Las cantantes, que forman parte de los cien artistas que evalúan a los participantes de Canta conmigo ahora, conversaron con LA NACION sobre la importancia de ofrecer musicales en televisión, la vocación compartida y el vínculo familiar
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El jurado del certamen televisivo Canta conmigo ahora -que entró en su segunda edición anoche- es una caja de pandora que, a diferencia de la de la mitología griega, en lugar de fuegos maliciosos, irradia más de una curiosidad amorosa.
Bajo el liderazgo de la conducción de Marcelo Tinelli, el programa, basado en el formato internacional All together now, cuenta con un jurado integrado por cien artistas entre los que se encuentran Susan Ferrer, histórica cantante y referente del teatro musical argentino con éxitos como la versión de Amor sin Barreras, y Anahí Core, cantante de estilo refinado que, durante la pandemia, fue coach de Cantando 2020.
Lo llamativo del caso es que se trata de una madre y una hija unidas por la misma vocación y, ya desde la primera temporada del ciclo, compartiendo la labor de evaluar a los participantes del certamen de canto que se emite por eltrece.
“Para mí es una felicidad doble, ya que se trata de un programa que le da una oportunidad a mucha gente y, además, por estar trabajando junto a mi hija, a quien admiro mucho como artista”, reconoce Susan Ferrer, quien lanzó hace poco tiempo Entre amigos, material en el que comparte un repertorio amplio y diverso a través de duetos con figuras como Ligia Piro, Marilina Ross, Rubén Rada, Juan Carlos Baglietto, Ana María Cores y Adriana Varela, entre muchos otros.
“Para mí es una enorme experiencia, no solo por compartir el trabajo con mi mamá, sino por formar parte de un programa que celebra la diversidad musical y de pensamiento. Y es, justamente, por esa razón por la que podemos compartir dos generaciones diferentes un mismo espacio”, sostiene Anahí Core, quien algunos años atrás recibió la beca Go Broadway y, hace poco tiempo, estuvo radicada en los Estados Unidos perfeccionando su carrera como cantante en un trabajo de permanente búsqueda. Además está cursando la carrera de Arteterapia. “Siempre fui un poco nerd”, reconoce.
El oficio de evaluar
“En el jurado, todos nos llevamos muy bien, ya que, si bien somos muy diversos, pertenecemos al palo del arte. Además estamos muy felices de la vuelta de la música a la televisión y con una diversidad que permite conocer artistas de música urbana, líricos, flamencos, rockeros o tangueros, es algo que se debería reflejar y replicar en el resto de la televisión”, celebra y anhela Anahí Core. Para Susan Ferrer, uno de los méritos es la paridad entre todos los que juzgan y participan: “Acá no hay individualismos, sino que somos parte de un engranaje, por eso, cada uno tiene que poner su mejor energía y creatividad”.
-¿Cómo perciben la impronta que le dio Marcelo Tinelli a algo más hermético como es la versión original de All together now?
Ferrer: -Él tiene un timing único para la conducción, conoce los tiempos como nadie, entonces uno tiene que estar muy atento a poder seguirle el juego.
Core: -A mí me parece esencial cómo sabe hacer llegar a la casa de la gente los diversos movimientos culturales. De pronto, alguien puede descubrir lo lírico, que puede resultar lejano por la ausencia en los medios masivos, y sensibilizarse de tal forma que despierte una vocación, y eso es algo que no tiene precio. Lo mismo pasaba con el “Bailando...”, donde se exponían todos los géneros de la danza. Me parece que era necesario que la televisión le volviese a dar cabida a tanta gente y darle visibilidad a un abanico impresionante de culturas musicales. Además genera trabajo y posibilidad. Yo tuve la suerte de nacer en una familia del medio y saber, de primera mano, dónde estaban las posibilidades, pero a la mayoría de los chicos eso no les sucede.
Ferrer: -Además hay tanta gente del musical en el jurado, que el programa tiene una impronta muy teatral. Y eso es una alegría porque los artistas del musical están muy preparados y es muy valioso que se los pueda ver en televisión. A mí, me hace sentir en casa.
-¿Cómo es el vínculo de ustedes con Marcelo Tinelli?
Core: -Marcelo es magnético en todas sus formas, educado y amoroso, muy atento. Cuando nosotros nos vamos dando cuenta de algo, él ya entendió todo y sabe a dónde ir. Es un gran conductor y, sobre todo, un gran productor, porque mientras conduce está produciendo. Él ve la emoción del participante antes que nadie, descubre potenciales antes que el resto.
Ferrer: -En lo personal, siento que respeta mucho el tiempo de mi carrera, mis años en este trabajo, por lo tanto, no puedo más que decir que me siento muy cuidada. Por otra parte, Marcelo está atento a todo y es tan relajado a la hora de trabajar que me impresiona, no es habitual en la televisión.
Susan Ferrer y Anahí Core fueron parte de la primera temporada de Canta conmigo ahora y una de las primeras artistas en ser confirmadas para continuar integrando el jurado durante el segundo ciclo que se inicia esta semana.
“Cuando me reuní, por primera vez, con Tinelli, recuerdo que dijo que el programa nos iba a servir a todos los jurados para crecer pero que, también, le iba a servir a él para superarse. Me llamó mucho la atención cuando sostuvo que ´íbamos a tener que replegar el ego´, dado el número de personas que integra el jurado y no se había equivocado, este programa se basa en lo grupal”, dice Ferrer, quien este año ofreció su concierto en el instalado Café Berlín de Villa Devoto, uno de los sitios ineludibles de la música en Buenos Aires.
-¿Qué buscan los participantes? ¿Se prioriza ser famoso o profesionalizar la vocación artística?
Ferrer: -Que la convocatoria fuera federal, me parece muy importante porque si les cuesta insertarse a los artistas que nacieron acá, mucho más dificultoso resulta para la gente que vive en las provincias. Realmente, el artista argentino ha crecido mucho y uno encuentra voces muy valiosas.
-¿Qué reclamás al juzgar?
Ferrer: -A la hora de evaluar, recurro a mis sentimientos. Si me conmovió el alma, si me pasó algo en el corazón, aunque haya desafinado un poquito, lo voto, porque el arte se trata de llegar al otro con los propios sentimientos.
-Anahí, en tu caso, ¿cuál es el criterio de evaluación?
Core: -Busco que me suceda algo, que me movilice. Me permito la duda, pero hago foco en aquellas personas que no me resultan indiferentes y en las que puedo percibir honestidad en su arte. Se puede no tener formación, pero si lo que se canta atraviesa a ese ser, entonces ahí hay honestidad.
Susan Ferrer: -Para mí, puedo estar ante un virtuoso, pero si no sentí un fuego interno, no me sirve, con la técnica solo no alcanza.
-¿Cantar en inglés o en español?
Ferrer: -Se ha discutido mucho eso, creo que la música y el intérprete van más allá de las barreras idiomáticas.
Core: -El idioma no es una traba, ya que si lo fuera no nos conmoveríamos con Edith Piaf como sí nos conmovemos.
-Sin ir más lejos, el tango canción triunfa en Japón y en varios mercados del mundo.
Core: -Porque la clave está en el sentimiento de la interpretación.
-Algún participante, ¿les reclamó por alguna devolución que no le haya gustado?
Ferrer y Core: -¡Nunca, jamás!
Influencias y libertades
“Mi vocación nació de observar a mis padres. De chica, jugaba a ser cantante o a hacer lo que hace mi papá”, dice Anahí Core, en referencia a Miguel Core, el destacado locutor y periodista de dilatada trayectoria en los medios de comunicación radiales y televisivos. “Cuando era chica, mis amigos se sorprendían por la profesión de mis padres, me preguntaban cómo era tener una mamá cantante y un papá que trabajaba en la televisión. Para mí fue muy importante que ellos tuvieran una vocación, al punto tal que hasta aprendí a escribir por ver a mi papá redactar sus guiones”.
“Anahí venía a los ensayos siendo muy chiquita y empezaba a zapar. Ante eso, la invité a mi estudio para que comenzara a trabajar”, explica Ferrer, con indudable orgullo y hasta se emociona cuando su hija reconoce: “Mi primera maestra fue mi madre”.
“Tanto le gustaba a Anahí mi trabajo que, cuando tenía que estudiar un libreto, se lo sabía de memoria antes que yo y, como siempre traía material de afuera, ella conocía lo último de los musicales y de cantantes como Barbra Streisand”, recuerda Ferrer, quien acaba de grabar una versión de “Te quiero, te quiero”, el tema de Nino Bravo, junto al rapero Inti Rap, también jurado de Canta conmigo ahora. Con aquellos discos en la mano, Anahí, de perfecto inglés, rápidamente incorporaba esos temas a su repertorio de cantante inicial.
-¿Hubo libertades de madre a hija?
Ferrer: -Le di libertades artísticas, de las otras, un poco menos.
Ambas ríen al recordar, con complicidad, aquellos momentos en los que no todo era libre albedrío en la vida familiar.
-¿Cuál fue el mayor consejo que sentís que le diste a tu hija?
Ferrer: -Siempre le dije que, cuando pudiera subir a un escenario y abrir los brazos, como abrazando al mundo, ese día se iba a liberar como artista. Y así fue, cuando la vi hacerlo, fue una explosión. Antes era muy tímida y casi encorvada.
Core: -Era chica, adolescente, tenía que soltarme.
-Anahí, ¿fue una presión tener a los padres que tuviste?
Core: -En casa no hubo presión, quizás, en la mirada del otro se creaba alguna predisposición a eso. Están los que te piden el doble por ser la hija de, pero también haber nacido en la familia que nací me permitió conocer a figuras increíbles y me abrió muchas puertas.
-Anahí, vayamos a un tema clave. ¿Qué pasaba cuando presentabas a un novio?
Core: -Mi mamá se hacía la relajada, pero mi papá se ponía más incómodo, aunque es tan bueno que se quería hacer el malo y no le salía.
-Te decían el clásico “no te conviene”.
Core: -Obviamente, y yo no les hacía caso.
Anahí Core hace mucho que está casada con un empresario y tiene dos hijos, Juan y Clara, “mis nietos”, rápidamente aclara Susan Ferrer, como si hiciera falta.
-El cuadro familiar completo.
Ferrer: -Estoy rodeada de amor, tengo una familia hermosa, un marido divino, una hija amorosa, nietos, yerno, como si fuese el hijo varón que perdí de joven, no puedo pedir nada más. Vivo en comunión con el amor y la música.
-¿Me van a contar un defecto de cada una o todo es color de rosa?
Ferrer: -Anahí se guarda mucho los sentimientos, me gustaría que fuera más expresiva, pero como la conozco tanto, aunque no hable, sé qué le pasa.
Core: -Mamá tiene un gran defecto, se toma todo a pecho y no puede disimular nada. Si yo soy callada, ella es todo lo contrario, no se guarda nada.
Ferrer: -No necesitamos decirnos nada, para saber cómo estamos. Somos muy unidas y compinches.
Core: -Demasiado amigas y compinches, inseparables.
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