Traición, huida y muerte en el final de Un Gallo para Esculapio
Anoche, Telefe emitió el último capítulo de la serie protagonizada por Luis Brandoni y Peter Lanzani
La conjunción de una temática poco abordada, buenas actuaciones y una producción que se cuidó hasta el último detalle dio como resultado uno de los unitarios más logrados de los últimos tiempos. Anoche, a las 23:30, Telefe emitió el último capítulo de Un gallo para Esculapio y dio así un cierre a las historias de un puñado de personajes tan marginales y violentos como entrañables.
Chelo Esculapio, el rey traicionado
A este último episodio, los personajes llegaron con viarios conflictos sin resolver. Chelo ( Luis Brandoni ) recientemente se vio obligado a abandonar sus negocios luego de que le "plantaran" un arma con la que asesinaron a "El Viejo". Así, este jefe de una banda de piratas del asfalto -y organizador de riñas de gallos- se ve en la disyuntiva de desencadenar una guerra entre bandas o empezar una nueva vida junto a su esposa Nancy ( Julieta Ortega ) y su pequeño hijo.
Además, no pudo convencer a otro de sus hijos, Andrés (Ariel Staltari), de que desaparezca por un tiempo. El muchacho está dispuesto a entregarse a la Justicia, aunque el arma que le "plantaron" a Chelo sea la misma que él utilizó para matar a uno de los "Melli" y, por lo tanto, se verá directamente incriminado.
Acorralado, Chelo toma la decisión de quitarse la vida, pero a último momento le falta coraje para dispararse. Y es en ese preciso instante en el que llega Nelson ( Peter Lanzani ), a dar la cara, porque todo indica que fue él quien "plantó" el arma. Sin embargo, el muchacho logra convencerlo de su inocencia y juntos deciden ajusticiar a todos los traidores. Así comienzan un derrotero en el que el comisario Bermúdez (Rubén Stella) termina asesinado, al igual que todos los gallos de "Los Ávalos". Yiyo ( Luis Luque ), la presa principal, consigue escapar.
Antes de comenzar un viaje que "es mejor hacerlo solo", Chelo envía a Nancy y a su hijo menor a Uruguay y deja los títulos de "los pisos", en secreto, al tío de su mujer.
Los cambios de Nelson
El camino que llevó a Nelson hasta allí fue largo y sinuoso. Hace rato dejó de ser ese joven inocente que llegó de Misiones para entregarle un gallo de riña a su hermano, Roque. Muchas son las desventuras que ha vivido en el oeste del conurbano bonaerense a lo largo de los nueve capítulos que duró la serie. Y en este último tramo, debió convencer a su jefe de su inocencia, lidiar además con su nuevo amor, Estela ( Eleonora Wexler ) -la ex de su hermano- y con la revelación de que Roque no es la persona que él creía conocer.
En el anteúltimo episodio, además, debió tomar una decisión que pudo poner en jaque su vida: desoír el consejo de Roque de involucrarse con la nueva banda que ocupará el lugar de la Chelo y soltarle la meno a su mentor.
Casi una road movie
Así llegaron los personajes principales al final de la historia. El capítulo final comienza con los dos huyendo en auto hacia Termas, pero los percances no tardan en aparecer. A varios kilómetros de su destino son detenidos por dos agentes de la policía. Mientras uno revisa los papeles, descubre que la cédula verde está vencida y quiere hacerlos bajar del auto para averiguar sus antecedentes, el otro se da cuenta que van a las riñas de gallos y, como él también es "gallero", los deja ir.
Luego, mientras cambian los chips de sus celulares para que no puedan rastrearlos, Nelson le confiesa a su mentor que se siente culpable por haber maltratado a Estela en su último encuentro. En ese momento, Aguirre llama a Chelo para avisarle que no va a poder ayudarlos como habían quedado porque se le descompuso la camioneta. Entonces, el mayor de los prófugos se da cuenta de que el hombre no lo está llamando desde un locutorio, como habían quedado, sino desde su celular y entiende que a partir de ese momento pueden encontrarlos.
La idea de los dos es que Van Dan, el gallo de Nelson, compita en las riñas de Termas, pero Nelson no está convencido de dejar de darle de comer para que entre en el pesaje. Pensando que el chico necesita "unas caricias", Chelo decide parar en una whiskería. Allí, apuestan a quién consigue el mejor "dato" para cometer un asalto. Por supuesto que, siguiendo con su mala racha, el mayor de los dos es descubierto y debe ser salvado por su secuaz.
Después de pasar la noche en un hotel, al que Chelo llega pasado de copas, Nelson se ve tentado de volver a ponerle el chip original a su celular para saber si Estela lo llamó o le envió un mensaje.
Mientras tanto, el oficial que no había querido dejarlos ir unas horas antes, entrecruza datos y se comunica con la fiscal (Cecilia Rosetto) para informarle sobre el paradero de los prófugos. Cuando están a punto de atraparlos logran huir, pero se olvidan un bolso con todo el dinero. En ese momento, Nelson le cuenta a Chelo que la noche anterior consiguió "un dato". Minutos después, están desvalijando un frigorífico.
En pleno festejo, la camioneta en la que viajan deja de funcionar y se ven obligados a seguir camino a pie.
Fin del viaje
La fiscal finamente le pide al oficial que se comunicó con ella que los persiga, pero sin informárselo a sus superiores, y que cuando los encuentre los mate. Además, le cuenta que tiene "chupados" los teléfonos y que uno de ellos usó el chip original unas horas antes.
Ellos, a su vez, consiguen que un micro lleno de "galleros" los lleve hasta Termas, pero la policía caminera vuelve a detenerlos. Sus compañeros de viaje los ayudan a esconderse y pueden zafar una vez más. Finalmente, llegan al campamento, pero mientras Nelson se baña, Chelo se da cuenta que la policía los está siguiendo, y es ahí cuando el muchacho le confiesa que usó su teléfono para saber qué pasó con Estela. Lejos de enojarse, el ex capo de la banda le ofrece a su pupilo que se escape con la plata y el gallo mientras él se entrega.
Ya sólo con Van Dan en el bar de una estación de servicio, Nelson ve a dos hombres de Yiyo y huye sabiéndose perseguido. A su vez, mientras Chelo es trasladado por la policía, el patrullero es interceptado por un camioneta en la que van Yiyo y sus hombres, entre los que se encuentra Roque.
Yiyo le dispara al policía y lo mata. Chelo, esposado, queda a merced de sus enemigos y luego de negarse a entregarle los títulos de los "pisos", mantienen una tensa conversación; Yiyo termina ultimándolo de un balazo y deja su cuerpo tendido.
Sus hombres se encargan de prenderle fuego al auto y al cadáver, mientras Yiyo huye. En ese momento, llega Nelson y les dispara. Cuando pregunta dónde está Chelo, le dicen que está dentro del auto que arde en llamas. Roque intenta escapar, pero su hermano lo intercepta y entablan una sangrienta lucha dentro de la caja de un camión.
Cuestión de sangre
El mayor de los hermanos le propone que dejen a Yiyo de lado y se queden con los títulos, pero Nelson se niega y le recrimina que es un inútil a quien nadie toma en serio. La discusión termina con una confesión de Roque: de adolescentes, él abusaba de su hermano menor.
Nelson llora, furioso por el recuerdo que acaba de volver a su mente, y Roque aprovecha para asesinar a Van Dan, el gallo. Enceguecido, el muchacho se abalanza sobre su hermano mayor y lo estrangula. ¿Así termina la historia? Quizás... Las versiones sobre una segunda temporada suenan cada vez más fuertes.
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