
Un mafioso de buen corazón
El capo (Mafioso contra su voluntad) . Telenovela. Elenco: Miguel Angel Rodríguez, Hugo Arana, Roberto Carnaghi, Claudia Lapacó, Gianella Neyra, Luisana Lopilato, Silvia Kutika, Javier Lombardo, Maxi Ghione, Ludovico Di Santo, Mariano Torre, Darío Lopilato, Carlos Potaluppi, Mike Amingorena, María Fernanda Callejón, Silvina Luna, Mariana Prommel, Laura Cimer y Pablo Sultani. Autores: Adriana Lorenzon y Marcelo Camaño. Escenografía: Stella Dorsi y Silvana Giustozzi. Ambientación: Belén García, Roberto Ambrosini y Manuel Paz. Vestuario: Marcela Zanardi, Lucía Rosauer y Néstor García. Producción ejecutiva: Martín Mackintosh. Dirección de exteriores: Grendel Reasquín y Diego Sánchez. Producción general: Mariano Berterreix/Telefé Contenidos. Dirección: Carlos Luna. De lunes a jueves, a las 22, por Telefé.
Nuestra opinión: muy bueno
Otra historia de mafiosos, pero más relajada: he allí el gran secreto. Mucho dependerá de si en su devenir El capo se inclina por transitar sólo los estereotipos de tan trajinado género o se consolida capitalizándolos a su favor, contando verosímiles historias entrecruzadas de sus pintorescos personajes. Si lo logra habrá hecho un aporte valioso a la telenovela nocturna en tira. De lo contrario será otro título entre tantos a olvidar, más cerca o más lejos de sus referentes más emblemáticos en el cine (la saga de El padrino ) y en la TV (las seis temporadas de Los Soprano ).
Algo muy potente que se vislumbró en el primer capítulo y que instala a El capo varios escalones arriba de sus predecesores locales en la materia - Hombres de honor (Canal 13, 2005) y, mucho más atrás, El precio del poder (Canal 9, 1992)- es su, por el momento, contenida potencialidad humorística. No por casualidad los actores que representan a los tres capomafia de la nueva telenovela -un contundente y preciso Hugo Arana; el más que versátil Roberto Carnaghi, desdoblado en uno de los mandamases del juego clandestino y en un hermano mellizo, el rabino Aaron, que insta a la concordia, y Miguel Angel Rodríguez, un simpático y manso vendedor de alfombras al que le imponen ser el nuevo jefe de esos negocios sucios- han tenido sus mayores éxitos televisivos por el lado de la comicidad. Eso permite desde el vamos instalar al público en una expectativa afortunadamente alejada de los climas ominosos que, por distintas circunstancias, plantearon Resistiré (Telefé, 2003) y Montecristo (Telefé, 2006). Al igual que en aquellos envíos, detrás de El capo están las manos diestras y sensibles de Adriana Lorenzón y Marcelo Camaño.
Don Chicho Mastrogiuseppe (Arana) debe dar un paso al costado porque la Justicia lo requiere y nomina para reemplazarlo al frente de su oscuro imperio al hijo de su querido y finado socio, Mustaffá Yariff. Su decisión acrecienta el odio y el deseo de venganza del temible Moisés Svarsky (Carnaghi), quien aspiraba a sucederlo. Pero Omar Yariff (Rodríguez, con un nombre y apellido que aluden risueñamente por su parecido al célebre protagonista de Doctor Zhivago ) deberá improvisar, mal que le pese, en las nuevas tareas que le tocará desempeñar, algo que no le será para nada fácil.
También resulta muy rico y con variadas posibilidades de desarrollo el hecho de que los referentes adultos de este teleteatro pertenezcan a tres fuertes colectividades -árabe, judía e italiana- muy enraizadas con la construcción de la actual identidad argentina. Actitudes, modos, vestuarios y decoraciones ayudan a contrastar las diferencias y a darle un sostén de mayor espesor a la línea argumental de cada día, forzosamente obligada a recorrer el repertorio folletinesco que el género demanda para sostener el interés de la audiencia.
Otro desafío que tendrán que sortear quienes hacen El capo es justificar y darle sustento dramático en la historia a la inclusión de figuras más frescas que aquí representan a los hijos de los jefes mencionados (y no sólo como mero recurso marketinero para atraer público más joven).
Allí aportan las medias hermanas Sofía -una muy desenvuelta y atractiva Gianella Neyra, que entrará pronto en amoríos con Yariff, quien tiene un matrimonio infeliz con Zulima (sugerente Silvia Kutika)- y Ornella (Luisana Lopilato, aún delineando su personaje). Ella, a su vez, fluctuará entre Elías (Mariano Torres) y Yamil (Ludovico Di Santo), ambos también del clan Yariff, donde brilla, especialmente, la "gran madre" Janah (Claudia Lapacó). Asimismo, ponen lo suyo los hijos del mafioso Svarsky: Adrián (Maxi Ghione, que enfatiza su papel de malo) y Pablo (un casi balbuceante Darío Lopilato). La cantidad de personajes es tal que se hace imposible nombrarlos a todos en tan corto espacio, pero nadie desentona.
Comedia dramática fuerte, vertiginosa, con escenas cortas y de gran impacto visual (una matanza que sueña Yariff; un auto que explota y que casi mata a él y a Sofía), El capo logró neutralizar con solidez y claridad narrativa el síndrome de confusión y datos incompletos que suelen perturbar las emisiones inaugurales de teleteatros con tantos personajes. Se agradece, además, la puntualidad observada en el horario.
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