"La mejor noticia no es siempre la que se da primero, sino la que se da mejor", decía Gabriel García Márquez . Mucho de esa máxima se pone en juego cada noche en Telefe Noticias. Y aunque las primicias son uno de los componentes que sustentan el liderazgo de este noticiero en la pantalla local, lo cierto es que la manera de contar la información es un baluarte que define una marca instalada en el mundo de la información. "Nuestra peor competencia son las noticias ¿Cómo le digo a alguien que trabajó todo el día, que llegue a su casa y nos vea para que le contemos malas noticias? Ahí aparece un desafío. Tenemos que atrapar al televidente y que sienta que cumplió con su rol ciudadano de estar informado", explica Roberto Mayo, gerente de noticias de Telefe. Y si el que mira un noticiero asume una función, en tanto ciudadano, de vincularse con la realidad, también quién la transmite pone en juego un engranaje sostenido en la profundidad y credibilidad de su relato. "Nos hemos equipado tecnológicamente, pero el carro debe estar detrás del caballo. El cómo ayuda, pero el qué debe estar primero. Tenemos drones, un estudio hermoso, pero con la tecnología sola no alcanza", sostiene Mayo.
Está claro que esa cualidad intangible que podría ser definida como "confianza" se consolida desde el vínculo que el medio genera con su audiencia y en la empatía con quien le cuenta la noticia. En este sentido, Cristina Pérez y Rodolfo Barili , conductores de este espacio tradicional de las 20, han construido esa confianza a través de la cercanía que ese auditorio simbólico tiene con ellos. "Cuando hablo a cámara, siento que estoy mirando a los ojos a alguien. Es que hay que tratar a las personas como personas. Eso sigue funcionando, por eso le va como le va a Telefe Noticias: la tecnología no es más que nosotros y, en la calle, no hay robots sino humanos. La gente sabe que pase lo que pase vamos a estar. Y nosotros sentimos que los televidentes están. Es una cuestión comunitaria", sostiene Cristina Pérez. Rodolfo Barili, su compañero de cada noche, concuerda con el análisis: "Tenemos el privilegio de contarle la vida a la gente y que se genere una gran empatía. Nadie mira un noticiero para divertirse sino para informarse y para creer. Por eso, la confianza que el público tiene depositada en nuestra pareja es una responsabilidad".
La usina de la información
En el primer piso del gran edificio que alberga a Telefe se ubica el área de noticias del canal conformada por la redacción, islas de edición, salas de reuniones, controles técnicos y el flamante set en el que la escenografía se dispone en 360 °. Allí, la tecnología es dueña y señora. Detrás de la información, es la gran vedette de esta factoría noticiosa. Tres cámaras que se desplazan al ras del suelo y una grúa sostiene y desplaza una cuarta cámara que permite tomas con un ángulo elevado registran lo que sucede. Todas cuentan con teleprompter, un monitor que permite que los conductores puedan leer un texto mientras miran a cámara. Todas las pantallas led garantizan la visión a los periodistas y a la audiencia de imágenes, gráficos y datos estadísticos que se muestran en ellos. Sorprende un sector de la escenografía (o "piso") que se eleva convirtiéndose en escritorio: la disposición espacial admite que conductores y columnistas puedan desplazarse por todo el estudio, cuyas paredes lindan con la avenida Alexander Fleming en Martínez.
Justo al lado se ubica el control técnico y más allá, la redacción del noticiero. Rompiendo con cierto imaginario popular, el clima es distendido: no se observan esas típicas situaciones de corridas de cierre de edición o comentarios en voz demasiado alta. Este sector del canal trabaja durante las 24 horas. Allí se produce el contenido para los cuatro servicios informativos de la emisora: Buen Telefe, El Noticiero de la Gente, Telefe Noticias y Staff.
Cada tarde, cerca de las 16, Cristina Pérez y Rodolfo Barili llegan a la redacción. Lo hacen cuatro horas antes de la salida al aire del programa porque ellos mismos redactan los textos periodísticos que presentarán cada segmento del noticiero: "Nos importa estar en la línea de producción, en el proceso de redacción. No me gusta ser repetidora de palabras que aparecen en el teleprompter", explica la periodista nacida en Tucumán, fiel devota de la teatralidad de William Shakespeare. No se trata de una apreciación menor: en ese compromiso con lo que se escribe aparece la convicción del decir. "El género te exige credibilidad. Le creés o no le creés al conductor o al columnista. La gente se da cuenta si el periodista está diciendo algo que no cree o que no chequeó. Se va mi vida y mi laburo en la credibilidad. Nada nos importa más, a Cristina y a mí, que la confianza que generan nuestros nombres. Nuestros nombres están, además, asociados al canal en el que lo decimos. Y si nos equivocamos, lo reconocemos", dice Barili, oriundo de Rauch y amante del rock.
A las seis en punto –una hora y media antes del aire de Telefe Noticias– se lleva a cabo la reunión de producción del equipo. Roberto Mayo (quien, junto al subgerente de noticias Tristán Noblia, reconoce pasar cerca de catorce horas diarias en la redacción) lidera las charlas con los diferentes equipos. En esa reunión se arma la "rutina" del noticiero, donde se define y luego se pone por escrito cuáles serán las noticias del día, con qué material se cuenta para mostrarlas y analizarlas en pantalla, y cuál será el orden en el que los contenidos se verán en el programa. Es el momento de buscar ese delicado equilibrio entre lo ineludible de la noticia cruda, la manera de narrarlo y el olfato puesto en lo que espera el televidente: "Cómo logramos conquistar el tiempo de la audiencia es nuestro gran desafío. Cómo lograr que nos dedique tiempo a nosotros en lugar de dedicárselo al sexo, al deporte, a las series de Netflix o a cualquier otra cosa. Es decir, el canal o radio de enfrente son la competencia directa, pero también lo son el cine o la Playstation", grafica Mayo.
Una vez definidos los contenidos del programa y la ubicación de los equipos de exteriores que saldrán en vivo durante la emisión, se terminan de editar las notas y los periodistas y técnicos se enfocan en el famoso "último momento" que altera la paz de la redacción y genera expectativa en las audiencias. Mientras se ultiman los detalles del vivo, los conductores y los columnistas especializados se acercan a vestuario y maquillaje. Programa de televisión al fin, también esos aspectos deben ser cuidados. Pérez se maquilla sola, mientras que Barili apela a los profesionales del canal. Ella llega a Telefe impecable; él lo hace con un look que denota su perfil rockero. Cerca de las 19 comienza la transformación. "No hay marketing ni poses. La afinidad con el público no pasa por vestirnos de entrecasa", explica Cristina. Rodolfo reconoce que "la empatía no es sacarse la corbata para parecer más cercano o canchero. A mí me encanta la corbata. Nosotros encontramos, hace muchos años, una forma genuina de mostrarnos".
La conductora pisa el set solo dos minutos antes de salir al aire, acarreando un equipaje digno de una mudanza: luego del programa partirá rauda hacia radio Mitre para cumplir con su otro compromiso laboral, el ciclo Confesiones en la noche. Llega con parsimonia, conocedora de los tiempos. El conductor arriba al estudio con algo más de anticipación. Los segundos previos al aire son de pura concentración, mientras se alistan los columnistas y el personal técnico. En los monitores se observa la última escena de la novela turca Elif, que los precede en la programación. "Un minuto", anticipa el director por el talkback, que lo comunica con el estudio.En 60 segundos todo se convierte en adrenalina, pero sin histeria. Lo mismo sucede en el control, donde los productores, redactores, sonidistas y el director de cámaras hacen lo suyo bajo la atenta mirada de Mayo y Noblia. A las ocho en punto comienza la emisión del noticiero.
Donde nace la noticia
Los periodistas que trabajan en la calle, conocidos familiarmente como movileros, son uno de los pilares sustanciales de un noticiero. Guillermo Panizza –ganador de dos premios Martín Fierro por su labor, y nuevamente nominado en el rubro cronista/movilero para la ceremonia de que se realizará mañana, en la que Telefe Noticias y su columnista Reynaldo Sietecase también esperar llevarse la estatuilla–, ingresó en 1993 a Red de Noticias, la señal informativa de cable de Telefe, pero, al poco tiempo, se sumó al noticiero central.: "Estamos para ser molestos, para incomodar, para denunciar. Se dice que la calle es el primer borrador de la historia, la primera línea de la información. La esencia del periodismo se deposita allí, donde está lo que ocurre. La realidad se construye con el aporte de cada cronista con su mirada, con su subjetividad, pero siempre contando la historia", dice Panizza a LA NACIÓN en la parroquia de San Pantaleón, en Mataderos. "Lo fundamental es tomarse el tiempo para escuchar. Para atender al que está sufriendo, al que no tiene cloacas en su barrio, al inundado, al que es víctima de la inseguridad o de un hecho policial. Se debe escuchar sin prejuicios, sin etiquetas. Somos los encargados de darle voz a los que no la tienen".
El trabajo de Panizza no sabe de rutinas ni horarios. Las agendas trastocadas son inherentes a la dinámica de su día a día: "Alguna vez me ha tocado salir a cubrir una información y regresar a mi casa quince días después y con cinco kilos menos. Así me sucedió, en febrero de 2010, cuando ocurrió el terremoto en Chile. Trabajamos quince días casi sin comer, sin tener donde dormir ni descansar. Nos pasaba lo mismo que le sucedía a la gente. Nosotros también fuimos víctimas de ese terremoto. Eso nos permitió entender mucho más a los habitantes del lugar. Sentíamos las mismas réplicas y teníamos el mismo temor a un tsunami". Otro de los recuerdos imborrables del periodista está vinculado a la cobertura de las inundaciones de Santa Fe de 2003: "Me encontró a punto de casarme. Al igual que los vecinos, nosotros también estábamos aislados. Por suerte, Prefectura me sacó en un helicóptero y me depositó en una lancha que me llevó hasta un regimiento. Y ahí pude pedir un auto para ir al aeropuerto. Llegué a Buenos Aires justo para casarme".
Pero los cronistas como Panizza nunca salen solos a la calle. Con ellos trabajan productores (encargados de la investigación previa al arribo de los móviles de TV), camarógrafos y técnicos. "Ahora, una mochila con un dispositivo muy pequeño puede transmitir en vivo. Así que la idea del móvil de exteriores se fue modificando. Hoy es mucho más sencillo salir al aire desde cualquier lugar y con una infraestructura mínima", explica Mayo.
Lejos del mito de la imperturbabilidad de los profesionales de la noticia, Guillermo Panizza reconoce que más de una vez lagrimeó al aire ante un entrevistado. "En 2018 me conmovió entrevistar, para un informe sobre narcotráfico, a un padre que le pegó un tiro en la rodilla a su hijo porque no sabía cómo evitar que saliera a consumir drogas. Me dijo: ´Vos sos papá, sabés de lo que te estoy hablando´. Y nos largamos a llorar", recuerda el periodista, que llegó a la iglesia de Mataderos para realizar entrevistas para la sección Rezadores, historias de vida detrás de la oración, segmento producido por Manuel Codegone.
El poder de la verdad
"No es más duro narrar la noticia que vivirla. Pero sí tenemos la obligación de contarla. Somos un puente. Y somos partícipes en el engranaje que visibiliza, para que esa realidad se pueda cambiar", explica Barili. Mientras que, para Pérez, el acto de informar conlleva un compromiso: "Construimos valores y no podemos abdicar de eso. La noticia tiene importancia si alguien hace algo por el otro. Muchas veces nos vamos con dolor de panza del estudio porque es muy dura la realidad". En este sentido, Barili no duda en afirmar que "si en el noticiero estás demasiado cómodo, algo estás haciendo mal. Nuestra casa es hermosa, pero estamos haciendo periodismo, no podemos estar del todo cómodos".
En tiempos de múltiples plataformas y redes sociales, el camino de las audiencias a la información se modificó. Y si bien existe un mayor acceso, eso también implica que se generen y circulen datos y noticias falsas, distorsionadas. Los denominados trolls se convierten en un desafío. "En nuestro rol de periodistas, somos consumidores de esos materiales, por eso es un desafío no caer en esas trampas. Y, como comunicadores, el otro reto es darle credibilidad a lo nuestro porque hay tanta competencia de descrédito que tenemos que hacer valer que lo nuestro es veraz. Y, si nos equivocamos, reconocerlo. Eso hace a la construcción de la confianza con el público. Hay que hacer periodismo honesto, con la posibilidad de reconocer las equivocaciones", sintetiza Mayo. Para Cristina Pérez, "la posverdad es una forma de la mentira. Y la gente sabe quién es quién y quién los quiere usar".
La tecnología ayuda a desbaratar la desinformación. Y obtener, con celeridad, un acercamiento preciso a los hechos. "La explosión del género policial tiene mucho que ver con la posibilidad del registro fílmico debido a la proliferación de cámaras de seguridad. Probablemente hoy tendríamos grabado cuando los hermanos Schoklender pusieron en el baúl a los cadáveres de sus padres porque sucedió en la calle. La celeridad del esclarecimiento de los hechos acontecidos en San Miguel del Monte, en los que están involucrados policías, es un ejemplo de cómo acciona hoy la tecnología y las filmaciones. Hoy podemos ser testigos casi directos de lo que sucede", explica el gerente de noticias de Telefé.
La forma en que se explica una noticia a través de recursos propios de la TV es uno de los puntales del éxito del programa. Para comunicar la implementación de los monopatines eléctricos en la ciudad, uno de los periodistas lo utilizó dando giros por todo el estudio. Secciones como Contratado por un día, a cargo de Roberto Funes Ugarte o el café improvisado por Reynaldo Sietecase junto a los conductores ejemplifican modos audiovisuales de narrar la información. En paralelo a eso, la imagen es tratada con cuidado y muchos de los informes revisten un carácter cinematográfico, en lo que a su estética refiere.
"Hay contenidos que son aceptados porque los dicen Cristina y Rodolfo o porque los aborda Telefe Noticias. Esa credibilidad es una construcción a lo largo del tiempo. El que más sufre necesita de un periodismo honesto. Para mí ésta es la verdad, pero uno se equivoca todos los días y siempre habrá alguien que te lo hará notar. Eso es muy sano", concluye Mayo.
Cristina Pérez y Rodolfo Barili cumplirán en agosto próximo diecisiete años al frente del programa, un dato no menor. "En una época donde todo dura un instante, pudimos construir un vínculo con la gente. Este trabajo nos permitió ser familia con ellos. Es una relación de confianza", explica Pérez. Para Barili, "después de tantos años, esa relación conmueve. Es una fantástica rebeldía en esta época donde todo es efímero, poder perdurar". Rostina es el nombre formal de cientos de seguidores que se agruparon y los siguen como si fueran rock stars. Fueron ellos los que los impulsaron a hablar del amor el último 14 de febrero. Pero no obtuvieron, en el Día de los Enamorados, la confirmación de un romance entre ambos. "Lo fantástico de nuestra relación es que coincidimos en un montón de cosas, pero disentimos en muchas otras. Pero, en los últimos tiempos, se dio que coincidieron mucho nuestras vidas privadas. Atravesamos situaciones similares. Y nos acompañamos", concluye Barili. Su socia en la conducción no duda en afirmar que "en los últimos tiempos somos más confidentes, algo que no nos habíamos pasado antes".
"Así están las cosas, país". La ya tradicional frase cierra una edición más del noticiero. Pero la factoría no descansa. Ya se piensa en la siguiente edición.
En números
- 15 móviles mochila se usan para las transmisiones
- 4 móviles con camión de exteriores
- 170 personas trabajan en cada emisión de Telefe Noticias
- En 2019 promedia 8,28 puntos de rating (33.75% de share). En mayo, el promedio fue de 9,51 puntos (34.85 % de share, según mediciones de Kantar Ibope Media)
- Los columnistas del noticiero son Agustina Casanova, Mauro Szeta, Reynaldo Sietecase, Roberto Funes Ugarte, Federico Ini, Daniel López Rosetti, Miguel Bossio, Virginia Porcella, Gisela Busaniche, Daniel Roggiano, Nacho Girón y Damián Carreras.
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