un premio millonario, en el programa de Telefe que debuta este lunes
- 4 minutos de lectura'
Este lunes vuelve a la televisión uno de los primeros realities que se emitieron en el país, Survivor: Expedición Robinson. La competencia de supervivencia, que a comienzos de este siglo condujo Julián Weich en la pantalla de eltrece, ahora forma parte de la grilla de Telefe y podrá verse también por Disney+, con Marley como anfitrión. Serán 25 los participantes que competirá por el gran premio, y entre ellos habrá una cara conocida por el público: Agustín Monzón.
Este no es el debut en la tele del nieto de Carlos Monzón. El joven de 22 años, oriundo de Santa Fe, formó parte del elenco de Monzón, la serie que se emitió por Space y Star+ y que repasa la tumultuosa vida del boxeador, desde su infancia hasta el asesinato de su esposa, Alicia Muñiz, por el que fue condenado. Allí, Agustín interpreta a Beto, uno de los sobrinos del protagonista que, en realidad, es un personaje creado por los guionistas.
En el momento en el que filmó la serie, Agustín tenía 17 años. Para seguir su sueño de convertirse en un actor reconocido, había abandonado recientemente su Santa Fe natal y se había instalado en un hostel de la Ciudad de Buenos Aires. Antes de ser elegido para la serie, se ganaba la vida como bachero en una cervecería y con su sueldo pagaba las clases de teatro en Timbre 4.
“Soy un chico soñador que confía mucho. Soy positivo y no me dejo caer por la adversidad. Y no lo digo solo por el tema de mi abuelo, quien se enfrentó a la pobreza más atroz, sino también por mi mamá que sufrió cáncer de mama. Esa también fue una batalla muy fuerte, cuando yo tenía 13 años”, le contaba el actor, en aquel momento, a LA NACIÓN.
Y agregó: “El cáncer de mi mamá fue la situación más difícil que me tocó atravesar. Más allá de eso, tuve una infancia y una adolescencia superlindas, sin dolores fuertes. Además, siempre me quedo con lo bueno de cada cosa. Y de lo malo, aprendo”.
Agustín es hijo de Silvia Monzón y de “Pepón”, como lo llaman todos a su padre. La pareja, que se conoció a los 13 años, tuvo cuatro hijos. Agustín es el más chico: “Somos muy unidos y nos manejamos en bloque. Nos gusta nuestro lugar, en eso somos muy parecidos a mi abuelo. Él podía estar tomando algo con un rey en Europa y, a los dos días, comiendo un asado en la villa de Santa Fe”.
En aquel momento, reveló que su vocación por la actuación comenzó en su niñez, pero también señaló al deporte como una de sus grandes pasiones. Sobre todo, el rugby. “La verdad es que no tienen mucho que ver el rugby con la actuación, pero fui un apasionado de ambas cosas. Más allá de eso, siempre supe que, si iba a vivir de algo, era de la actuación”, indicaba.
Ese amor y la práctica habitual del deporte seguramente le servirán para “sobrevivir” en este nuevo desafío. El formato del programa es la adaptación de un formato sueco en el que un grupo de participantes son abandonados en una isla remota. Tienen que competir en desafíos físicos e intelectuales para ganar recompensas o la inmunidad que los pone a salvo de la eliminación y el ganador se lleva una cifra millonaria. A diferencia de las dos temporadas que condujo Weich, que tuvieron 16 participantes y se grabaron en Bocas del Toro (Panamá), esta vez son 25 personas que durante 60 días estarán en aislamiento total en una isla en Colombia, en la zona del tapón del Darién.
Los participantes, que son distribuidos en dos tribus, están alejados de la civilización, sin comunicación con sus familiares amigos y ningún tipo de comodidad. Allí, se enfrentarán a las inclemencias del clima, el hambre y a complejos desafíos físicos y mentales que son los que definirán su destino en la isla.
A diferencia de lo que ocurre en otros realities, en los que es el público el que decide quién abandona la competencia, en este formato todo queda en manos de un “Concejo de eliminación”, que es el que vota quién debe ser eliminado de su equipo.